Cristian Porres empezó a hacer poemas visuales en 1986 al descubrir la obra de Joan Brossa.
Para él la poesía es un juego. Su intención es jugar con el espectador. Buscar su complicidad y su emoción. Despertar la duda y la curiosidad. Crear un choque visual entre lo que ve y lo que realmente su mente evoca.
Expresa sus ideas a través de los signos más convencionales, manipulando y descontextualizando voluntariamente su significado preestablecido. Para ello, utiliza una especie de semiótica de guerrilla que pretende explorar las emociones que subyacen en nuestro inconsciente.
En los últimos años ha profundizado en un nuevo terreno de expresión en las fronteras de la poesía visual y la contrapublicidad: los LOGOTRIPS. Este camino consiste en la manipulación y descontextualización de logotipos para subvertir su mensaje implícito de una manera honesta, lúdica, irónica y crítica.
"Quiero y no puedo"
