El origen ideológico totalitario del actual feminismo de género
Simone de Beauvoir: la partidaria de la pedofilia que formuló las bases de la ideología de género
Tal día como hoy, hace 110 años, nacía en París Simone de Beauvoir, comunista militante y una de las más importantes precursoras del feminismo de género, la línea predominante hoy en esa ideología.
Defensora del odio contra los hombres, a los que consideraba opresores
Beauvoir es especialmente famosa por su libro “Le Deuxième Sexe” (El segundo sexo), escrito en 1949 y publicado al año siguiente. En él se trazan las líneas maestras de lo que años más tarde se convertirá en el feminismo de género. Se encuentra en él, por ejemplo, el odio al hombre, al que señala como opresor de la mujer, y el rechazo a la familia, a la que considera una herramienta de opresión:
“El hombre ha logrado sojuzgar a la mujer, pero en esa medida la ha despojado de lo que hacía deseable su posesión. Integrada en la familia y la sociedad, la magia de la mujer más se disipa que se transfigura; reducida a la condición de sirviente, ya no es esa presa indomada en la cual se encarnaban todos los tesoros de la Naturaleza.”
Defendió el aborto obviando cualquier consideración científica
El libro también contiene un nutrido repertorio de falacias con las que Beauvoir defendía el asesinato de hijos por nacer como un derecho de la mujer, unas falacias que los grupos abortistas han venido repitiendo como loros desde entonces. La ideóloga feminista llegó a tachar de “humanitarismo intransigente” la defensa del derecho a vivir de esos hijos (no deja de ser una paradoja leer ahora a algunos medios presentándola como una “defensora de los derechos humanos”:
“Las razones prácticas invocadas contra el aborto legal carecen de peso; en cuanto a las razones morales, se reducen al viejo argumento católico de que el feto posee un alma a la cual se le cierra el paraíso al suprimirlo sin bautismo. Es notable que la Iglesia autorice, en ocasiones, el homicidio de hombres hechos: en las guerras, o cuando se trata de condenados a muerte; pero, en cambio, reserva para el feto un humanitarismo intransigente.“
Es curioso ver que en este párrafo Beauvoir justificaba el asesinato de inocentes en la doctrina católica sobre la guerra justa, basada en el derecho a la legítima defensa, un derecho universalmente aceptado, y no sólo por los católicos. El argumento de Beauvoir es tan cínico como defender el asesinato de un adulto alegando que los polacos, belgas y franceses también mataron a alemanes cuando éstos invadieron su país… Es curioso observar que Beauvoir ni siquiera se detenía a considerar el conocimiento científico sobre el inicio de la vida: lo obviaba sin más, como hoy siguen haciendo muchas de sus seguidoras.
Demonizó el embarazo y tachó de ‘parásito’ al hijo por nacer
Pero Beauvoir no se limitaba a defender el aborto. Además, demonizó el embarazo y tachó al hijo por nacer de “parásito” y acusándole de explotar a la mujer. Ella misma decidió no tener hijos, por motivos ideológicos. Esto escribía al respecto en el citado libro: “el embarazo es, sobre todo, un drama que se representa en el interior de la mujer; ella lo percibe a la vez como un enriquecimiento y una mutilación; el feto es una parte de su cuerpo y es también un parásito que la explota; ella lo posee y también es poseída por él; ese feto resume todo el porvenir, y, al llevarlo en su seno, la mujer se siente vasta como el mundo; pero esa misma riqueza la aniquila, tiene la impresión de no ser ya nada. Una existencia nueva va a manifestarse y a justificar su propia existencia, por lo cual se siente orgullosa; pero también se siente juguete de fuerzas oscuras, es zarandeada, violentada.“
Poniéndose a sí misma como modelo a seguir, y a pesar de no haber sido madre, despreció las facultades maternas presentándolas como un sufrimiento: “engendrar, amamantar, no constituyen actividades, son funciones naturales; ningún proyecto les afecta; por eso la mujer no encuentra en ello el motivo de una altiva afirmación de su existencia; sufre pasivamente su destino biológico.“
Negó el origen biológico de las diferencias sexuales
Beauvoir también formuló una de las bases de la ideología de género actual: la afirmación anticientífica de que el sexo carece de fundamento biológico: “No se nace mujer: se llega a serlo”, afirmó en el citado libro. “Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica de femenino.“ Este disparate, defendido de forma marginal por ideólogos marxistas durante décadas, ha sido hoy asumido incluso por partidos que de derechas, y está sirviendo para criminalizar y perseguir a todos los que defienden un hecho científico como es el origen biológico de las diferencias entre hombre y mujer.
