Dícese, mansedumbre, hermosísima palabra,
del que con su voluntad domina los bramidos
que, cual balas de fogueo, surten los sentidos,
mientras los más subyugados al abracadabra
-azuzando los tizones del odio y de la rabia-
a mansos gruñen por indóciles a soberbia.

Elección de insensatos ser brutos Calibanes
por cien caprichos, mil veleidades, impulsados
a doblarse ante Setebos, siendo devastados
y arrastrados por el suelo por sus faisanes
deseos, mientras el manso, calmado y sereno,
eleva su rostro al Cielo sin temor al trueno.

 

del libro de poemas Fulgor en la oscuridad

Dícese, mansedumbre, hermosísima palabra