Max Klinger nació en Leipzig, Alemania, el 18 de febrero de 1857. Escultor, pintor y artista gráfico perteneció al Movimiento simbolista en Alemania.

Estudió en Karlsruhe, y tras conocer y admirar las obras de Adolph von Menzel y Francisco de Goya, se convirtió en un magnifico grabador. Uno de los mejores es un aguafuerte: «La isla de los muertos» copia del óleo de igual nombre del pintor, también simbolista, Arnold Bocklin. En le década de 1880 se inició en la escultura.

En sus piezas realistas, intentó plasmar con la mayor veracidad el modelo, incluso para lograrlo combinó diferentes materiales en la misma obra. De 1883 a 1893 residió en Roma, donde estudió con pasión a los antiguos maestros renacentistas, siendo a partir de entonces fuertemente influenciado por ellos. Su obra más famosa es una serie de diez aguafuertes que fueron inspiradas por un sueño, en el que encontró un guante en una pista de patinaje sobre hielo.

En el motivo de sus dibujos el guante pertenece a una mujer cuya cara no se ve en ningún caso.

Klinger buscó la investigación de Sigmund Freud y Krafft-Ebing, en este caso, los guantes son un símbolo de los anhelos románticos del artista. Viajó y trabajó constantemente por los centros artísticos de Europa durante varios años, para regresar a su Leipzig natal en 1893. Desde 1897 se concentró casi de forma exclusiva en la escultura, participando en la Secesión de Viena de 1902 con su escultura de Beethoven.

Según Giorgio de Chirico entre otros artistas, Klinger fue uno de los puentes entre los movimientos vanguardistas de los inicios del siglo XX, el simbolismo y la pintura metafísica. El asteroide 22369 lleva su nombre. Murió en Großjena, el 5 de julio de 1920.

Fuente | Trianarts