Nikolaï Nikolaevitch Gay (1831-1894) fue un artista ruso de la generación de los Ambulantes, grupo de pintores que rechazaban el academismo y preocupados por renovar la sociedad por el arte. El pintor no era un creyente ortodoxo y practicante, pero le afectaba profundamente la moral y la espiritualidad cristianas. Dedica los últimos años de su vida a un ciclo sobre la pasión del Cristo, bajo la influencia del escritor progresista León Tolstoi. La Crucifixión, pintado hacia 1892, conforma su conclusión.

El artista reanudó varias veces con esta obra, como lo demuestra todavía la figura del centurión romano que aparece inacabada o parcialmente pintada de nuevo, en el fondo. Intenta traducir con recursos formales el tormento moral y el sufrimiento de la agonía, marcando la expresividad de los rostros y rechazando la visión académica de un cuerpo ideal, no humano, inalterado por la Pasión; el enfoque dramático participa a la emoción generada por la obra en el espectador, y que el pintor quería violenta. El Zar Alejandro exigió que la obra, juzgada chocante y casi blasfematoria, fuera retirada de la vigésima segunda exposición de los Ambulantes, donde fue presentada por primera vez.