“Toda mujer es homosexual por naturaleza”, afirmó
En línea con lo anterior, y a pesar de que ella mantuvo relaciones con hombres, su pensamiento misándrico llevó a Beauvoir a plantear el lesbianismo como lo natural en la mujer, nuevamente poniendo su propia vida como referencia (pues mantuvo relaciones lésbicas con diversas mujeres, incluso con menores): “La homosexualidad de la mujer es una tentativa, entre otras, para conciliar su autonomía con la pasividad de su carne. Y, si se invoca a la Naturaleza, puede decirse que toda mujer es homosexual por naturaleza“. Ésta es una de las ideas más repetidas hoy por el feminismo radical.
Defendió a la URSS como el país más feminista en pleno régimen de Stalin
Todo este proyecto ideológico era enmarcado por Beauvoir en la ideología socialista. En plena dictadura de Stalin, la escritora feminista se deshacía en elogios a la Unión Soviética: “Es en la URSS donde el movimiento feminista adquiere la máxima amplitud”, afirmaba en el citado libro. Y añadía: “Son las resistencias del viejo paternalismo capitalista las que impiden en la mayoría de los países que esa igualdad se cumpla concretamente: se cumplirá el día en que esas resistencias sean destruidas. Ya se ha cumplido en la URSS, afirma la propaganda soviética. Y cuando la sociedad socialista sea una realidad en el mundo entero, ya no habrá hombres y mujeres, sino solamente trabajadores iguales entre sí“. Y esto lo decía en apoyo de una ideología que estaba sembrando la opresión, el terror y la miseria en media Europa.
Beauvoir firmó un manifiesto pidiendo legalizar la pederastia
Hay otros aspectos del pensamiento y de la actividad política de Simone de Beauvoir que hoy en día son ocultados de una forma sorprendente. En sus entradas en la Wikipedia en español, en inglés y en francés no hay mención alguna a este hecho. Sin embargo, el diario izquierdista francés Libération, fundado por Jean-Paul Sartre (que fue pareja sentimental de Beauvoir) recordaba el 23 de febrero de 2001 un hecho ocurrido en 1977. En enero de ese año tres hombres fueron juzgados en Francia por abusar sexualmente, pero sin violencia, de menores de 15 años. El diario Libération publicó un manifiesto reclamando el “reconocimiento del derecho del niño y adolescente a mantener relaciones con personas de su elección”. Simone de Beauvoir fue una de las firmantes de esa carta que defendía la legalización de las relaciones pedófilas, carta publicada también por el diario Le Monde el 26 de enero de 1977.
Despedida por corromper a una alumna menor de edad
El respaldo de Beauvoir a la legalización de la pedofilia no era casual. Como recordó Andy Martin en The New York Times (medio también progresista) el 19 de mayo de 2013, la ideóloga feminista fue despedida de su trabajo como profesora en 1943 por corromper a una alumna menor de edad. Alguien podría pensar que el despido se debió a causas políticas, pero el hecho es que Beauvoir había colaborado con Radio Vichy, una emisora del régimen colaboracionista de Pétain ; un hecho que ella misma reconoció en sus memorias. Martin también recuerda que siendo pareja sentimental de la escritora, “Jean-Paul Sartre desarrolló un patrón, al que llamaron el “trío”, en el cual Beauvoir seducía a sus estudiantes y luego se los pasaría a Sartre“. Por otra parte, en agosto 1959 la revista Esquire publicó un controvertido ensayo de Beauvoir titulado “Brigitte Bardot y el síndrome de Lolita”, en el que la escritora feminista se mostraba fascinada por el aspecto infantil de la actriz.
Fuente | Contando Estrelas (09/01/2018)
La mordaza de género: prohibido criticar a una ideología que demoniza a los hombres
Ayer mi paisana Marta Rivera de la Cruz fue víctima de un linchamiento por decir que “es tan grave que un hijo vea cómo su padre mata a su madre que que vea cómo su madre mata a su padre”.
