Discurso pronunciado desde el banquillo en el Juicio de Rivonia en 1961

“Yo soy el primer acusado.

Tengo una licenciatura en Artes y ejercí de abogado en Johannesburgo durante varios años en colaboración con Oliver Tambo. Se me condena por salir del país sin permiso y por incitar a la gente a ir a la huelga a finales de mayo de 1961.

Ante todo, quiero decir que la sugerencia hecha por el Estado en su apertura que la lucha en Sudáfrica está bajo la influencia de los extranjeros o los comunistas es totalmente incorrecta. He hecho todo lo que hice, como individuo y como líder de mi pueblo, por mi experiencia en Sudáfrica y por mi propio orgullo africano.

En mi juventud en Transkei escuché a los ancianos de mi tribu contar historias de los viejos tiempos. Entre los cuentos se mencionaban los de las guerras de nuestros antepasados que lucharon en defensa de la patria. Los nombres de Dingane y Bambata, Hintsa y Makana, Squngthi y Dalasile, Moshoeshoe y Sekhukhuni, se elogiaron como la gloria de toda la nación africana. Yo esperaba entonces que la vida puede ofrecer la oportunidad de servir a mi pueblo y mi humilde contribución a su lucha por la libertad. Esto es lo que me ha motivado en todo lo que he hecho en relación con las acusaciones formuladas en mi contra en este caso.
Dicho esto, tengo que tratar de inmediato y con cierto detenimiento la cuestión de la violencia. Some of the things so far told to the Court are true and some are untrue. Algunas de las cosas que hasta ahora le dijo a la Corte son verdaderas y algunas son falsas. No obstante, niega que planeara sabotaje. Yo no tenía previsto en un espíritu de temeridad, ni porque tengo el amor de toda la violencia. Yo lo previsto como resultado de un ambiente tranquilo y sobrio de evaluación de la situación política que había surgido después de muchos años de tiranía, la explotación y la opresión de mi pueblo por los blancos.

Reconozco inmediatamente que yo era una de las personas que ayudaron a formar Umkhonto we Sizwe y que desempeñó un papel destacado en sus asuntos hasta que fue detenido en agosto de 1962.

En la declaración que voy a hacer voy a corregir ciertas impresiones falsas que han sido creados por el Estado testigos. Entre otras cosas, voy a demostrar que algunos de los actos mencionados en las pruebas no eran y no podría haber sido cometido por Umkhonto. Yo también se ocupará de la relación entre el Congreso Nacional Africano y Umkhonto, y con la parte que personalmente han desempeñado en los asuntos de ambas organizaciones. Voy a tratar también con el papel desempeñado por el Partido Comunista. Con el fin de explicar adecuadamente estas cuestiones, me tendrá que explicar qué Umkhonto establecidas para lograr, lo que los métodos prescritos para el logro de estos objetos, y por qué se eligieron estos métodos. También me tienen que explicar cómo se involucró en las actividades de estas organizaciones.

Niego que Umkhonto responsable de una serie de actos que claramente queda fuera de la política de la organización, y que han sido acusados en el auto de acusación en contra de nosotros. sé qué justificación hay para estos actos, pero para demostrar que no podría haber sido autorizado por Umkhonto, quiero referirme brevemente a las raíces y la política de la organización.

Ya he mencionado que yo era una de las personas que ayudaron a formar Umkhonto. Yo, y los demás que se inició la organización, lo hicieron por dos razones. En primer lugar, considera que, como resultado de la política del Gobierno, la violencia por la African people se había convertido en inevitable, y que, a menos que se le dio un liderazgo responsable para canalizar y controlar los sentimientos de nuestro pueblo, habrá brotes de terrorismo que se producen una intensidad de amargura y hostilidad entre las diversas razas de este país que no se produce, incluso por la guerra. En segundo lugar, consideramos que sin violencia no se abrirá la puerta a la African people para tener éxito en su lucha contra el principio de la supremacía blanca. Todos los modos legítimos de expresar oposición a este principio se había cerrado por la legislación, y nos coloca en una posición en la que hemos tenido a bien aceptar un estado permanente de inferioridad, o para desafiar al Gobierno. Hemos elegido a desafiar a la ley. En primer lugar, violó la ley de una manera que evita cualquier recurso a la violencia, cuando esta forma se legisló contra y, a continuación, el Gobierno recurrió a una demostración de fuerza para aplastar a la oposición a sus políticas, sólo entonces, hemos decidido responder a la violencia con violencia.

Pero la violencia que hemos decidido no adoptar el terrorismo. Nosotros, que se formó Umkhonto todos los miembros del Congreso Nacional Africano, había detrás de nosotros y el ANC tradición de la no violencia y la negociación como medio de resolver las controversias políticas. Creemos que Sudáfrica pertenece a todas las personas que viven en ella, y no a un grupo, ya sea blanco o negro. No queríamos una guerra interracial, y trató de evitarlo hasta el último minuto. Si la Corte está en duda acerca de esto, se verá que toda la historia de nuestra organización lleva a cabo lo que he dicho, y lo voy a decir, posteriormente, cuando describen las tácticas que Umkhonto decidió adoptar. Quiero, por tanto, decir algo sobre el Congreso Nacional Africano.

El Congreso Nacional Africano se formó en 1912 para defender los derechos de la African people que se ha visto gravemente limitada por la Ley de Sudáfrica, y que luego se ve amenazada por la Ley de tierras nativas. Por treinta y siete años – es decir, hasta el 1949 – que se adhirió estrictamente a la lucha constitucional. Presentó demandas y resoluciones, sino que envió el Gobierno a las delegaciones a que en la creencia de que las reclamaciones de África podría ser resuelta por medios pacíficos y que los africanos debate podría avanzar gradualmente a la plena los derechos políticos. Pero los gobiernos de blancos permanecieron indiferentes, y los derechos de los africanos fueron menos en lugar de convertirse en una mayor. En las palabras de mi jefe, Jefe Lutuli, quien se convirtió en Presidente de la ANC en 1952, y que más tarde fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz:

“que se niega que de treinta años de mi vida se han gastado en vano golpear, paciencia, moderación, y modestamente en una puerta cerrada y prohibido? ¿Cuáles han sido los frutos de la moderación? En los últimos treinta años se ha producido el mayor número de leyes que restringen nuestros derechos y el progreso, hasta el día de hoy hemos llegado a una etapa en la que casi no tienen derechos en absoluto “.

Incluso después de 1949, el ANC sigue decidido a evitar la violencia. En este momento, sin embargo, hubo un cambio de lo estrictamente constitucional los medios de protesta que se había empleado en el pasado. El cambio se materializó en una decisión que se tomó para protestar contra la legislación del apartheid por medios pacíficos, pero ilegal, las manifestaciones en contra de determinadas leyes. De conformidad con esta política de la ANC puso en marcha la Campaña de Desafío, en la que fue puesto a cargo de voluntarios. Esta campaña se basa en los principios de resistencia pasiva. Más de 8.500 personas desafiaron a las leyes del apartheid y se fueron a la cárcel. Sin embargo, no hubo un solo caso de violencia en el curso de esta campaña por parte de cualquier manifestante. Yo y diecinueve colegas fueron condenados por el papel que desempeñó en la organización de la campaña, pero nuestras oraciones fueron suspendidos debido principalmente a que el juez determinó que la disciplina y la no violencia en que se habían producido durante todo el proceso. Este fue el momento en que el voluntario de la sección de la ANC fue creada, y cuando la palabra ‘ Amadelakufa ‘ ‘Amadelakufa “se utilizó por primera vez: este fue el momento en que los voluntarios se les pidió que tomen el compromiso de defender ciertos principios. Pruebas relativas a los voluntarios y sus promesas se ha introducido en este caso, pero completamente fuera de contexto. Los voluntarios no eran, y no lo son, los soldados de un ejército negro se comprometieron a luchar una guerra civil contra los blancos. Ellos fueron y son. dedicado los trabajadores que están dispuestos a conducir las campañas iniciadas por el ANC para distribuir folletos, la organización de huelgas, o hacer lo que la campaña es necesario. se llaman los voluntarios, ya que los voluntarios para hacer frente a las penas de prisión y azotes, que ahora están previstas por el legislador para tales actos.

