Léon Bonnat (Bayona, 20 de junio de 1833-Monchy-Saint-Éloi, 8 de septiembre de 1922) fue un pintor francés de la corriente del realismo pictórico. Nacido en Bayona, residió unos años en Madrid, debido a negocios de su familia. Allí estudió en el taller de los Madrazo y conoció la tradición de los viejos maestros españoles expuestos en el Museo del Prado.

Su Cristo en la Cruz y El martirio de san Dionisio le proporcionaron gran fama, lo mismo que sus expresivos retratos de celebridades contemporáneas. Pero su estilo juvenil había causado escándalo, al alejarse del Academicismo derivado de Ingres a favor de un estilo más naturalista o verosímil, inspirado en Caravaggio y José de Ribera. Su manera de tratar los temas bíblicos causó rechazo, pues (de forma similar a los tenebristas) representaba a los personajes sacros como gente de la calle, de aspecto rústico y en ocasiones desagradable.

En su madurez se consagró como retratista; representó a la élite política y empresarial bajo estética velazqueña, ante fondos neutros con una gama cromática reducida, mayormente terrosa. Sus retratos se hicieron populares en Estados Unidos y en París retrató a muchos personajes célebres. Como profesor, Bonnat fue el responsable de la introducción en París «de la manera de pintar a la española», moda que supuso una revolución en la forma de entender la pintura en Francia y que tanto influiría en su evolución. Bonnat recomendaba a sus alumnos un viaje a Madrid a conocer a Velázquez en el Museo del Prado.

Tuvo muchísimos alumnos ilustres, que le deben el haber aprendido la libertad de ejecución, tales como Toulouse-Lautrec, Georges Braque, James Ensor, Edvard Munch y William Anderson Coffin,​ y también a la pintora finlandesa Ada Thilen, pero perdió vigencia en sus últimos años y es un autor mal conocido ahora, al menos si se le compara con los impresionistas. Las pinturas de sus últimos años, como su autorretrato del Museo del Prado desdicen a sus detractores, que lo consideran un pintor académico; en este ejemplo podemos apreciar una pintura muy evolucionada, a partir de su admiración por los maestros españoles Velázquez y Goya, utilizando una pincelada no sólo brava sino también resolutiva, sin atender a criterios formalistas, arañando el pincel y utilizando la espátula, a la vez que hace gala de una gama cromática más colorista que en sus años juveniles.

Bonnat amasó una cuantiosa fortuna, que dedicó a la compra de pinturas y dibujos antiguos, sobre todo de la escuela española. En 1891 decidió donarlos a la ciudad de Bayona (Francia), lo que ayudó a impulsar el museo local, llamado Museo Bonnat.

Fuente | Wikipedia