Una ley que vulnera la igualdad ante la ley y la presunción de inocencia
Significativamente, en ese linchamiento participó también el PP, abrazando otra vez los dictados ideológicos de la izquierda, en este caso a una ideología de género cuyos orígenes totalitarios están en la izquierda más extrema. En esto, al menos, el PP es coherente con su acción de gobierno: Rajoy ha mantenido las leyes ideológicas del PSOE, también la que discrimina a los acusados de violencia doméstica si son hombres. Aprobada en 2004 y llamada Ley de Violencia de Género, es una norma injusta y discriminatoria que aplica a los hombres una presunción de culpabilidad puramente totalitaria, según la cual la palabra de una mujer al poner una denuncia por violencia doméstica basta para obligar al denunciado a probar su inocencia. Además, la ley establece penas distintas en función del sexo del maltratador, con independencia de cuáles sean las circunstancias del caso o las aptitudes físicas del agresor o agresora. Esto viola la igualdad ante la ley y el derecho a la presunción de inocencia amparados por la Constitución.
Así bendijo la ley un TC presidido por una magistrada designada por el PSOE
En 2008 el Tribunal Constitucional bendijo esa ley injusta por siete votos a favor y cinco en contra, y partiendo de este planteamiento: “una agresión supone un daño mayor en la víctima cuando el agresor actúa conforme a una pauta cultural —la desigualdad en el ámbito de la pareja— generadora de gravísimos daños a sus víctimas”. Con esta afirmación el TC prejuzgó todos los casos de violencia doméstica como fruto de una “pauta cultural”. El TC honraba así su condición de órgano político, que no judicial, al dar por hecho que las mujeres que son víctimas de un acto de maltrato lo son, en realidad, de una cultura machista. La presidenta del TC era entonces la progresista María Emilia Casas, propuesta por el PSOE, el mismo partido que había aprobado esa ley.
La Ley de Violencia de Género disparó las denuncias falsas
Hay que señalar que en los siete primeros años de la aplicación de esa ley los Juzgados de Violencia sobre la Mujer recibieron 1.034.613 denuncias. Éstas dieron lugar a 328.045 sentencias, 207.997 de las cuales fueron condenatorias (el 20,10%) y 120.048 absolutorias (el 11,6%). En 706.568 casos (el 68,29%), los hechos no llegaron a juzgarse. En esos siete años resultaron exculpados el 79,89% de los denunciados en aplicación de esta ley, un total de 826.616 casos, una cifra que deja en evidencia la enorme cantidad de denuncias injustificadas, cuando no falsas, a las que ha dado pie esa ley. Hay que señalar que en 2006 y tras constatar que las denuncias falsas habían aumentado, el Ministro socialista que promovió la ley las consideró un “coste soportable”. El Ministro era Juan Fernando López Aguilar. El coste ya no le debió parecer “soportable” cuando en 2015 él mismo fue víctima de una denuncia por maltraro que él tachó de “denuncia falsa”.
Los hombres asesinados por sus mujeres ya no existen en las estadísticas
La aprobación de la ley permitió también una manipulación estadística. Hasta entonces el Estado contabilizaba a las víctimas de la violencia doméstica, fuesen hombres o mujeres. En 2004 31 varones fueron asesinados por sus parejas femeninas. En 2005 fueron 56. En 2006 fueron 37. En los seis años siguientes la elaboración de estas estadísticas fue pasando constantemente de manos (del Ministerio del Interior al Servicio de Inspección del CGPJ, de éste al Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, y de éste al Ministerio de Sanidad). Entre tanto, en 2007 morían 19 varones, en 2008 fueron 33. Cuando el Observatorio contra la Violencia de Género se hace cargo del recuento, significativamente las cifras caen: 10 hombres muertos en 2009, 7 en 2010 y otros 7 en 2011. Entonces llega el PP al gobierno pero deja intactas las leyes del PSOE. Se hace cargo el Ministerio de Sanidad y cesa el recuento. Desde 2012 a nivel oficial ya no hay hombres muertos por violencia doméstica en España. Para el gobierno no existen. A pesar de ello, se siguen produciendo muertes de varones a manos de sus parejas femeninas. Este año ya han sido asesinados 29 hombres por mujeres en casos de violencia doméstica: tampoco aparecerán en las estadísticas oficiales. Muchos medios no hablan de ellos, y cuando lo hacen se deja un margen a la sospecha sobre el fallecido: si le mató una mujer, entonces “algo habrá hecho”.
