Discurso sobre inmigración (Phoenix, Arizona, 31 de agosto de 2016)
Discurso inaugural (20 de enero de 2017)
Presidente de la corte suprema Roberts, presidente Carter, presidente Clinton, presidente Bush, presidente Obama, compatriotas estadounidenses y ciudadanos del mundo: gracias.
Ahora nosotros, los ciudadanos de Estados Unidos, estamos unidos en una gran iniciativa nacional para reconstruir nuestro país y restaurar su promesa para todo nuestro pueblo. Juntos definiremos el rumbo de Estados Unidos y el mundo durante muchos, muchos años por venir. Enfrentaremos desafíos. Confrontaremos dificultades, pero cumpliremos con el trabajo.
Cada cuatro años nos reunimos en estas escaleras para realizar una transferencia ordenada y pacífica del poder, y estamos agradecidos con el presidente Obama y la primera dama Michelle Obama por su gentil apoyo a lo largo de esta transición. Han sido magníficos. Gracias.
Sin embargo, la ceremonia de hoy tiene un significado muy especial. Porque no solo estamos transfiriendo el poder de una administración a otra o de un partido a otro, sino que estamos transfiriendo el poder de Washington y se lo estamos devolviendo a ustedes, el pueblo.
Durante demasiado tiempo, un pequeño grupo de la capital de nuestra nación ha cosechado las recompensas del gobierno mientras que el pueblo ha pagado los costos. Washington floreció, pero el pueblo no compartió su riqueza.
Los políticos prosperaron pero los empleos se acabaron y las fábricas cerraron. La élite se protegió pero no cuidó a los ciudadanos de nuestro país. Sus victorias no han sido tus victorias. Sus triunfos no han sido tus triunfos y, mientras ellos celebraban en la capital de nuestro país, las familias en dificultades no tenían nada que celebrar.
Pero todo eso va a cambiar justo aquí y justo ahora, porque este momento es su momento. Les pertenece a ustedes. Les pertenece a todos los que están aquí reunidos y a quienes observan a lo largo de Estados Unidos. Este es su día, esta es su celebración y este, los Estados Unidos de América, es su país.
Lo que de verdad importa no es qué partido controla nuestro gobierno, sino que la gente controle nuestro gobierno. El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo volvió a gobernar este país.
Los hombres y mujeres olvidados de nuestro país ya no lo serán. Ahora todos los están escuchando. Llegaron decenas de millones de ustedes para convertirse en parte de un movimiento histórico, uno como no se ha visto antes en el mundo. En el centro de este movimiento está la convicción crucial de que el país existe para servir a sus ciudadanos.
Los estadounidenses quieren excelentes escuelas para sus hijos, vecindarios seguros para sus familias y buenos empleos. Esas son demandas justas y razonables de gente honesta y un pueblo honesto, pero hay demasiados ciudadanos que viven una realidad distinta:
Madres y niños atrapados en la pobreza en los centros de nuestras ciudades, fábricas deterioradas que se extienden como lápidas a través del paisaje de nuestra nación. Un sistema educativo rebosante de efectivo pero que priva de todo conocimiento a nuestros jóvenes y brillantes estudiantes. Y el crimen, las pandillas y las drogas han arrebatado demasiadas vidas y le han robado al país mucho potencialADVERTISEMENT
Esta masacre estadounidense termina aquí mismo y ahora mismo.
Somos una sola nación, y su dolor es nuestro dolor. Sus sueños son nuestros sueños, y sus éxitos serán nuestros éxitos. Compartimos un corazón, un hogar y un destino glorioso. El juramento que hoy hago es un juramento de lealtad a todos los estadounidenses.
Durante muchas décadas hemos enriquecido la industria extranjera a costa de la industria estadounidense, hemos subsidiado a los ejércitos de otros países mientras permitimos que el nuestro quedara tristemente mermado.
Hemos defendido las fronteras de otros países mientras nos rehusamos a defender las nuestras, y gastamos billones y billones de dólares en el extranjero mientras la infraestructura de Estados Unidos ha quedado en muy mal estado y se ha deteriorado. Hemos hecho ricos a otros países mientras la riqueza, la fuerza y la seguridad de nuestro país se ha esfumado en el horizonte.
Una por una, las fábricas han cerrado y abandonado nuestras costas sin considerar a los millones y millones de trabajadores estadounidenses que se quedaron atrás. La riqueza de nuestra clase media ha sido despojada de sus hogares y después redistribuida en todo el mundo. Pero ese es el pasado y ahora estamos viendo hacia el futuro.