Durante la Campaña de Desafío, la Ley de seguridad pública y la Ley de enmienda del Código Penal se aprobaron. Los presentes Estatutos previsto penas más severas para los delitos cometidos por medio de protestas en contra de las leyes. A pesar de ello, las protestas continuaron y el ANC se adhirió a su política de no violencia. En 1956, 156 miembros destacados de la Alianza del Congreso, incluido yo mismo, fueron detenidos bajo la acusación de alta traición y los cargos en virtud de la Ley de Represión del Comunismo. La política no violenta de la ANC fue puesto en cuestión por el Estado, pero cuando el Tribunal dictó sentencia unos cinco años más tarde, se encontró que el ANC no tiene una política de la violencia. Nos fueron absueltos de todos los cargos, que incluía una cuenta de que la ANC tratado de crear un estado comunista en lugar del régimen actual. El Gobierno siempre ha tratado de etiquetar todos sus oponentes como los comunistas. Esta afirmación se ha repetido en el presente caso, pero como voy a mostrar, la ANC no es, ni nunca ha sido, una organización comunista.

En 1960 se produjo el tiroteo en Sharpeville, lo que resultó en la proclamación de un estado de emergencia y la declaración de la ANC como una organización ilícita. Mis colegas y yo, después de una cuidadosa consideración, hemos decidido que no obedecen a este decreto. Los africanos formaban parte del Gobierno y no las leyes por las que se rigen. Creímos en las palabras de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que «la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del Gobierno”, y para nosotros a aceptar la prohibición equivalía a aceptar el silencio de los africanos de todos los tiempos . The ANC refused to dissolve, but instead went underground. El ANC se negó a disolver, sino que pasó a la clandestinidad. Creíamos que era nuestro deber de preservar esta organización que había sido construido con casi cincuenta años de incesante trabajo. No me cabe duda de que no se respete la libre Blanco disolver la organización política que si se declara ilegal por el gobierno en la que no tienen voz.

En 1960 el Gobierno celebró un referéndum que condujo a la creación de la República. Los africanos, que constituyen aproximadamente el 70 por ciento de la población de Sudáfrica, no tenían derecho a voto, y ni siquiera fueron consultados sobre la propuesta de cambio constitucional. Se tomó una resolución para celebrar una Conferencia Africana para convocar una Convención Nacional, y organizar manifestaciones de masas en vísperas de la República no deseado, si el Gobierno no para llamar a la Convención. A la conferencia asistieron los africanos de diversas tendencias políticas. Yo era el Secretario de la Conferencia y se comprometió a ser responsable de la organización nacional se quedan en casa que posteriormente fue llamado para que coincida con la declaración de la República. Como todas las huelgas son ilegales por los africanos, la persona que la organización de dicha huelga debe evitar la detención. Fui escogido para ser esa persona, y, en consecuencia, tuve que dejar mi casa y mi familia y la práctica y pasar a la clandestinidad para evitar la detención.

Iba a ser una manifestación pacífica. Se dieron instrucciones a los organizadores y los miembros para evitar cualquier recurso a la violencia. La respuesta del Gobierno fue la introducción de nuevas y más severas las leyes, a fin de movilizar sus fuerzas armadas, y para enviar sarracenos, vehículos armados y los soldados en los municipios en una masiva demostración de fuerza destinada a intimidar a la gente. Esta fue una indicación de que el Gobierno ha decidido pronunciarse sólo por la fuerza, y esta decisión fue un hito en el camino a Umkhonto.

Algunos de estos pueden parecer irrelevantes para este juicio. De hecho, creo que nada de esto es irrelevante, ya que, espero, que la Corte pueda apreciar la actitud adoptada finalmente por las diversas personas y organismos interesados en el Movimiento de Liberación Nacional. Cuando fui a la cárcel en 1962, la idea dominante fue que la pérdida de la vida debe ser evitado. Ahora sé que esto era así en 1963.

Si vamos a ceder a la demostración de la fuerza y la amenaza implícita en contra de la acción futura, o si es que vamos a luchar contra ella y, en caso afirmativo, ¿cómo?

No teníamos ninguna duda de que teníamos que continuar la lucha. Cualquier otra cosa habría sido la más absoluta entrega. Nuestro problema no es si a la lucha, pero fue la forma de continuar la lucha. Nosotros, los de la CAN siempre ha defendido una democracia no racial, y se redujo de toda acción que pueda conducir las regatas más lejos de lo que ya eran. Pero los hechos fueron que cincuenta años de la no-violencia ha provocado la African people pero nada más y más legislación represiva, y menos y menos derechos. Puede que no sea fácil para el Tribunal de Primera Instancia de entender, pero es un hecho que durante mucho tiempo la gente ha estado hablando de la violencia – del día en que se lucha contra el hombre blanco y recuperar su país – y nosotros, los dirigentes de la ANC, sin embargo, siempre ha prevalecido sobre ellos para evitar la violencia y llevar a cabo los métodos pacíficos. Cuando algunos de nosotros hemos hablado de esto en mayo y junio de 1961, no se puede negar que nuestra política de alcanzar un Estado no racial por la no violencia ha logrado nada, y que nuestros seguidores estaban comenzando a perder la confianza en esta política y se desarrollo inquietante las ideas del terrorismo.

No debe olvidarse que por esta vez la violencia, de hecho, convertirse en una característica de la escena política de Sudáfrica. Ha habido violencia en 1957 cuando las mujeres de Zeerust recibieron la orden de llevar pases; hubo violencia en 1958 con la ejecución de sacrificio de ganado en Sekhukhuniland, hubo violencia en 1959, cuando los habitantes de Cato Manor protestaron contra las redadas; hubo violencia en 1960 cuando el Gobierno trató de imponer las autoridades de Pondoland bantú. Thirty-nine Africans died in these disturbances. Treinta y nueve africanos murieron en estos disturbios. En 1961 se habían producido disturbios en Warmbaths, y todo este tiempo ha sido el Transkei una masa de disturbios en plena ebullición. Cada perturbación señaló claramente a las consecuencias inevitables del crecimiento entre los africanos de la creencia de que la violencia era la única manera de salir – se puso de manifiesto que un gobierno que utiliza la fuerza para mantener su estado enseña al oprimido a usar la fuerza para oponerse a él. Ya habían surgido pequeños grupos en las zonas urbanas y espontáneamente a hacer planes para las formas violentas de lucha política. Ahora se plantea un peligro de que estos grupos de adoptar el terrorismo contra los africanos, así como los blancos, si no se dirige. Particularmente inquietante es el tipo de violencia que han surgido en lugares como Zeerust, Sekhukhuniland, y Pondoland entre los africanos. Es cada vez más la forma, no de lucha contra el Gobierno – aunque esto es lo que le pida -, sino de la lucha civil entre ellos, llevado a cabo de tal manera que no podía esperar alcanzar algo más que una pérdida de la vida y la amargura.

A principios de junio de 1961, después de una larga y ansiosa de evaluación de la situación de Sudáfrica, yo y algunos colegas, llegó a la conclusión de que, como la violencia en este país era inevitable, no sería realista y lo malo para que los dirigentes africanos a que sigan la predicación la paz y la no-violencia en un momento en que el Gobierno cumplió con las exigencias de paz con la fuerza.

