First blood (Acorralado), dirigida por Ted Kotcheff (1982)

Historia de lo que ocurre cuando dos personas, el sheriff Teasle (Brian Dennehy, impecable, como casi siempre) y el ex-combatiente John Rambo (Sylvester Stallone, átono como siempre), se enfrentan previamente incapacitados, uno por su personalidad y el otro por su experiencia bélica, para dirimir sus diferencias mediante el diálogo.

Buen retrato psicológico del sheriff Teasle, un excombatiente de Corea inadaptado a la sociedad por añoranza de la guerra, por añoranza de poder expresar libremente su violencia y las normas morales implícitas en esa violencia. Paradójicamente (no tanto), el sheriff Teasle es el representante de la ley en un pueblo de la América profunda.

Historia de un egoísta, el sheriff Teasle, fuerte con los débiles y débil con los fuertes, que obviamente se ha rodeado de colaboradores incapaces de hacer razonamientos que no sean violentos o pusilánimes, a los que arrastra en su locura, que no es más que el resultado de medir mal sus fuerzas al creerse capacitado muy por encima de sus posibilidades reales, no disponiendo de más recursos ante la reiteración de sus errores que la obcecación.

Historia de un hombre, el sheriff Teasle, que lleva la violencia a la guerra, y de otro, Rambo, al que la guerra le lleva a la violencia. No es un debate entre las secuelas de la guerra de Corea y la de Vietnam, ni entre dos generaciones, es un enfrentamiento entre dos personajes americanos que habiendo ambos luchado por su país, uno precisa de la violencia para expresarse y superar su miedo, y el otro, a pesar de saber utilizarla (los Estados Unidos le han enseñado muy bien ha hacerlo), quiere dejarla atrás pero no sabe cómo hacerlo porque la guerra (no importa cuál) le ha desprovisto de esa alternativa.

Curiosamente, el público, a diferencia de los actores que descartaron interpretar a Rambo, disfrutó de la violencia de la película, unos por el placer de ver reflejada su propia violencia, otros por el hecho de no amedrentarse y utilizarla en defensa propia, por encima de sus causas y motivaciones y de lo que representaba cada contendiente, lo que da que pensar.

Ted Kotcheff demuestra ser un director sobrio y competente al servicio de un mensaje coherente. Lo mejor, la ausencia de toda pretensión. Buena película.

First blood (Acorralado), dirigida por Ted Kotcheff (1982)
First blood (Acorralado), dirigida por Ted Kotcheff (1982)
First blood (Acorralado), dirigida por Ted Kotcheff (1982)