Quienes estamos reunidos hoy emitimos un nuevo decreto que se escuchará en cada ciudad, en cada capital extranjera y en cada gobierno. A partir de este día, una nueva visión gobernará nuestra tierra. A partir de este día, solo Estados Unidos será la prioridad. Estados Unidos primero.
Cada decisión en torno al comercio, los impuestos, la inmigración y los asuntos exteriores se tomará para beneficiar a los trabajadores y las familias estadounidenses. Debemos proteger nuestras fronteras de la devastación de otros países que fabrican nuestros productos, se roban nuestras industrias y acaban con nuestros empleos. La protección nos brindará una gran fuerza y prosperidad.
Lucharé por ustedes con cada aliento de mi cuerpo, y jamás les fallaré. Estados Unidos empezará a ganar de nuevo. A ganar como nunca antes. Volveremos a traer nuestros empleos. Volveremos a tener nuestras fronteras. Volveremos a tener nuestra salud. Y volveremos a tener nuestros sueños.
Construiremos nuevas carreteras, autopistas, puentes, aeropuertos, túneles y vías férreas en toda nuestra maravillosa nación. Haremos que la gente no tenga que recibir bonos sociales y volverán a trabajar para reconstruir nuestro país con las manos y el trabajo de los estadounidenses.
Seguiremos dos simples reglas: comprar en Estados Unidos y contratar en Estados Unidos. Buscaremos lazos de amistad y buena voluntad con las naciones del mundo, pero lo haremos bajo la comprensión de que todos los países tienen el derecho a priorizar sus intereses.
No queremos imponerle nuestro estilo de vida a nadie, sino dejar que resplandezca como ejemplo. Seremos la luz que guía a todos. Reforzaremos viejas alianzas, formaremos otras nuevas y uniremos al mundo civilizado contra el terrorismo islámico radical, que será erradicado por completo de la faz de la Tierra.
El fundamento de nuestras políticas será una lealtad total a los Estados Unidos de América y, mediante la lealtad a nuestro país, redescubriremos la lealtad entre nosotros. Cuando le abres el corazón al patriotismo, no hay espacio para el prejuicio. La Biblia nos habla de lo positivo y agradable que es cuando las personas de Dios viven juntas y en unidad.
Debemos expresar lo que pensamos de manera abierta, debatir nuestros desacuerdos con honestidad, pero siempre buscar la solidaridad. Cuando Estados Unidos está unido, es totalmente imparable. No debe haber temor. Estamos protegidos, siempre estaremos protegidos. Nos protegerán grandes hombres y mujeres de nuestro ejército y las fuerzas del orden, pero lo más importante es que Dios nos protegerá.
Finalmente, debemos pensar en grande y soñar más en grande. En Estados Unidos entendemos que un país solo vive mientras lucha.
Ya no aceptaremos a políticos que solo prometan y no cumplan, de los que se quejan constantemente pero nunca hacen nada al respecto. El momento para los discursos vacíos ha terminado. Ha llegado la hora de actuar. No permitas que nadie te diga que eso no se puede hacer. Ningún desafío puede equiparar el corazón, la lucha y el espíritu que tiene Estados Unidos. No fracasaremos. Nuestro país florecerá y prosperará de nuevo.
Atestiguamos el nacimiento de un nuevo milenio listo para revelar los misterios del espacio, para liberar a la Tierra de las miserias de la enfermedad y aprovechar las energías, industrias y tecnologías del mañana. Un nuevo orgullo nacional nos sacudirá, elevará nuestros prospectos y curará nuestras divisiones. Es tiempo de recordar esa vieja sabiduría que nuestros soldados jamás olvidarán: sin importar si somos negros, morenos o blancos, todos tenemos la misma sangre roja de los patriotas.
Todos disfrutamos las mismas libertades gloriosas, y todos saludamos la misma y grandiosa bandera estadounidense. Sin importar si un niño nace en la periferia de Detroit y otro en los llanos ventosos de Nebraska, miran hacia el mismo cielo nocturno. Llenan sus corazones con los mismos sueños y están permeados por el mismo aliento de vida que les dio el mismo creador todopoderoso.
Así que todos los estadounidenses en cada ciudad cercana o lejana, pequeña o grande, de montaña a montaña, de océano a océano, escuchen estas palabras. Jamás volverán a ser ignorados. Su voz, sus esperanzas y sus sueños definirán nuestro destino estadounidense. Y su valor, bondad y amor nos guiarán a lo largo del camino.