Esta conclusión a la que no fue fácil llegar. Fue sólo cuando todo lo demás ha fracasado, cuando todos los canales de protesta pacífica se ha prohibido a nosotros, que se tomó la decisión de embarcarse en formas violentas de lucha política, y para formar Umkhonto we Sizwe. Lo hicimos porque no deseamos tal supuesto, pero únicamente porque el Gobierno nos dejó sin ninguna otra elección. En el Manifiesto de Umkhonto publicada el 16 de diciembre de 1961, que es la Exhibición AD, nos dijo:
No vamos a presentar y no tenemos otra opción que volver a golpear por todos los medios a nuestro alcance en defensa de nuestro pueblo, nuestro futuro y nuestra libertad.

Este era nuestro sentimiento, en junio de 1961 cuando se decidió a presionar para un cambio en la política del Movimiento de Liberación Nacional. Sólo puedo decir que me sentí moralmente obligado a hacer lo que hice.

No voy a decir a los que hablamos, o lo que dice, pero quiero tratar con la función del Congreso Nacional Africano en esta fase de la lucha, y con la política y los objetivos del Umkhonto.
Se formó una visión clara que se puede resumir de la siguiente manera:

1. Era una organización política de masas con una función política que cumplir. Sus miembros se han sumado a expresar sobre la política de no-violencia.

2. Por todo esto, no puede y no comprometen la violencia. Esto debe subrayarse. Tampoco sería políticamente correcto, ya que daría lugar a los miembros a dejar de llevar a cabo esta actividad esencial: la propaganda política y la organización. Tampoco es admisible para cambiar la naturaleza de toda la organización.

3. Por otra parte, en vista de esta situación que he descrito, el ANC estaba dispuesto a apartarse de sus cincuenta años de la política de no violencia a la presente medida en que ya no desaprueban la violencia debidamente controlada. De ahí que los miembros que se comprometieron dicha actividad no debe estar sujeto a acción disciplinaria por el ANC.

Como resultado de esta decisión, Umkhonto se formó en noviembre de 1961. Cuando se tomó esta decisión y, posteriormente, formularon nuestros planes, el ANC del patrimonio de la no violencia y la armonía racial fue mucho con nosotros. Pensamos que el país se deriva hacia una guerra civil en el que negros y blancos que luchan entre sí. Hemos visto la situación con alarma. La guerra civil podría significar la destrucción de lo que era para el ANC, con la guerra civil, la paz racial sería más difícil que nunca de lograr. Ya tenemos ejemplos en la historia de Sudáfrica de los resultados de la guerra. Se ha tardado más de cincuenta años de las cicatrices de la guerra de Sudáfrica a desaparecer. ¿Cuánto tiempo haría falta para erradicar las cicatrices de las inter-racial de la guerra civil, que no podía ser combatido sin una gran pérdida de vidas en ambos lados?

La evitación de la guerra civil ha dominado nuestro pensamiento durante muchos años, pero cuando se decidió adoptar la violencia como parte de nuestra política, nos dimos cuenta de que podríamos tener un día para hacer frente a la perspectiva de una guerra. Esto ha de tenerse en cuenta en la formulación de nuestros planes. Nos exige un plan que es flexible y que nos permite actuar de acuerdo con las necesidades de los tiempos y, sobre todo, el plan tenía que ser una guerra civil que se reconoció como el último recurso, y dejó la decisión sobre esta cuestión para el futuro . No queríamos que se comprometan a la guerra civil, pero queríamos estar listos si se hiciera inevitable.
Cuatro formas de violencia posible. Hay sabotaje, hay guerrilla, hay terrorismo, y hay revolución. Decidimos adoptar el primer método de escape y que antes de tomar cualquier otra decisión.
A la luz de nuestro compromiso político de fondo la elección era lógica. Sabotaje no implica la pérdida de vidas, y que ofrece la mejor esperanza para las futuras relaciones raciales. La amargura se limitará al mínimo y, si la política ha dado sus frutos, el gobierno democrático podría convertirse en una realidad. Esto es lo que sentí en ese momento, y esto es lo que dijimos en nuestro Manifiesto.

Esperamos que no sea demasiado tarde, de modo que tanto el Gobierno y sus políticas pueden ser cambiadas antes de que las cosas llegar a la desesperada situación de guerra civil. ”

El plan inicial se basaba en un análisis cuidadoso de la situación política y económica de nuestro país. Creímos que Sudáfrica depende en gran medida de capital extranjero y el comercio exterior. Pensamos que la destrucción planificada de plantas de energía, y la interferencia con el ferrocarril y las comunicaciones telefónicas, que tienden a asustar a los capitales del país, hacen más difícil para las mercancías procedentes de las zonas industriales para llegar a los puertos marítimos en los plazos previstos, y en el largo plazo ser una pesada carga para la vida económica del país, lo que obliga a los electores del país a reconsiderar su posición.

Ataques a la cadena de la vida económica del país a estar vinculado con el Gobierno de sabotaje en los edificios y otros símbolos del apartheid. Estos ataques podría servir como fuente de inspiración para nuestro pueblo. Además, sería una salida para aquellas personas que se instaba a la adopción de métodos violentos y nos permitiría dar pruebas concretas a nuestros seguidores que habían adoptado una línea más atrás y estaban luchando contra el Gobierno de la violencia.

Además, si la acción de masas, se llevó a cabo, y las represalias tomadas en masa, pensamos que la simpatía por nuestra causa sería despertado en otros países, y que sería mayor la presión ejercida sobre el Gobierno de Sudáfrica.

Entonces este era el plan. Umkhonto era para llevar a cabo el sabotaje, y se les dio instrucciones estrictas a sus miembros desde el principio, que en ningún caso se les hiera o mate a la gente en la planificación o ejecución de las operaciones. Estas instrucciones se han mencionado en las pruebas de ‘ Mr. X’ .

Los asuntos de Umkhonto fueron controlados y dirigidos por un Consejo Nacional de Alto Mando, que tiene facultades de cooptación y de lo que podría, y lo hizo, nombrar los comandos regionales. El Alto Mando es el órgano que determina los objetivos y las tácticas y estuvo a cargo de la formación y financiación. Con el alto mando había Comandos Regionales que se encarga de la dirección de los grupos locales de sabotaje. En el marco de la política establecida por el Consejo Nacional de Alto Mando, los comandos regionales con autoridad para seleccionar los objetivos a ser atacados. No tenían autoridad para ir más allá del marco y por lo tanto no tiene autoridad para iniciar los actos que ponen en peligro la vida, o que no encajan en el plan general de sabotaje.

Umkhonto tuvo su primera operación el 16 de diciembre de 1961, cuando los edificios de Gobierno, celebrada en Johannesburgo, Port Elizabeth y Durban, fueron atacadas. La selección de los objetivos es la prueba de la política a la que me he referido. Que había la intención de atacar la vida que se han seleccionado los objetivos que las personas se congregaron, y no edificios vacíos y las centrales eléctricas. El sabotaje que se ha comprometido antes del 16 de diciembre 1961 fue obra de grupos aislados y no tenía ninguna relación con cualquier Umkhonto. De hecho, algunos de estos y una serie de actos más tarde fueron reclamados por otras organizaciones.

El manifiesto de Umkhonto se publicó en el día en que comenzaron las operaciones. La respuesta a nuestras acciones y Manifiesto de la población blanca era característicamente violento. El Gobierno amenazó con tomar medidas enérgicas, y exhortó a sus seguidores a mantenerse firmes y hacer caso omiso de las demandas de los africanos. Los blancos no respondieron sugiriendo cambio, sino que respondió a nuestro llamamiento al sugerir la laager.

En contraste, la respuesta de los africanos fue de aliento. De repente existe la esperanza de nuevo. Las cosas estaban sucediendo. Una gran cantidad de entusiasmo generado por los éxitos iniciales, y la gente comenzó a especular sobre cómo la libertad pronto se obtendría.

Sudáfrica es el país más rico de África y podría ser uno de los países más ricos del mundo. Pero es una tierra de extremos y contrastes muy marcados. Los blancos disfrutan de lo que bien podía ser el nivel más alto de vida del mundo, mientras que los africanos viven en pobreza y miseria.

