Con la democracia los intelectuales surgidos de debajo de las piedras nos mostraron lo mucho que habían callado y lo poco que tenían que decir. Vale, Arrabal estaba borracho pero, y el resto ¿qué puede alegar? (ocurrió el 5/10/1989 en el programa de Sánchez Dragó «El mundo por montera» -nunca mejor dicho-).