Juntos haremos que Estados Unidos vuelva a ser fuerte. Haremos que Estados Unidos vuelva a ser rico. Haremos que Estados Unidos vuelva a ser orgulloso. Haremos que Estados Unidos vuelva a ser seguro. Y, sí, juntos haremos que Estados Unidos vuelva a ser grandioso. Gracias. ¡Que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos! Gracias. Que Dios bendiga a Estados Unidos.


«Gracias, Phoenix. Estoy muy contento de estar nuevamente en Arizona, un estado que ocupa un lugar muy especial en mi corazón. Me encanta la gente de Arizona y, juntos, vamos a ganar la presidencia en noviembre. Esta noche no voy a dar un discurso normal de mitin. En cambio, voy a dar un discurso político detallado sobre uno de los mayores desafíos que enfrenta nuestro país actualmente: la inmigración.
Acabo de regresar de una reunión muy importante y especial con el Presidente de México – un hombre que me cae bien y a quien respeto mucho, y un hombre que verdaderamente ama a su país. Al igual que yo soy un hombre que ama a Estados Unidos. Estuvimos de acuerdo en la importancia de ponerle fin al tráfico ilegal de drogas, dinero, armas y personas a través de nuestra frontera, y sacar los carteles criminales del negocio. También hablamos sobre los grandes aportes que hacen los ciudadanos estadounidenses de origen mexicano a ambos países, mi amor por el pueblo de México, y la estrecha amistad entre nuestras dos naciones. Fue una conversación profunda y sustanciosa. Ésta es la primera de lo que espero serán muchas conversaciones durante una administración Trump sobre cómo crear una nueva relación entre nuestros dos países.
Pero para arreglar nuestro sistema de inmigración, debemos cambiar nuestros líderes en Washington. No hay otra forma. La verdad es que nuestro sistema de inmigración está peor que lo que cualquiera se imagina. Pero no se conocen los hechos porque los medios de comunicación no los reportan, los políticos no hablan de ellos, y aquellos con intereses especiales gastan mucho dinero intentando ocultarlos.
Hoy ustedes sabrán la verdad. El problema fundamental con el sistema de inmigración de nuestro país es que atiende las necesidades de los donantes ricos, los activistas políticos y los políticos poderosos. Déjenme decirles a quiénes no atiende: no los atiende a ustedes, al pueblo estadounidense.
Cuando los políticos hablan sobre la reforma migratoria, por lo general significa lo siguiente: amnistía, fronteras abiertas, y salarios más bajos. La reforma migratoria debe significar algo totalmente diferente: debe significar mejoras en nuestras leyes y políticas para mejorar la vida de los ciudadanos estadounidenses.
Pero si queremos que nuestro sistema de inmigración funcione, entonces tenemos que estar preparados para hablar con honestidad y sin temor acerca de estos temas importantes y delicados.
Por ejemplo, tenemos que escuchar las preocupaciones que los trabajadores tienen sobre las cifras récord de inmigrantes y el impacto en sus empleos, salarios, viviendas, escuelas, facturas fiscales, y condiciones de vida. Éstas son preocupaciones válidas, expresadas por ciudadanos decentes y patriotas de todos los orígenes sociales.
También tenemos que ser honestos sobre el hecho de que no todo el que intenta ingresar a nuestro país podrá adaptarse exitosamente. Es nuestro derecho como nación soberana elegir los inmigrantes que creemos son los más propensos a prosperar y florecer aquí.
Luego está el tema de la seguridad. Se han perdido innumerables vidas de estadounidenses inocentes porque nuestros políticos han fracasado en su deber de asegurar nuestras fronteras y hacer cumplir nuestras leyes.
Me he reunido con muchos de los padres que perdieron a sus hijos a causa de las políticas de Ciudades Santuario y fronteras abiertas. En unos momentos, ellos se me unirán en el escenario.
Innumerables estadounidenses que han muerto en los últimos años podrían estar vivos hoy si no fuera por las políticas de fronteras abiertas de esta administración. Esto incluye a estadounidenses increíbles como Sarah Root, de 21 años de edad. El hombre que la mató llegó a la frontera, fue puesto en custodia federal, y luego fue puesto en libertad en una comunidad estadounidense en el marco de las políticas de la Casa Blanca. Fue puesto en libertad nuevamente después del crimen, y ahora está libre.
Sarah se había graduado de la universidad con un 4.0, la mejor de su clase, el día anterior. También entre las víctimas de las políticas de fronteras abiertas de ObamaClinton está Grant Ronnebeck, de 21 años de edad, y empleado de una tienda de conveniencia en Mesa, Arizona. Fue asesinado por un inmigrante ilegal miembro de una pandilla, quien previamente había sido condenado por robo, y que también había sido liberado de la custodia federal.