El 40% de los africanos viven sin esperanza en condiciones de pobreza inimaginables. Los más prósperos viven en Johannesburg, aun así su situación es desesperada. Las últimas cifras a 25 de Marzo de 1964 muestran que el 42,84% de las familias viven por debajo del umbral de la pobreza. En estos casos, la pobreza va de la mano de la malnutrición y de las enfermedades: Tuberculosis, gastrointeritis, escorbuto… traen la muerte y la destrucción de la salud. La incidencia de la mortalidad infantil es una de las más altas del mundo. Según la oficina médica de Pretoria, la tuberculosis mata a 40 personas al día (casi todos africanos), y en 1961 hubo 58491 nuevos casos registrados.

Las enfermedades no solo destroza los órganos vitales sino que dan como resultado falta de inteligencia y de iniciativa y reduce el poder de concentración. Los efectos secundarios de tales condiciones afectan al conjunto de toda la comunidad y al rendimiento de los trabajadores.

El reproche de los africanos, ahora bien, es no solo que ellos son pobres y que los blancos son ricos, sino que las leyes, que están hechas por los blancos, están destinadas a preservar esta situación. Hay dos maneras de romper con la pobreza. La primera es mediante una adecuada educación, y la segunda es adquirir una mayor profesionalidad de los propios trabajadores y de esta manera adquirir unos mayores salarios. Estas dos vías de salvación están deliberadamente cortadas por la legislación de los blancos.

El presente gobierno ha impedido siempre que los africanos adquieran una adecuada educación. Una de sus primeras medidas después de tomar el poder, el de eliminar todos los subsidios a las escuelas africanas. Muchos niños africanos que asistían a las escuelas dependían de estos subsidios. Este fue un acto cruel.

Existe la educación obligatoria para todos los blancos, y virtualmente sin coste alguno para sus padres, sean ricos o pobres. Las mismas condiciones no se adjudican a los niños africanos. A menudo, los niños africanos tienen que pagar más por su escolarización que los niños blancos.

El gobierno a menudo responde a estas críticas diciendo que los africanos de Sudáfrica son mejores económicamente que cualquiera de los otros habitantes del resto de África. Yo desconozco si esta afirmación es correcta o no. Pero aun siendo cierta, mientras los africanos estén concernidos, esto es irrelevante.

Nuestra queja no es que nosotros seamos pobres en comparación con la gente de otros países, sino que nosotros somos pobres en comparación con los blancos de nuestro propio país, y que esta situación está favorecida mediante legislación.

La ausencia de dignidad humana experimentada por los africanos es el resultado directo de la política de la supremacía blanca. La supremacía blanca implica la inferioridad de los negros. La legislación actual está designada a preservar dicha supremacía.

Por encima de todo, nosotros deseamos derechos políticos igualitarios, porque sin ellos, nuestras deficiencias serán permanentes. Sé que esto suena revolucionario para los blancos de este país, porque la mayoría de los votantes serán africanos. Esta es la razón por la que el hombre blanco teme a la democracia.

Esto es todo por lo que lucha el partido ANC. Su batalla es realmente una batalla nacional. Es una batalla de la gente africana, inspirada por sus propios sufrimientos y su propia experiencia. Es una batalla por el derecho a vivir.

A lo largo de mi vida, me he dedicado a luchar por los derechos de los africanos. He luchado contra la dominación blanca.

He soñado con la idea de una democracia”.

Discurso pronunciado al salir de prisión el 11 de febrero de 1990

“Amigos, camaradas y compañeros sudafricanos.

Os saludo a todos en nombre de la paz, la democracia y la libertad para todos.

Estoy aquí, no como un profeta sino como un humilde servidor de vosotros, el pueblo. Vuestros incansables y heroicos sacrificios han hecho posible que yo esté aquí hoy. Por lo tanto, pongo los restantes años de mi vida en vuestras manos.

En este día de mi liberación, extiendo mi más sincero y más cálido agradecimiento a los millones de mis compatriotas y los de todos los rincones del mundo que han luchado sin descanso por mi liberación.

Le envío un saludo especial a la gente de Ciudad del Cabo, la ciudad que ha sido mi casa durante tres décadas. Sus marchas masivas y otras formas de lucha han servido como una fuente constante de fuerza para todos los presos políticos.

Saludo al Congreso Nacional Africano. Se ha cumplido todas nuestras expectativas en su papel de líder de la gran marcha hacia la libertad. Saludo a nuestro presidente, el camarada Oliver Tambo, por liderar la ANC, incluso en las circunstancias más difíciles.

Saludo a los miembros de la tropa de la ANC. Usted ha sacrificado la vida y la integridad física en la búsqueda de la noble causa de nuestra lucha.

Saludo a los combatientes de Umkhonto we Sizwe, como Solomon Mahlangu y Ashley Kriel que han pagado el precio más alto por la libertad de todos los sudafricanos.

Saludo del Partido Comunista de Sudáfrica por su contribución esterlina para la lucha por la democracia. Vosotros habéis sobrevivido 40 años a una persecución implacable. La memoria de los grandes comunistas como Moisés Kotane, Yusuf Dadoo, Bram Fischer y Moses Mabhida será apreciada por las generaciones venideras.

Saludo al Secretario General Joe Slovo, uno de nuestros mejores patriotas. Nos sentimos alentados por el hecho de que la alianza entre nosotros y el partido sigue siendo tan fuerte como siempre lo fue.

Saludo del Frente Democrático Unido, el Comité Nacional de Crisis Educación, el Congreso de la Juventud de Sudáfrica, el Transvaal y Natal Congresos Indigenistas y COSATU y las muchas otras formaciones del Movimiento Democrático Misa.

También saludo al Black Sash y a la Unión Nacional de Estudiantes Sudafricanos. Observamos con orgullo que ha actuado como la conciencia de la Sudáfrica blanca. Incluso durante los días más oscuros de la historia de nuestra lucha vosotros llevasteis en alto la bandera de la libertad. La movilización de masas a gran escala de los últimos años es uno de los factores clave que llevaron a la apertura del capítulo final de nuestra lucha.

Extiendo mi saludo a la clase obrera de nuestro país. Vuestra fuerza organizada es el orgullo de nuestro movimiento. Vostros seguís siendo la fuerza más confiable en la lucha para acabar con la explotación y la opresión.

Rindo homenaje a las numerosas comunidades religiosas que llevaron hacia adelante a la campaña por la justicia, cuando se silenciaron las organizaciones de nuestro pueblo.

Saludo a los líderes tradicionales de nuestro país – muchos de vosotros seguís caminando tras los pasos de los grandes héroes como Hintsa y Sekhukune.

Rindo homenaje al interminable heroísmo de los jóvenes, vosotros, los jóvenes leones. Vosotros, los jóvenes leones, habéis energizado toda nuestra lucha. Rindo homenaje a las madres, esposas y hermanas de nuestra nación. Vosotras sois la roca dura fundamento de nuestra lucha. El apartheid ha causado más dolor en vosotras que en cualquier otra persona.

En esta ocasión, agradecemos a la comunidad mundial por su gran contribución a la lucha contra el apartheid. Sin su apoyo a nuestra lucha no habría llegado a esta etapa avanzada. El sacrificio de los Estados de primera línea será recordado por los sudafricanos siempre.

Mis saludos estarían incompletos sin expresar mi profundo aprecio por la fuerza que me han dado durante mis largos y solitarios años de cárcel mi amada esposa y mi familia. Estoy convencido de que su dolor y sufrimiento fue mucho mayor que el mío propio.

Antes de seguir adelante quiero dejar claro que tengo la intención de hacer sólo unas pocas observaciones preliminares en esta etapa. Voy a hacer una declaración más completa sólo después de haber tenido la oportunidad de consultar con mis compañeros.