Niños, ancianos, discapacitados y homosexuales: los otros olvidados
Pero los varones adultos no son los únicos que han desaparecido de las estadísticas oficiales sobre violencia doméstica (renombrada como “violencia de género” para sólo registrar delitos que tengan a mujeres como víctimas). En 2013 el gobierno hizo una corrección estadística para contabilizar a los niños muertos, pero sólo cuando el autor del crimen es el padre o pareja masculina de sus madres. En el resto de los casos, los muertos no existen. Sin contar el asesinato de Asunta Basterra (por el que han sido condenados recientemente el padre y la madre), en 2013 hubo 17 menores asesinados por sus padres: en 10 de los casos, la autora del crimen fue la madre, y en uno más la madre colaboró en el crimen. Al concluir el año, Sanidad sólo contó 6 de los crímenes en sus estadísticas. Pero los niños no son los únicos que sufren el silencio ideológico impuesto por esta ley. En 2014 UPyD pidió que la ley incluyese la violencia en las parejas del mismo sexo, y la que sufren discapacitados y ancianos en el ámbito doméstico. Las peticiones del partido magenta no sirvieron de nada: el PP y los demás partidos hicieron caso omiso.
El objetivo del linchamiento a Rivera: que sirva de escarmiento a otros
Como podéis ver, hay argumentos de sobra para manifestar serias objeciones a esa ley. Pero su aprobación dio lugar a una auténtica mordaza de género que no admite ninguna crítica hacia esa norma tan discutible. Esa mordaza es la que intentaron ponerle ayer todos los que participaron en el linchamiento político, mediático y tuitero contra Marta Rivera de la Cruz. Ayer la linchada pasaba por el aro de los linchadores, declarándose “arrepentida” y confesando: “quizás no tenía que haber hablado”. Pero este acto de contrición no le servirá de nada. El feminismo de género, que se ha instaurado en España como una doctrina oficial y obligatoria, de la que nadie puede discrepar, no conoce el perdón. Con el linchamiento a Marta Rivera no esperaban su rectificación, sino que sirviese de escarmiento al resto, para que nadie más tenga la osadía de cuestionar una ley tan cuestionable y que, como vemos, ni siquiera ha logrado acabar con las muertes de mujeres, lo cual no es tanto un fracaso de dicha ley -cuyo fin no era otro que usar esas muertes como coartada para imponer ideas– como un hecho difícil de evitar a nivel legislativo, como bien explicaba Alicia Rubio en este artículo: “Antes de la famosa y vergonzante LIVG (Ley Integral de Violencia de Género), la tasa de uxoricidios era una media de 49 en una población de 22.000.000 de mujeres, probablemente tan cerca de la tasa de inevitabilidad y, aunque se hicieran grandes esfuerzos, quizá fuera complicado bajarla por simple imposibilidad de controlar imponderables.” Una ley nunca podrá garantizar la ausencia total de delitos, y menos aún una ley que demoniza a los hombres y que interpreta la sociedad desde una óptica ideológica totalmente ajena a la realidad.
Fuente | Contando Estrelas (11/12/2015)
Querían liberar a la mujer y han tirando su dignidad a un contenedor de basura
Esta semana ha sido noticia el abandono de un bebé por parte de su madre en un contenedor de basura. Dos guardias civiles, Carlos y Andrés lo rescataron el pasado miércoles.
Ayer Luis del Pino dedicó un magnífico editorial a esta noticia. Os animo a leerlo. Suscribo al 100% cada cosa que dice, y por ello no voy a abundar en lo que él apunta: la hipocresía de una sociedad que aprueba que se mate a bebés por nacer, pero al mismo tiempo se escandaliza si uno es abandonado con un mes de vida. Sí quiero añadir unas pinceladas a lo que dice Luis.
Lo que decían las pioneras del feminismo sobre deshacerse de los hijos
Durante años el feminismo ha llevado como bandera la defensa de los derechos de la mujer. Era una causa justa. Significativamente, las pioneras del feminismo se oponían terminantemente al aborto, con argumentos tan sólidos y sensatos como los de Elizabeth Cady Stanton (1815-1902), que fue una de las pioneras del movimiento por los derechos de la mujer en Estados Unidos: “Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante para las mujeres que tratemos los hijos como una propiedad que se puede desechar como queramos.” Otra pionera del feminismo fue Alice Paul (1885-1977). Fue ella la que dirigió la campaña que dio lugar a la 19ª Enmienda de la Constitución de EEUU, que otorgó el derecho de voto a la mujer en ese país, y también supo ver las implicaciones que tendría el aborto para todas las mujeres: “El aborto es lo último para abusar ilegítimamente a la mujer, el aborto es violarte hasta las entrañas.“ Una militante feminista de nuestros días, Cecilia Voss Koch, coincide con lo que pronosticó Alice Paul:
“A base de animar a la sociedad a considerar al hijo de una mujer como una especie de propiedad desechable, el aborto refuerza la imagen de la propia mujer como una propiedad disponible y como un objeto sexual reutilizable -un recurso sexual renovable. No es ninguna coincidencia que el mayor contribuyente financiero a la causa de los “derechos de aborto” sea la Fundación Playboy. Cuando el aborto está disponible para todas las mujeres, toda la responsabilidad masculina para el control de la fecundidad ha sido eliminada. Un hombre sólo necesita ofrecer a la mujer un dinero para un aborto y eso es todo: ninguna responsabilidad, ninguna relación, ningún compromiso. Y en eso estamos… ¡recicladas y utilizadas de nuevo!”