Otra víctima es Kate Steinle, ultimada a balazos en la Ciudad Santuario de San Francisco por un inmigrante ilegal que ya había sido deportado cinco veces previas.
Luego está el caso de Earl Olander, de 90 años de edad, quien fue brutalmente golpeado y abandonado hasta que murió desangrado en su casa. Los autores del crimen fueron inmigrantes ilegales con antecedentes penales que no cumplían con las prioridades de la administración Obama para su deportación.
En California, una veterana de 64 años de la Fuerza Aérea, Marilyn Pharis, fue agredida sexualmente y asesinada a martillazos. Su asesino había sido detenido en varias ocasiones, pero nunca fue deportado.
Un informe de 2011 de la Oficina de Control y Fiscalización del Gobierno encontró que los inmigrantes ilegales y otros no ciudadanos en nuestras prisiones y cárceles tenían en su haber aproximadamente 25,000 detenciones por homicidio. Además de eso, la inmigración ilegal le cuesta a nuestro país más de 113 mil millones de dólares al año.
Por el dinero que gastaremos en la inmigración ilegal en los próximos diez años, podríamos darles cheques escolares a un millón de estudiantes vulnerables.
Aunque hay muchos inmigrantes ilegales en nuestro país que son buenas personas, esto no cambia el hecho de que la mayoría de los inmigrantes ilegales son trabajadores menos capacitados y con menos educación que compiten directamente contra los trabajadores estadounidenses vulnerables, y que estos trabajadores ilegales obtienen mucho más del sistema que lo que llegarán a aportar.
Pero estos hechos nunca se reportan. En lugar de ello, los medios de comunicación y mi oponente alegan una sola cosa: las necesidades de las personas que viven aquí ilegalmente. La verdad es que el tema central no son las necesidades de los 11 millones de inmigrantes ilegales – o cuantos sean. Eso nunca ha sido el tema principal. Nunca será el tema principal.
Cualquier persona que le diga que la raíz del problema es las necesidades de las personas que viven aquí ilegalmente sencillamente ha pasado demasiado tiempo en Washington. Solamente las élites mediáticas que no tienen los pies en la tierra piensan el mayor problema que enfrenta la sociedad estadounidense actual es que hay 11 millones de inmigrantes ilegales que carecen de estatus legal.
Que todos los políticos, los donantes y aquellos con intereses especiales escuchen mis palabras de hoy: sólo hay un tema central en el debate sobre la inmigración y es éste: el bienestar de la población estadounidense. No hay nada que se le acerque en importancia.
Por ejemplo, Hillary Clinton habla constantemente de sus temores de que se van a separar familias. Pero ella no habla de las familias estadounidenses que han sido separadas permanentemente de sus seres queridos a causa de muertes evitables. No, ella sólo habla de familias que vinieron aquí violando la ley.
Trataremos dignamente a todos los que viven o residen en nuestro país. Seremos justos y compasivos con todos. Pero nuestra mayor compasión debe ser para con los ciudadanos estadounidenses.
El presidente Obama y Hillary Clinton han cometido graves incumplimientos del deber al renunciar a la seguridad del pueblo estadounidense al abrir las fronteras. El presidente Obama y Hillary Clinton apoyan las Ciudades Santuario, apoyan la captura y liberación en la frontera, apoyan la permanencia en el país después de que la visa ha expirado, apoyan la liberación de delincuentes peligrosos – y apoyan la amnistía ejecutiva inconstitucional.
Hillary Clinton ha prometido que habrá amnistía en sus primeros 100 días, y su plan les brindará Obamacare, Seguridad Social y Medicare a los inmigrantes ilegales -arruinando el presupuesto federal. Además de eso, promete más inmigración descontrolada poco capacitada que continúa reduciendo los empleos y los salarios de los trabajadores estadounidenses, especialmente de los trabajadores afroamericanos e hispanos. Esto incluye su plan de traer 620,000 nuevos refugiados en un período de cuatro años.
Ahora que usted ya sabe sobre el plan de Hillary Clinton – sobre el cual no ha respondido ni una única pregunta importante – déjeme informarle sobre mi plan.
Mientras Hillary Clinton se reúne sólo con donantes y grupos de presión, mi plan fue elaborado con el aporte de los agentes federales de inmigración, junto con los mejores expertos en inmigración que representan a los trabajadores, no a las corporaciones. También trabajé con legisladores quienes han tratado este tema en nombre de los ciudadanos estadounidenses durante muchos años, y más importante aún, me he reunido con personas directamente afectadas por estas políticas.
Número uno: Construiremos un muro en la frontera sur.