Hoy en día la mayoría de los sudafricanos, blancos y negros, reconocemos que el apartheid no tiene futuro. Tiene que ser terminado por nuestra decisiva propia acción de masas, para la construcción de la paz y la seguridad. La campaña masiva de desafío y otras acciones de nuestra organización y la gente sólo puede culminar en el establecimiento de la democracia. La destrucción causada por el apartheid en nuestro subcontinente es incalculable. El tejido de la vida familiar de millones de mi pueblo se ha hecho añicos. Millones de personas están sin hogar y sin trabajo. Nuestra economía está en ruinas y nuestra gente está envuelta en luchas políticas. Nuestro recurso a la lucha armada en 1960 con la formación del ala militar del ANC, Umkhonto we Sizwe, fue una acción puramente defensiva en contra de la violencia del apartheid. Existen todavía los factores que hicieron necesaria la lucha armada hoy. No tenemos más remedio que continuar. Expresamos la esperanza de que un clima propicio para un acuerdo negociado se creará en breve por lo que ya no puede ser necesaria la lucha armada. Yo soy un miembro leal y disciplinado del Congreso Nacional Africano. Por tanto, estoy totalmente de acuerdo con todos sus objetivos, estrategias y tácticas. La necesidad de unir a la gente de nuestro país es una tarea tan importante ahora como lo ha sido siempre. Ningún líder individual es capaz de asumir esta enorme tarea por su cuenta. Es nuestra tarea como líderes fijar nuestros puntos de vista en nuestra organización y permitir las estructuras democráticas para decidir. Sobre la cuestión de la práctica democrática, siento el deber de hacer lo que una persona que ha sido elegida democráticamente en una conferencia nacional debe hacer como líder.Este es un principio que debe respetarse sin excepciones.

Hoy, quiero informarles que mis conversaciones con el Gobierno se han dirigido a la normalización de la situación política en el país. Nosotros todavía no hemos comenzado a discutir las demandas básicas de la lucha. Quiero subrayar que yo mismo no he entrdo en ningún momento aun en las negociaciones sobre el futuro de nuestro país, salvo para insistir en una reunión entre el ANC y el gobierno. El sr. De Klerk ha ido más lejos que cualquier otro presidente nacionalista en tomar medidas reales para normalizar la situación. Sin embargo, hay otras medidas como se indica en la Declaración de Harare que han de cumplirse antes de que puedan comenzar las negociaciones sobre las demandas básicas de nuestro pueblo. Reitero nuestro llamada, entre otras cosas, para la finalización inmediata del estado de emergencia y la liberación de todos, y no sólo algunos, los presos políticos. Sólo tal situación normalizada, que permitirá la libre actividad política, puede permitir que consultemos a nuestro pueblo con el fin de obtener un mandato. Las personas necesitan ser consultadas sobre quién va a negociar y sobre el contenido de tales negociaciones. Las negociaciones no pueden llevarse a cabo por encima de las cabezas o a espaldas de nuestro pueblo. Es nuestra creencia que el futuro de nuestro país sólo puede ser determinado por un organismo que eas elegido democráticamente en una base no-racista. Las negociaciones sobre el desmantelamiento del apartheid tendrán que hacer frente a la demanda abrumadora de nuestro pueblo por una Sudáfrica democrática y no racista y unitaria. Hay que poner fin al monopolio blanco en el poder político y una reestructuración fundamental de nuestros sistemas políticos y económicos para asegurar que las desigualdades del apartheid se abordan y democratizar nuestra sociedad a fondo.

Hay que añadir que el propio Sr. De Klerk es un hombre de integridad, que es muy consciente de los peligros de que una figura pública no haga honor a sus compromisos. Pero lo haremos frente a medida que nuestra organización se base en nuestra política y estrategia. Y esta realidad es que todavía estamos sufriendo bajo la política del gobierno nacionalista.

Nuestra lucha ha llegado a un momento decisivo. Hacemos un llamado a nuestra gente a aprovechar este momento para que el proceso hacia la democracia sea rápido y sin interrupciones. Hemos esperado demasiado tiempo para nuestra libertad. Ya no podemos esperar. Ahora es el momento de intensificar la lucha en todos los frentes. Relajar nuestros esfuerzos ahora sería un error que las generaciones venideras no serán capaces de perdonar. La visión de la libertad que se avecina en el horizonte debe animarnos a redoblar nuestros esfuerzos.

Es sólo a través de la acción de masas disciplinado que nuestra victoria puede ser asegurada. Hacemos un llamamiento a nuestros compatriotas blancos a unirse a nosotros en la conformación de una nueva Sudáfrica. El movimiento de la libertad es un hogar político para vosotros también. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional a continuar la campaña de aislar al régimen del apartheid. Levantar las sanciones ahora sería correr el riesgo de abortar el proceso hacia la erradicación total del apartheid.

Nuestra marcha hacia la libertad es irreversible. No debemos permitir que el miedo se interponga en nuestro camino. El sufragio universal en función de las electores, asi como en una única democrática y no racista Sudáfrica es el único camino a la paz y la armonía racial.

Para concluir quiero citar mis propias palabras durante mi juicio en 1964. Son verdaderas hoy como lo fueron entonces:

‘He luchado contra la dominación blanca y he luchado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad democrática y libre en la que todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero vivir y lograr. Pero si es necesario, es un ideal por el cual estoy preparado para morir’».

Discurso pronunciado en el acto central por el 38 Aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, celebrado en la provincia de Matanzas el 26 de julio de 1991

«Primer secretario del Partido Comunista, Presidente del Consejo de Estado y del Gobierno de Cuba, Presidente de la República Socialista de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro;

Internacionalistas cubanos que tanto han hecho por la liberación de nuestro continente;

Pueblo cubano; camaradas y amigos:

Para mí es un gran placer y un honor encontrarme hoy aquí, especialmente en un día tan importante en la historia revolucionaria del pueblo cubano. Hoy Cuba conmemora el trigésimo octavo aniversario del asalto al cuartel Moncada. Sin el Moncada, la expedición del Granma, la lucha en la Sierra Maestra y la extraordinaria victoria del 1ro de Enero de 1959 nunca habrían tenido lugar.

Hoy esta es la Cuba revolucionaria, la Cuba internacionalista, el país que tanto ha hecho por los pueblos de África.

Hace mucho tiempo que queríamos visitar su país y expresarles nuestros sentimientos acerca de la Revolución Cubana, y el papel desempeñado por Cuba en África, en el África austral y en el mundo.

El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan.

Desde sus días iníciales, la Revolución Cubana ha sido una fuente de inspiración para todos los pueblos amantes de la libertad.

Admiramos los sacrificios del pueblo cubano por mantener su independencia y soberanía ante la pérfida campaña imperialista orquestada para destruir los impresionantes logros alcanzados por la Revolución Cubana.

Nosotros también queremos ser dueños de nuestro propio destino. Estamos decididos a lograr que el pueblo de Sudáfrica forje su futuro y que continúe ejerciendo sus derechos democráticos a plenitud después de la liberación del apartheid. No queremos que la participación popular cese cuando el apartheid haya desaparecido. Queremos que el momento mismo de la liberación abra el camino a una democracia cada vez mayor.

Admiramos los logros de la Revolución Cubana en la esfera de la asistencia social. Apreciamos cómo se ha transformado de un país al que se le había impuesto el atraso a uno de cultura universal. Reconocemos los avances en los campos de la salud, la educación y la ciencia.

Es mucho lo que podemos aprender de su experiencia. De modo particular nos conmueve la afirmación del vínculo histórico con el continente africano y sus pueblos. Su invariable compromiso con la erradicación sistemática del racismo no tiene paralelo.

Pero la lección más importante que ustedes pueden ofrecemos es que no importa cuáles sean las adversidades, no importa cuáles sean las dificultades contra las que haya que luchar, ¡no puede haber jamás claudicación!

¡Es un caso de libertad o muerte!