El aborto legal es una gran victoria para el machismo más atroz
¿Os resulta familiar lo que dice Cecilia? He conocido a chicas felices por su embarazo y que han acabado llorando ante la forma en que sus parejas, jefes o entorno social asumían esa nueva vida. Los voluntarios de grupos provida que ofrecen ayuda a las mujeres ante los abortorios para que no se deshagan de sus hijos, se encuentran a diario con situaciones así. Además de un negocio milmillonario, como ya señalé aquí el jueves, el aborto es la excusa perfecta para liberar a los hombres de toda responsabilidad para con sus hijos. Bajo el infame lema de “nosotras parimos, nosotras decidimos” (y cuando dicen “decidir” quieren decir “matar”), las militantes abortistas han arruinado las vidas de millones de mujeres, que ante un embarazo inesperado se ven solas y despreciadas porque tener ese bebé es su “decisión”, y por tanto han de asumir ellas solas las consecuencias si dicha decisión no es del agrado de su pareja, de su jefe o de su entorno social. Con la excusa de “liberar” a la mujer se está sometido a un mobbing social y legal cada vez mayor a las valientes que deciden no deshacerse de sus hijos. Y digo legal porque los mismos que han creado y afianzado leyes que ofrecen a las mujeres la posibilidad de abortar sin coste alguno, se han negado a apoyar a las madres con argumentos como que eso es cosa de “ultraderechistas”. Facilidades para abortar, todas, pero para ser madre, ninguna.
¿Una mujer es más digna si la ley le otorga el poder de liquidar a sus hijos?
Es el colmo que algunos digan que todo lo citado lo hacen en nombre de los derechos de la mujer, cuando en realidad a quienes han beneficiado es a los hombres que desean una relación sin compromiso ni responsabilidad. El aborto legal es el máximo triunfo del machismo más atroz, y con él no se protege la dignidad de la mujer, sino que se la tira a un contenedor de basura. Porque allí es, precisamente, donde acaban tantos niños y niñas por nacer que salen descuartizados de los abortorios. Su muerte no pone fin al estrecho vínculo sentimental que existe entre toda madre y sus hijos, un vínculo capaz de superar la muerte. Y es que el aborto no permite decidir a una madre si quiere serlo: sólo la convierte en la madre de un hijo muerto, con la tristeza y la desgracia que eso supone para cualquier mujer, pero aún más para aquellas que, como la protagonista de la triste noticia de esta semana, decidieron deshacerse de sus hijos. La idea de que una mujer es más digna tratando a sus hijos como una propiedad es una de las más aberrantes mentiras de nuestro tiempo, una mentira que, insisto, tiene como principales beneficiaros al canalla que se lucra descuartizando a esos bebés y al varón egoísta que se desentiende de su hijo.
Fuente | Contando Estrelas (19/07/2015)
La realidad de Vietnam evidencia los efectos del aborto legalizado
Life Action News publicó esta grotesca noticia el jueves. Una mujer de Vietnam ha reconocido en la televisión de ese país que abortó a 18 hijas por nacer hasta lograr tener un hijo varón.
En Vietnam la ley considera el aborto un “derecho” de la mujer
La madre hizo esta confesión ocultando su cara ante las cámaras. Según alegó, tener un hijo era el deseo de su marido. La Ley de Protección de la Salud Popular de Vietnam, promulgada en 1989, establece que toda mujer tiene el derecho de “llevar a cabo el aborto inducido a su petición”. Es decir, que en esa dictadura comunista cualquier mujer puede abortar las veces que le dé la gana. Es un “derecho”, ése que proclaman ciertas feministas contra lo que decían las pioneras del feminismo. Si son consecuentes, cualquiera de esas abortistas no debería ver nada vergonzoso en que una madre haya matado a 18 hijas por nacer: es su “derecho”, ¿no? O al menos eso es lo que quieren hacer creer a la sociedad. En Occidente, las abortistas incluso estigmatizan a quienes defendemos el derecho a vivir desde la concepción, diciendo que estamos contra las mujeres. Por lo visto, las millones de niñas que mueren abortadas les importan muy poco a esas feministas.