El primer día, comenzaremos a construir un muro físico impenetrable en la frontera sur. Utilizaremos la mejor tecnología, incluyendo sensores de superficie y subterráneos, torres de vigilancia aérea, y personal para reforzar el muro, encontrar y destruir túneles, y mantener alejados a los carteles criminales, y México pagará ese muro.
Número dos: Fin de la política de captura y liberación Bajo mi administración, cualquiera que cruce ilegalmente la frontera será detenido hasta que sea deportado de nuestro país.
Número tres: Tolerancia cero para extranjeros criminales.
Según datos federales, hay actualmente al menos 2 millones de extranjeros criminales en el país. Vamos a empezar a deportarlos desde el primer día, en operaciones conjuntas con los gobiernos locales, estatales y las fuerzas federales del orden.
Más allá de esos 2 millones, hay un gran número de inmigrantes ilegales criminales que han huido o eludido la ley. Pero sus días en libertad acabarán pronto. Se irán de aquí, y se irán rápidamente.
En el futuro, emitiremos órdenes de detención para todos los inmigrantes ilegales arrestados por cualquier delito, y se les someterá a procedimientos inmediatos de deportación. Les pondremos fin al incumplimiento de las políticas por parte de la administración Obama que permiten que miles de extranjeros criminales se paseen libremente por nuestras calles.
Tan solo desde 2013, la administración Obama ha permitido que 300,000 extranjeros criminales regresen a comunidades en Estados Unidos – se trata de individuos encontrados o identificados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), pero que no fueron detenidos o procesados para su deportación.
Mi plan también incluye una estrecha cooperación con las jurisdicciones locales para deportar a los delincuentes extranjeros. Restableceremos el exitoso programa de Comunidades Seguras. Ampliaremos y revitalizaremos las populares asociaciones en el marco del acuerdo 287(g), lo cual nos ayudará a identificar cientos de miles de extranjeros deportables en cárceles locales. Ambos programas han sido irresponsablemente destruidos por esta administración. Ésta es otra área más en la que nos dirigimos en una dirección totalmente opuesta.
En mi primer día en el cargo, voy a pedirle al Congreso que apruebe la «Ley de Kate» – llamada así por Kate Steinle – para garantizar que los extranjeros criminales condenados por reingreso ilegal reciban fuertes sentencias mínimas obligatorias.
Otra reforma que propongo es que se apruebe la legislación que lleva los nombres del detective Michael Davis, y el ayudante de sheriff Danny Oliver, dos agentes de la ley recientemente asesinados por un inmigrante ilegal quien ya había sido deportado previamente. El proyecto de ley Davis-Oliver aumentará la cooperación con las autoridades estatales y locales para garantizar que los inmigrantes criminales y los terroristas se puedan identificar y deportar rápidamente.
Vamos a triplicar el número de agentes de deportación del ICE. Dentro del ICE voy a crear un nuevo grupo operativo de deportación, enfocado en identificar y deportar rápidamente los más peligrosos inmigrantes ilegales criminales en Estados Unidos que han evadido la justicia.
La policía local sabe quién es cada uno de estos criminales. No es un gran misterio, lo han soportado durante años. Y ahora, finalmente, vamos a darle una vuelta a la situación y a las fuerzas del orden público se les permitirá solucionar todo este problema peligroso y amenazante.
También vamos a contratar a 5,000 agentes de la Patrulla Fronteriza, y poner más de ellos en la frontera, en lugar de detrás de un escritorio. Ampliaremos el número de estaciones de la Patrulla Fronteriza.
He tenido la oportunidad de pasar tiempo con estos increíbles agentes del orden, y quiero tomarme un momento para agradecerles. El respaldo que he recibido de los oficiales de la Patrulla Fronteriza significa para mí mucho más de lo que puedo expresar.
Número cuatro: Bloquear el financiamiento de las Ciudades Santuario. Vamos a ponerles fin a las Ciudades Santuarios que han provocado tantas muertes innecesarias. Las ciudades que se nieguen a cooperar con las autoridades federales no recibirán dinero de los contribuyentes, y vamos a trabajar con el Congreso para aprobar una legislación que proteja las jurisdicciones que sí ayuden a las autoridades federales.
Número cinco: Cancelar órdenes ejecutivas inconstitucionales y hacer cumplir todas las leyes de inmigración Les pondremos fin inmediatamente a las dos amnistías ejecutivos ilegales del presidente Obama, en las que desafió la ley federal y la Constitución para darles amnistía a aproximadamente 5 millones de inmigrantes ilegales.