Yo sé que su país atraviesa actualmente muchas dificultades, pero tenemos confianza en que el indoblegable pueblo cubano las vencerá en la misma forma en que ha ayudado a otros pueblos a vencer las que afrontaban.

Sabemos que el espíritu revolucionario de hoy se inició hace mucho, y que ese espíritu se fue nutriendo del esfuerzo de los primeros combatientes por la libertad de Cuba y de hecho por la libertad de todos aquellos que sufren bajo el dominio imperialista.

Nosotros también hallamos inspiración en la vida y ejemplo de José Martí, quien no es solo un héroe cubano y latinoamericano sino una figura justamente venerada por todos los que luchan por la libertad.

También honramos al gran Che Guevara, cuyas hazañas revolucionarias —incluso en nuestro continente— fueron de tal magnitud que ningún encargado de censura en la prisión nos las pudo ocultar. La vida del Che es una inspiración para todo ser humano que ame la libertad. Siempre honraremos su memoria.

África tiene una gran deuda con Cuba

Hemos venido aquí con gran humildad. Hemos venido aquí con gran emoción. Hemos venido aquí conscientes de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país puede mostrar una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en sus relaciones con África?

¿Cuántos países del mundo se benefician de la obra de los trabajadores de la salud y los educadores cubanos?

¿Cuántos de ellos se encuentran en África?

¿Dónde está el país que haya solicitado la ayuda de Cuba y que le haya sido negada?

¿Cuántos países amenazados por el imperialismo o que luchan por su liberación nacional han podido contar con el apoyo de Cuba?

Yo me encontraba en prisión cuando por primera vez me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas internacionalistas cubanas le estaban dando al pueblo de Angola —en una escala tal que nos era difícil creerlo— cuando los angolanos se vieron atacados en forma combinada por las tropas sudafricanas, el FNLA financiado por la CIA, los mercenarios y las fuerzas de la UNITA y de Zaire en 1975.

Nosotros en África estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nuestra soberanía. En la historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en defensa de uno de nosotros.

Sabemos también que esta fue una acción popular en Cuba. Sabemos que aquellos que lucharon y murieron en Angola fueron solo una pequeña parte de los que se ofrecieron como voluntarios. Para el pueblo cubano, el internacionalismo no es simplemente una palabra, sino algo que hemos visto puesto en práctica en beneficio de grandes sectores de la humanidad.

Sabemos que las fuerzas cubanas estaban dispuestas a retirarse poco después de repeler la invasión de 1975, pero las continuas agresiones de Pretoria hicieron que esto fuera imposible.

La presencia de ustedes y el refuerzo enviado para la batalla de Cuito Cuanavale tienen una importancia verdaderamente histórica.

¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África!

¡Esa contundente derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale dio la posibilidad a Angola de disfrutar de la paz y consolidar su propia soberanía!

¡La derrota del ejército racista le permitió al pueblo combatiente de Namibia alcanzar finalmente su independencia!

¡La decisiva derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco!

¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica!

¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no hubieran sido legalizadas!

¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes!

¡Cuito Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral!

¡Cuito Cuanavale marca el viraje en la lucha para librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid!

Visión del ANC de la situación en Sudáfrica

El apartheid no es algo que haya comenzado ayer. Los orígenes de la dominación racista blanca se remontan tres siglos y medio, al momento en que los primeros colonos blancos iniciaron el proceso de división y posterior conquista de los Khoi, los San y otros pueblos africanos: los habitantes originarios de nuestro país.

El proceso de conquista, desde su comienzo, engendró una serie de guerras de resistencia, las que a su vez generaron nuestra guerra de liberación nacional. Luchando con grandes desventajas, los pueblos africanos trataron de defender sus tierras. Pero la base material y la resultante fuerza militar de los agresores coloniales llevaron a los divididos reinos y jefes tribales a la derrota.

Esta tradición de resistencia aún pervive y sirve de inspiración a nuestra lucha actual. Nosotros honramos la figura del gran profeta y guerrero Makana, que murió tratando de escapar de la prisión de la Isla Robben en 1819; de Hintsa, Sekhukhune, Dingane, Moshoeshoe, Bambatha y otros héroes de la resistencia ante la conquista colonial.

Fue con estos antecedentes de captura de territorios y conquistas que se creó la Unión Sudafricana en 1910. Para apariencias externas, Sudáfrica se convirtió en un estado independiente, pero en realidad los conquistadores británicos entregaron el poder a los blancos que se habían establecido en el país. Así la nueva Unión Sudafricana pudo formalizar la opresión racial y la explotación económica de los negros.

Después de creada la Unión, la adopción de la Ley de Territorios —encaminada a legalizar las apropiaciones del siglo XIX— aceleró el proceso que conduciría a la constitución del Congreso Nacional Africano el 8 de junio de 1912.

No voy a recontarles la historia del ANC. Baste decir que los 80 años de nuestra existencia han sido testigos de la evolución del ANC desde sus inicios, cuando procuraba unir a los pueblos africanos, hasta convertirse en la fuerza principal en la lucha de las masas oprimidas por acabar con el racismo y fundar un estado no racial, no sexista y democrático.

Su militancia se ha transformado de un pequeño grupo inicial de profesionales y jefes, etcétera, a una verdadera organización de masas populares.

Sus objetivos han evolucionado de la simple búsqueda de mejoras para la población africana, a buscar en cambio la transformación fundamental de toda Sudáfrica en un estado democrático para todos.

Los métodos para lograr sus objetivos de mayor alcance han adquirido a través de los años un mayor carácter de masas, lo que se refleja en la creciente participación popular dentro del ANC y en las campañas encabezadas por el ANC.

En ocasiones, algunos señalan que los propósitos iniciales del ANC y su composición original eran los de una organización reformista. La verdad es que desde su nacimiento el ANC era portador de profundas implicaciones revolucionarias. La formación del ANC fue el primer paso hacia la creación de una nueva nación sudafricana. Con el tiempo ese concepto se desarrolló hasta encontrar una clara expresión hace 36 años en la declaración de la Carta de la Libertad, donde se expresa que «Sudáfrica pertenece a todos los que en ella viven, tanto negros como blancos». Esta constituyó un rechazo inequívoco al estado racista que existía y la afirmación de la única alternativa que nos resulta aceptable, una donde el racismo y sus estructuras sean finalmente liquidados.

Es bien sabido que la respuesta del estado a nuestras legítimas demandas democráticas fue, entre otras, la de acusar a nuestra dirigencia de traición y realizar a comienzos de los años 60 masacres indiscriminadas. Estos hechos y la proscripción de nuestra organización nos dejó sin otro camino que el de hacer lo que ha hecho cualquier pueblo que se respete a sí mismo —incluido el cubano—, es decir, levantarnos en armas para reconquistar nuestro país de manos de los racistas.

Debo decir que cuando quisimos alzamos en armas nos acercamos a numerosos gobiernos occidentales en busca de ayuda y solo obtuvimos audiencia con ministros de muy bajo rango. Cuando visitamos Cuba fuimos recibidos por los más altos funcionarios, quienes de inmediato nos ofrecieron todo lo que queríamos y necesitábamos. Esa fue nuestra primera experiencia con el internacionalismo de Cuba.

Aunque nos alzamos en armas, no fue esa la opción de nuestra preferencia. Fue el régimen del apartheid el que nos obligó a tomar las armas. Nuestra opción preferida siempre ha sido la de encontrar una solución pacífica al conflicto del apartheid.

La lucha combinada de nuestro pueblo dentro del país, así como la creciente batalla internacional contra el apartheid durante la década del 80 abrieron la posibilidad de una solución negociada a dicho conflicto. La decisiva derrota infligida en Cuito Cuanavale alteró la correlación de fuerzas en la región y redujo considerablemente la capacidad del régimen de Pretoria de desestabilizar a sus vecinos. Este hecho, conjuntamente con la lucha de nuestro pueblo dentro del país, fue crucial para hacer entender a Pretoria que tenía que sentarse a la mesa de negociaciones.

