Escultor chileno, nacido en Santiago el 26 de noviembre de 1940

Escultor chileno, nacido en Santiago el 26 de noviembre de 1940, uno de los representantes de esta disciplina artística que mayor reconocimiento internacional ha alcanzado en las últimas décadas del siglo fuera de las fronteras de su país. Es autor de una extensa y variada labor escultórica, en la que destaca su obra Manos gigantes, obra realizada en cemento.

Mario Irarrázabal realizó su formación superior en Estados Unidos, estudiando filosofía y arte en la Universidad de Notre Dame (1959-1964), un centro donde también se graduó en bellas artes. Entre 1965 y 1968 estudió teología en la Universidad Gregoriana de Roma, y este último año se trasladó a Alemania, donde la influencia del escultor Waldemar Otto resultó decisiva en su determinación de consagrarse por entero al arte, tanto en la faceta creadora, en la que se estrenó con la escultura de bronce El beso (1967), como en la docente. En lo que atañe a esta última, en 1972 pasó a ocupar la Cátedra de Arte de la Universidad Católica de Chile, y a partir de 1975, la misma en la Universidad de Santiago. En 1975 se dio a conocer internacionalmente tras obtener el Premio de Honor de la II Bienal de Arte de Valparaíso; en 1978 ganó el IV Concurso Nacional de Jóvenes Valores, y en 1983 recibió una beca para trabajar en el taller de Haus Worpswede, en Bremen (Alemania), experiencia que le sirvió para cimentar su prestigio internacional. En 1995 fue uno de los cofundadores de la Asociación Chilena de Escultores, institución de la que fue nombrado director.

La obra de Irarrázabal presenta una gran variedad tanto en lo que respecta a la temática como en los materiales empleados, que van desde el metal, bronce, hierro, aluminio, hasta la madera, piedra y cemento. Esta variedad es fruto de una evolución artística que tuvo sus comienzos a finales de los años sesenta con la representación de figuras humanas que se distorsionan y adoptan posiciones extrañas: son vehículos de transmisión de una fuerte expresividad, resultado de su interés por temas como el amor, el sufrimiento o la muerte. La experiencia de la dictadura militar marcó un cambio en la temática, que pasó a tener mayores implicaciones sociopolíticas, cambio que desde finales de los años setenta también afectó a su estilo, que en lo formal pasó a buscar la simplificación; es entonces cuando elaboró sus célebres Manos gigantes, una serie de esculturas que ubicó en Chile y otras ciudades repartidas por todo el mundo. Las manos, de enormes proporciones, las de Venecia miden seis metros de altura, provocan el original efecto de parecer surgidas directamente de la tierra, y ponen de relieve la influencia que en él tuvieron las esculturas de la Isla de Pascua, que visitó en 1977. En los años noventa Irarrázabal retomó su interés por la figura humana y realizó varias instalaciones de objetos, entre las que destacó los 33 caballos balancín y 44 sillas de niños.

Además de los premios citados, Irarrázabal ganó el Concurso Punta del Este (Uruguay, 1982), el Concurso Nacional de Escultura para la Sede de la ONU en Kenya (1985), el Primer Premio de Escultura de la VIII Bienal de Arte de Valparaíso (1987), el Primer Premio de Escultura del Homenaje al Pueblo Mapuche (1988), y el Primer Premio del Concurso de Escultura de Las Tacas (1995). Sus manos gigantes se exhiben al aire libre tanto en Chile, desierto de Atacama y Parque de Esculturas; como en Europa, Madrid y Venecia; y África, Nairobi. Asimismo, otras cuatro de sus obras forman parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago.

Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940
Mario Irarrázabal Covarrubias, Santiago de Chile, 1940