Hillary Clinton ha prometido mantener estos dos programas ilegales de amnistía – incluyendo la amnistía de 2014 que ha sido bloqueada por el Tribunal Supremo. Clinton también ha prometido añadir una tercera amnistía ejecutiva.
El plan de Clinton desencadenaría una crisis constitucional como la que nunca hemos presenciado. De hecho, aboliría los poderes legislativos del Congreso para escribir sus propias leyes desde la Oficina Oval.
En una administración Trump, todas las leyes de inmigración se harán cumplir. Al igual que con cualquier actividad de aplicación de la ley, estableceremos prioridades. Pero, a diferencia de esta administración, nadie será inmune ni estará exento de su cumplimiento – y a los agentes del ICE y de la Patrulla Fronteriza se les permitirá hacer su trabajo. Cualquiera que haya entrado a Estados Unidos de forma ilegal está sujeto a la deportación – para eso existen las leyes y los países.
Nuestras prioridades para la aplicación de la ley incluirán delincuentes, pandilleros, amenazas a la seguridad, personas con visas vencidas, y aquellas personas que son una carga pública – es decir, aquellas que dependen del bienestar público o que representan una carga para la red de seguridad, junto con millones de recientes inmigrantes ilegales y personas con visas vencidas que han venido bajo la actual administración.
Número seis: Vamos a suspender la expedición de visa a lugares donde no se pueda
realizar una adecuada investigación de antecedentes Según datos proporcionados al Subcomité del Senado sobre Inmigración y el Interés Nacional, entre el 11 de septiembre de 2001 y finales de 2014, al menos 380 personas de origen extranjero fueron condenadas como terroristas dentro de Estados Unidos. El número probablemente es mayor, pero la administración se niega a proporcionarle esta información al Congreso.
En cuanto ocupe el cargo, voy a pedirle al Departamento de Estado, al Departamento de Seguridad Nacional y al Departamento de Justicia que inicien una revisión exhaustiva de estos casos con el propósito de elaborar una lista de las regiones y los países desde los que se debe suspender la inmigración hasta que se implementen los mecanismos de investigación de antecedentes eficaces probados.
Los países desde los que se suspenderá la inmigración incluirían a Siria y Libia.
Por el precio de reubicar 1 refugiado en Estados Unidos, se podrían reubicar 12 en una zona de seguridad en sus regiones de origen. Otra reforma implica nuevas investigaciones de antecedentes para todos los solicitantes que incluyan una certificación ideológica para asegurarse de que las personas que admitimos en nuestro país comparten nuestros valores y aman a nuestro pueblo.
Por ejemplo, en los últimos cinco años, hemos admitido cerca de 100,000 inmigrantes procedentes de Iraq y Afganistán – en estos dos países, según una investigación de Pew, la mayoría de los residentes dicen que la barbárica práctica de los crímenes de honor contra las mujeres es justificable a menudo u ocasionalmente.
A los solicitantes se les preguntarán sus puntos de vista sobre los crímenes de honor, sobre el respeto a las mujeres, los homosexuales y las minorías, sus posturas sobre el islamismo radical, y muchos otros temas, como parte del proceso de investigación.
Número siete: Garantizaremos que otros países se lleven a sus ciudadanos cuando ordenemos sus deportaciones.
Hay por lo menos 23 países que se niegan a llevarse a sus ciudadanos después de que a éstos se les ordena salir de Estados Unidos, incluyendo un gran número de criminales violentos. Debido a una decisión del Tribunal Supremo, si estos delincuentes violentos no pueden ser enviados a casa, nuestros agentes de la ley tienen que liberarlos en comunidades de Estados Unidos.
A menudo hay terribles consecuencias, como la trágica muerte de Casey Chadwick en Connecticut el año pasado. Sin embargo, a pesar de la existencia de una ley que le ordena a la Secretaria de Estado detener la emisión de visas para estos países, la secretaria Hillary Clinton ignoró la ley y se negó a utilizar esta poderosa herramienta para hacer que otros países cumplan las leyes.
El resultado de su falta de ética fue la liberación de miles de peligrosos extranjeros criminales que deberían haber sido enviados a sus países de origen.
Según un informe del Boston Globe, desde el año 2008 hasta el año 2014, casi 13,000 extranjeros criminales fueron liberados en comunidades de Estados Unidos porque sus países de origen no quisieron recibirlos de vuelta. Muchas de estas 13,000 liberaciones ocurrieron bajo la supervisión de Hillary Clinton – ella tenía el poder y el deber de evitarlas y no lo hizo.
Entre los liberados se incluyen personas condenadas por asesinato, asalto sexual y algunos de los crímenes más atroces imaginables, quienes, en gran medida, reincidieron.