El ANC obligó al régimen a negociar

Fue el ANC el que inició el actual proceso de paz que esperamos conduzca a una transferencia negociada del poder al pueblo.

No hemos iniciado este proceso con objetivos distintos de los que buscábamos obtener mediante la lucha armada. Nuestras metas continúan siendo las de alcanzar las demandas contenidas en la Carta de la Libertad y no nos vamos a conformar con menos.

Ningún proceso de negociación puede tener éxito hasta que el régimen del apartheid comprenda que no habrá paz a menos que haya libertad y que no vamos a ceder en una sola de nuestras justas demandas. Deben comprender que no aceptaremos ningún proyecto constitucional que pretenda mantener los privilegios de los blancos.

Tenemos motivos para pensar que aún no hemos logrado que el gobierno entienda esta posición y les advertimos que si no escuchan tendremos que usar nuestra fuerza para convencerlos.

Esa fuerza es la fuerza del pueblo y en última instancia sabemos que las masas no solo exigirán sino que ganarán sus plenos derechos en una Sudáfrica no racista, no sexista y democrática.

Pero nosotros no buscamos solamente una meta en particular, proponemos una vía específica para lograr esa meta, una vía que supone la participación del pueblo en todo momento. No queremos un proceso que conduzca a un acuerdo ajeno al pueblo y donde su papel sea meramente el de aplaudir.

El gobierno resiste esto a toda costa porque la cuestión de cómo se hace una constitución y cómo se llevan a cabo las negociaciones está íntimamente vinculada a si el resultado es o no es democrático.

El actual gobierno quiere permanecer en el poder durante todo el proceso de transición. Nuestra opinión es que eso es inaceptable. Los propósitos del gobierno en las negociaciones son claros. No podemos permitirle que utilice sus poderes como gobierno para favorecer su propia causa y la de sus aliados ni que utilice esos mismos poderes para debilitar al ANC.

Y esto es exactamente lo que están haciendo. Legalizaron al ANC, pero tenemos que trabajar en condiciones muy diferentes a las de otras organizaciones. No disfrutamos de la misma libertad de organizaciones como el Inkatha y otras organizaciones aliadas al régimen del apartheid. Nuestros miembros se ven hostigados y son incluso asesinados. A menudo se nos impide efectuar reuniones y manifestaciones.

Creemos que el proceso de transición debe ser controlado por un gobierno capaz y que tenga además la voluntad de crear y mantener las condiciones propicias para la libre actividad política. Un gobierno que actúe con vistas a asegurar que la transición sea para crear una verdadera democracia y nada menos.

El actual gobierno se ha mostrado bastante renuente o incapaz de crear un clima propicio para las negociaciones. Se retracta de los acuerdos tomados para la liberación de los prisioneros políticos y para permitir el regreso de los exiliados. Recientemente ha permitido que se dé una situación en la que un verdadero reino de terror y violencia se desata contra las comunidades africanas y contra el ANC como organización.

En esa ola de violencia han sido asesinadas 10 mil personas desde 1984, 2 mil de ellas solo en lo que va del año. Siempre hemos dicho que este gobierno que se vanagloria de sus fuerzas policiales profesionales es perfectamente capaz de poner fin a la violencia y juzgar a los culpables. Pero no solo no muestra ninguna voluntad de hacerlo sino que ahora tenemos pruebas irrefutables —que han sido publicadas en la prensa independiente— de su complicidad con la violencia.

La violencia se ha utilizado en un intento sistemático de fortalecer a Inkatha como un aliado potencial del Partido Nacional. Ahora contamos con pruebas que evidencian la entrega de fondos por el gobierno a Inkatha, dinero que proviene de los contribuyentes.

Todo esto indica la necesidad de crear un gobierno interino de unidad nacional que presida la transición. Necesitamos un gobierno que goce de la confianza de amplios sectores populares para que gobierne durante ese delicado período, para asegurar que los contrarrevolucionarios no puedan alterar el proceso y garantizar que la elaboración de la constitución se lleve adelante en un clima libre de represión, intimidación y miedo.

Creemos que la constitución misma debe ser elaborada en la forma más democrática posible. En nuestra opinión la mejor forma de lograrlo es a través de la elección de representantes a una asamblea constituyente con mandato para elaborar un proyecto de constitución. Hay organizaciones que retan al ANC cuando afirma ser la organización más representativa del país. Si no es cierto, que demuestren su apoyo popular en las urnas electorales.

Para asegurar que las masas populares queden incluidas en este proceso estamos distribuyendo y discutiendo nuestras propias propuestas constitucionales y un proyecto de carta de derechos. Queremos que estas sean discutidas en todas las estructuras de nuestra alianza, es decir, el ANC, el Partido Comunista Sudafricano y el Congreso de Sindicatos Sudafricanos, así como por el pueblo en general. De ese modo cuando el pueblo vote por el ANC para que lo represente en una asamblea constituyente, sabrá no solo lo que el ANC defiende en líneas generales, sino qué tipo de constitución queremos. Naturalmente estas propuestas constitucionales están sujetas a revisión sobre la base de consultas con nuestros miembros, con el resto de la alianza y con el pueblo en general. Queremos lograr una constitución que reciba amplio apoyo, lealtad y respeto. Eso solo puede lograrse si vamos realmente a las masas populares.

A fin de impedir estas justas demandas, se han hecho varios intentos para minar y desestabilizar al ANC. La violencia es el más grave de esos intentos, pero hay otros métodos más insidiosos. En la actualidad, tanto en la prensa como entre nuestros adversarios políticos y muchos gobiernos occidentales, existe una obsesión con nuestra alianza al Partido Comunista Sudafricano.

La prensa constantemente publica especulaciones sobre el número de comunistas que integran nuestro ejecutiva nacional y aducen que estamos siendo dirigidos por el Partido Comunista.

El ANC no es un partido comunista sino un amplio movimiento de liberación que entre sus miembros incluye a comunistas y a otros que no lo son. Cualquier persona que sea miembro leal del ANC, y que acepte la disciplina y los principios de la organización, tiene el derecho de pertenecer a sus filas.

Nuestra relación con el Partido Comunista Sudafricano como organización se basa en el respeto mutuo. Nos unimos con el Partido Comunista Sudafricano en torno a aquellos objetivos que nos son comunes, pero respetamos la independencia de cada uno y su identidad individual. No ha habido intento alguno por parte del Partido Comunista Sudafricano de subvertir al ANC. Por el contrario, derivamos fuerza de esa alianza.

No tenemos la más mínima intención de hacerles caso a aquellos que nos sugieren y aconsejan que rompamos esa alianza. ¿Quiénes son los que ofrecen estos consejos no solicitados? Provienen mayormente de los que nunca nos han dado ayuda alguna. Ninguno de esos consejeros ha hecho jamás los sacrificios que han hecho los comunistas por nuestra lucha. Esa alianza nos ha fortalecido y la haremos aún más estrecha.

Nos encontramos en una fase de nuestra lucha en la que ya se avizora la victoria. Pero tenemos que asegurar que esa victoria no nos sea arrebatada. Tenemos que asegurar que el régimen racista sienta el máximo de presión hasta el final para que comprenda que tiene que ceder, que el camino hacia la paz, la libertad y la democracia es irresistible.

Por eso deben mantenerse las sanciones. No es este el momento de premiar al régimen del apartheid. ¿Por qué habría de premiársele por derogar leyes reconocidas como un delito internacional? El apartheid aún existe. Hay que obligar al régimen a que lo elimine. Y solo cuando ese proceso sea irreversible podremos comenzar a pensar en disminuir las presiones.

