En efecto, no hay nada como la coartada
del desconcierto
para declarase inocente
y poder así tranquilizar
la conciencia que nos queda
pensando de reojo con lejanos culpables.

 

 

 

de El libro de las tentativas
(otros poemas de El libro de las tentativas)

En efecto, no hay nada como la coartada de El libro de las tentativas