Número ocho: Finalmente terminaremos el sistema de seguimiento del visado biométrico de entrada y salida.
Durante años, el Congreso ha solicitado un sistema de seguimiento de visado biométrico de entrada y salida, pero nunca se ha concluido.
En mi administración, nos aseguraremos de que este sistema se implemente en todos los puertos terrestres, aéreos y marítimos. Aproximadamente la mitad de los nuevos inmigrantes ilegales llegaron con visas temporales y posteriormente nunca abandonaron el país. Además de violar nuestras leyes, aquellos que permanecen en nuestro país con las visas vencidas suponen una amenaza importante para la seguridad nacional. La Comisión del 11 de septiembre dice que este sistema de seguimiento debe ser de alta prioridad y que «hubiera ayudado a las fuerzas del orden y de inteligencia en agosto y septiembre de 2001 en la búsqueda de dos de los secuestradores del 11 de septiembre quienes se encontraban en Estados Unidos con visas vencidas».
Tan sólo el año pasado, casi medio millón de personas permanecieron después de que se vencieron sus visas temporales. La deportación de personas con visas vencidas será una prioridad de mi administración. Si personas de todo el mundo creen que sólo tienen que venir con una visa temporal y no irse – la política de Obama-Clinton – entonces tenemos una frontera totalmente abierta. Debemos enviar el mensaje de que se harán cumplir rigurosamente las fechas de vencimiento de las visas.
Número nueve: Eliminaremos el atractivo del empleo y los beneficios.
Nos aseguraremos de que E-Verify se utilice lo más posible bajo la legislación vigente, y colaboraremos con el Congreso para fortalecer y ampliar su uso en todo el país.
La ley de inmigración no sólo existe con el propósito de no dejar entrar a los criminales.
Existe para proteger todos los aspectos de la vida estadounidense – el lugar de trabajo, la oficina de asistencia social, el sistema educativo y mucho más. Por eso se establecen primeramente los límites de inmigración. Si solamente hacemos cumplir las leyes contra la delincuencia, entonces tenemos una frontera abierta a todo el mundo. Haré cumplir todas las leyes de inmigración.
Lo mismo ocurre con los beneficios del gobierno. El Centro de Estudios de Inmigración estima que el 62% de los hogares encabezados por inmigrantes ilegales utiliza algún tipo de programas de asistencia social en efectivo o en especies, como cupones de alimentos o asistencia para la vivienda. Esto viola directamente la ley federal de carga pública diseñada para proteger el tesoro de Estados Unidos.
Se priorizará la deportación de aquellos que abusan de nuestro sistema de bienestar.
Número 10: Reformaremos la inmigración legal para satisfacer los mejores intereses de Estados Unidos y sus trabajadores Hemos admitido 59 millones de inmigrantes a Estados Unidos entre 1965 y 2015.
Muchos de ellos han contribuido enormemente a nuestro país. Pero ahora tenemos una obligación con ellos, y con sus hijos, de controlar la inmigración futura – como lo hemos hecho después de oleadas migratorias anteriores – para garantiza la asimilación, la integración y la movilidad ascendente.
Dentro de pocos años la inmigración con respecto a la población nacional romperá registros históricos.
Ha llegado el momento de que una nueva comisión de inmigración desarrolle un nuevo conjunto de reformas a nuestro sistema legal de inmigración con el fin de lograr los siguientes objetivos:
Mantener los niveles de inmigración, según la proporción de ciudadanos, dentro de las normas históricas
Seleccionar a los inmigrantes según sus probabilidades de éxito en la sociedad estadounidense, y sus capacidades para ser financieramente autosuficientes. Necesitamos un sistema que satisfaga nuestras necesidades – recuerde, Estados Unidos primero.
Elegiremos a los inmigrantes según sus méritos, capacidades y aptitudes.
Y establecer nuevos controles de inmigración para aumentar los salarios y garantizar que los trabajos abiertos se les ofrezcan primeramente a los trabajadores estadounidenses.
Queremos que la gente venga a nuestro país, pero tienen que venir de forma legal y debidamente investigados, de forma que sirva al interés nacional.
Hemos estado viviendo bajo reglas de inmigración obsoletas desde hace décadas. Para evitar que esto suceda en el futuro, creo que deberíamos caducar nuestras leyes de visado para que el Congreso se vea obligado a revisarlas y modificarlas periódicamente.
No pondríamos todo nuestro presupuesto federal en modo automático durante décadas, así que ¿por qué deberíamos hacerlo con la inmigración?
Hablemos del panorama general
Estos diez pasos, si se siguen y aplican rigurosamente, lograrán más en cuestión de meses que lo que nuestros políticos han logrado en este tema en los últimos cincuenta años.