Estamos hondamente preocupados por la actitud que la administración Bush ha adoptado con respecto a este asunto. Ese fue uno de los pocos gobiernos que estuvo en contacto habitual con nosotros para examinar la cuestión de las sanciones y le hicimos ver claramente que eliminar las sanciones sería prematuro. Sin embargo esa administración, sin siquiera consultarnos, sencillamente nos informó que las sanciones norteamericanas iban a ser anuladas. Consideramos que eso es totalmente inaceptable.

Es en este contexto que valoramos muy, muy hondamente nuestra amistad con Cuba. Cuando usted, compañero Fidel, dijo ayer que nuestra causa es la causa de ustedes, yo sé que ese sentimiento surge del fondo de su corazón y que es el sentimiento de todo el pueblo de Cuba revolucionaria.

Estamos unidos porque nuestras organizaciones, el Partido Comunista de Cuba y el ANC, luchan en defensa de las masas oprimidas, para que aquellos que crean las riquezas obtengan sus frutos. Su gran apóstol José Martí dijo: «Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar».

Nosotros en el ANC siempre estaremos del lado de los pobres y sin derechos. No solamente estaremos junto a ellos. Vamos a asegurarnos de que más temprano que tarde los pobres y sin derechos rijan la tierra en que nacieron y que —como expresa la Carta de la Libertad— sea el pueblo el que gobierne. Y cuando ese momento llegue, habrá llegado no solamente por nuestros propios esfuerzos, sino también gracias a la solidaridad, al apoyo y al estímulo del gran pueblo cubano.

Debo concluir mis palabras refiriéndome a un hecho del cual todos ustedes son testigos. El Comandante Fidel Castro me impuso a mí la orden más alta que este país puede conceder. Me siento indigno de esta condecoración porque pienso que no la merezco.

Es un premio que debe otorgársele a aquellos que ya han logrado la independencia de su pueblo. Pero es fuente de inspiración y de renovada fuerza el ver que esta condecoración se confiere al pueblo de Sudáfrica como reconocimiento de que está erguido y lucha por su libertad.

Esperamos sinceramente que en los días venideros seamos dignos de la confianza en nosotros que se ve expresada en esta condecoración.

¡Viva la Revolución Cubana!

¡Viva el compañero Fidel Castro!»

Discurso de investidura como Presidente de Sudáfrica pronunciado el 10 de mayo de 1994

«En el día de hoy, todos nosotros, mediante nuestra presencia aquí y mediante celebraciones en otras partes de nuestro país y del mundo, conferimos esplendor y esperanza a la libertad recién nacida. De la experiencia de una desmesurada catástrofe humana que ha durado demasiado tiempo debe nacer una sociedad de la que toda la Humanidad se sienta orgullosa.

Nuestros actos diarios como sudafricanos comunes deben producir una auténtica realidad sudafricana que reafirme la creencia de la Humanidad en la justicia, refuerce su confianza en la nobleza del alma humana y dé aliento a todas nuestras esperanzas de una vida espléndida para todos. Todo esto nos lo debemos a nosotros mismos y se lo debemos a los pueblos del mundo que tan bien representados están hoy aquí.

Sin la menor vacilación digo a mis compatriotas que cada uno de nosotros está íntimamente arraigado en el suelo de este hermoso país, igual que lo están los famosos jacarandás de Pretoria y las mimosas del Bushveld. Cada vez que uno de nosotros toca el suelo de esta tierra, experimentamos una sensación de renovación personal. El clima de la nación cambia a medida que lo hacen también las estaciones. Una sensación de júbilo y euforia nos conmueve cuando la hierba se torna verde y las flores se abren. Esa unidad espiritual y física que todos compartimos con esta patria común explica la profundidad del dolor que albergamos en nuestro corazón al ver cómo nuestro país se hacía pedazos a causa de un terrible conflicto, al verlo rechazado, proscrito y aislado por los pueblos del mundo, precisamente por haberse convertido en la sede universal de la ideología y la práctica perniciosas del racismo y la opresión racial.

Nosotros, el pueblo sudafricano, nos sentimos satisfechos de que la Humanidad haya vuelto a acogernos en su seno; de que nosotros, que no hace tanto estábamos proscritos, hayamos recibido hoy el inusitado privilegio de ser los anfitriones de las naciones del mundo en nuestro propio territorio. Les damos las gracias a todos nuestros distinguidos huéspedes internacionales por haber acudido a tomar posesión, junto con el pueblo de nuestro país, de lo que es, a fin de cuentas, una victoria común de la justicia, de la paz, de la dignidad humana. Confiamos en que continuarán ofreciéndonos su apoyo a medida que nos enfrentemos a los retos de la construcción de la paz, la prosperidad, la democracia, la erradicación del sexismo y del racismo.

Apreciamos hondamente el papel que el conjunto de nuestro pueblo, así como sus líderes de masas, políticos, religiosos, jóvenes, empresarios, tradicionales y muchos otros, tanto hombres como mujeres, han desempeñado para provocar este desenlace. De entre todos ellos, mi segundo vicepresidente, el honorable F.W. de Klerk, es uno de los más significativos. También nos gustaría rendir tributo a nuestras fuerzas de seguridad, a todas sus filas, por el distinguido papel que han desempeñado en la salvaguarda de nuestras primeras elecciones democráticas, así como de la transición a la democracia, protegiéndonos de fuerzas sanguinarias que continúan negándose a ver la luz.

Ha llegado el momento de curar las heridas. El momento de salvar los abismos que nos dividen.Nos ha llegado el momento de construir. Al fin hemos logrado la emancipación política. Nos comprometemos a liberar a todo nuestro pueblo del persistente cautiverio de la pobreza, las privaciones, el sufrimiento, la discriminación de género así como de cualquier otra clase. Hemos logrado dar los últimos pasos hacia la libertad en relativas condiciones de paz. Nos comprometemos a construir una paz completa, justa y perdurable. Hemos triunfado en nuestro intento de implantar esperanza en el seno de millones de los nuestros. Contraemos el compromiso de construir una sociedad en la que todos los sudafricanos, tanto negros como blancos, puedan caminar con la cabeza alta, sin ningún miedo en el corazón, seguros de contar con el derecho inalienable a la dignidad humana: una nación irisada, en paz consigo misma y con el mundo.

Como muestra de este compromiso de renovación de nuestro país, el nuevo gobierno provisional de unidad nacional, puesto que es apremiante, aborda el tema de la amnistía para gente nuestra de diversa condición que actualmente se encuentra cumpliendo condena. Dedicamos el día de hoy a todos los héroes y las heroínas de este país y del resto del mundo que se han sacrificado de numerosas formas y han ofrendado su vida para que pudiéramos ser libres. Sus sueños se han hecho realidad. La libertad es su recompensa. Nos sentimos a la par humildes y enaltecidos por el honor y el privilegio que ustedes, el pueblo sudafricano, nos han conferido como primer presidente de una Sudáfrica unida, democrática, no racista y no sexista, para conducir a nuestro país fuera de este valle de oscuridad.

Aun así, somos conscientes de que el camino hacia la libertad no es sencillo. Bien sabemos que ninguno de nosotros puede lograr el éxito actuando en soledad. Por consiguiente, debemos actuar en conjunto, como un pueblo unido, para lograr la reconciliación nacional y la construcción de la nación, para alentar el nacimiento de un nuevo mundo.

Que haya justicia para todos. Que haya paz para todos. Que haya trabajo, pan, agua y sal para todos. Que cada uno de nosotros sepa que todo cuerpo, toda mente y toda alma han sido liberados para que puedan sentirse realizados. Nunca, nunca jamás volverá a suceder que esta hermosa tierra experimente de nuevo la opresión de los unos sobre los otros, ni que sufra la humillación de ser la escoria del mundo. Que impere la libertad. El sol jamás se pondrá sobre un logro humano tan esplendoroso. Que Dios bendiga a África.

Muchas gracias».

«Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.
Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?
Eres hijo del universo.
El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo.
No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros.
No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.
Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.
Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás».

(poema de Marianne Williamson)

Discursos de Nelson Mandela