Pero como no soy un político, como no estoy en deuda con ningún interés especial, voy a lograr esto para usted y su familia.
Lograremos todos los pasos descritos anteriormente, y cuando lo hagamos, prevalecerán la paz, la ley, la justicia y la prosperidad. Disminuirá el crimen, se reducirán los cruces fronterizos, desaparecerán las bandas criminales, y disminuirá el uso del bienestar social. Tendremos un dividendo de paz que emplearemos en la reconstrucción de Estados Unidos, empezando por nuestras ciudades.
Aquellos que están aquí ilegalmente hoy y que buscan estatus legal, tendrán un camino y sólo un camino: regresar a casa y solicitar el reingreso bajo las reglas del nuevo sistema de inmigración legal que he descrito anteriormente. A aquellos que hayan abandonado el país para solicitar la entrada en virtud de este nuevo sistema no se les otorgarán visas excedentes, tendrán que entrar bajo los límites migratorios que se establezcan.
Romperemos el ciclo de amnistía e inmigración ilegal. No habrá amnistía.
Nuestro mensaje al mundo será el siguiente: no se puede obtener un estatus legal, o convertirse en un ciudadano de Estados Unidos entrando ilegalmente a nuestro país.
Esta declaración contribuirá a detener la crisis de las entradas ilegales y las permanencias ilegales después del vencimiento de las visas.
La gente sabrá que no se puede simplemente entrar de contrabando, esconderse, y esperar por la legalización. Esos días han terminado. En varios años, cuando hayamos logrado todos nuestros objetivos de aplicación de la ley – y puesto verdaderamente fin a la inmigración ilegal para siempre, incluyendo la construcción de un gran muro, y el establecimiento de nuestro nuevo sistema de inmigración legal – entonces, y sólo entonces, estaremos en una posición de considerar la distribución adecuada de los que queden.
Esa discusión sólo puede ocurrir en una atmósfera en la que la inmigración ilegal sea un recuerdo del pasado, lo que nos permitiría sopesar las diferentes opciones disponibles según las nuevas circunstancias del momento.
Sin embargo, en este momento nos encontramos en medio de una crisis de empleo, una crisis fronteriza, y una crisis de terrorismo. Todas las energías del gobierno federal y el proceso legislativo deben enfocarse ahora en la seguridad de la inmigración. Ésa es la única conversación que deberíamos tener en este momento.
Ya sean materiales peligrosos contrabandeados a través de la frontera, terroristas que llegan con visas, o estadounidenses que pierden sus empleos a causa de trabajadores extranjeros, éstos son los problemas que ahora debemos enfocarnos en solucionar – y los medios de comunicación tienen que comenzar a exigir la respuesta de Hillary Clinton sobre cómo sus políticas afectarán a los estadounidenses y su seguridad.
Éstas son cuestiones de vida o muerte para nuestro país y su gente, y merecemos respuestas de Hillary Clinton. Lo que sí sabemos, a pesar de la falta total de curiosidad por parte de los medios de comunicación, es que Hillary Clinton promete una amnistía radical combinada con una reducción radical de las leyes de inmigración. El resultado será más millones de inmigrantes ilegales, miles de delitos más violentos, y el caos total y la anarquía.
Esta elección es nuestra última oportunidad para asegurar la frontera, detener la inmigración ilegal, y reformar nuestras leyes para mejorar la vida de los estadounidenses. Eso es todo. No tendremos otra oportunidad – será demasiado tarde. Así que quiero recordarles a todos por lo que estamos luchando – y por quiénes estamos luchando.
Así que voy a pedirles a todas las Madres de Ángeles que se me unan en el escenario en este momento.
Ahora es el momento para que estas voces sean escuchadas.
Ahora es el momento para que los medios empiecen a hacer preguntas en nombre de
ellas.
Ahora es el momento para que todos nosotros, como un solo país, demócratas y republicanos, liberales y conservadores, nos unamos para traer justicia y seguridad a todos los estadounidenses.
Arreglemos este problema.
Aseguremos nuestra frontera.
Detengamos las drogas y el crimen.
Protejamos nuestra Seguridad Social y Medicare.
Y démosles nuevamente empleos en este país a nuestros trabajadores desempleados que viven del bienestar social.
Juntos podemos salvar vidas estadounidenses, empleos estadounidenses y el futuro estadounidense.
Juntos podemos salvar a Estados Unidos.
Únanseme en esta misión de hacer de Estados Unidos un gran país nuevamente.
¡Gracias, y que Dios los bendiga!»