Con la tasa de Vietnam, España tendría más de 500.000 abortos al año
Actualmente Vietnam tiene la mayor tasa de abortos de Asia: en torno a un millón de abortos anuales en un país con 91 millones de habitantes. Para que nos hagamos una idea, si España tuviese la tasa de abortos de Vietnam, en vez de 112.000 abortos anuales tendríamos 516.000. En Vietnam, las mayores tasas de abortos se dan en las zonas rurales del país y entre las mujeres con menor nivel educativo. Vietnam es también uno de los países del mundo con mayores tasas de mortalidad materna, prenatal y neonatal. En ese “paraíso” del aborto, ser madre embarazada, hijo por nacer o hijo recién nacido implica un alto riesgo de morir.
El aborto ha causado un desequilibrio demográfico en el país asiático
Hace ya años que Vietnam está sufriendo un fuerte desequilibrio demográfico pues son muchas más las niñas abortadas que los niños abortados. En ese país es ilegal el aborto selectivo, pero con los avances médicos actuales, es facilísimo conocer el sexo del bebé. Establecer el aborto como un “derecho” y a la vez ilegalizar el aborto selectivo de niñas es tan incongruente como decir que tienes derecho a comprar el coche que quieras, pero no del color que desees. O se protege la vida prenatal sin excepciones -pues no puede haber excepciones a la defensa del derecho humano más primario de los miembros más débiles de la especie humana-, o se da rienda suelta a asesinatos en masa de niñas por nacer como los que se están produciendo en Vietnam y en otros países.
Medios abortistas llaman “asesinato” al aborto… pero sólo al de niñas
Y sí, he dicho “asesinatos” en masa. Medios abiertamente partidarios del aborto legalizado, como el diario progre El País y el diario ultraizquierdista Público, han tachado de “asesinato” el aborto selectivo de niñas. Por lo visto, si decides abortar a un bebé por nacer por el hecho de ser varón, o por ser discapacitado, o por tener alguna enfermedad, o por el motivo que sea, no es un “asesinato”, pero sí lo es si decides acabar con su vida por ser una niña. Sigo esperando a que alguien me explique qué lógica hay en llamar “asesinato” al aborto de una niña y “derecho” al aborto de un niño. Hasta ahora ningún abortista ha tenido ese detalle, seguramente porque la defensa del aborto prescinde de toda lógica, del respeto por la ciencia y de pautas éticas y morales tan básicas como la defensa de la vida y la protección de los más débiles e indefensos.
Fuente | Contando Estrelas (06/06/2015)
Feministas por el derecho a vivir
La propaganda oficial repite machaconamente que el feminismo es un movimiento ligado sin excepciones a la promoción del aborto. Por el contrario, entre las pioneras del feminismo en los siglos XVIII y XIX la tendencia mayoritaria era la identificación de la conquista de los derechos de los hijos, empezando por el derecho a vivir, con la conquista de los derechos de la mujer. Os ofrezco a continuación algunas citas relativas al aborto de líderes y militantes feministas desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Leyéndolas se ve lo vieja que es la amenaza del aborto contra los derechos de la mujer y de sus hijos, ahora que algunos charlatanes nos intentan vender esta violación del primero de los derechos humanos como la panacea del progreso y de la modernidad:
“Las mujeres se hacen, por consiguiente, más débiles de lo que deberían ser… No tienen la fuerza suficiente para desempeñar el primer deber de una madre … o bien destruyen el embrión en el vientre materno, o se deshacen de él una vez nacido. La naturaleza exige respeto en todo, y los que violan sus leyes raras veces las violan con impunidad.” (Mary Wollstonecraft, 1759-1797, una de las precursoras del movimiento feminista en el Reino Unido, considerada por muchos como la primera feminista. Escribió esto en su manifiesto “Vindicación de los derechos de la mujer”)
“Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante para las mujeres que tratemos los hijos como una propiedad que se puede desechar como queramos.” (Elizabeth Cady Stanton, 1815-1902, fue una de las pioneras del movimiento por los derechos de la mujer en Estados Unidos)
“El aborto es lo último para abusar ilegítimamente a la mujer, el aborto es violarte hasta las entrañas.” (Alice Paul, 1885-1977, dirigió la campaña que dio lugar a la 19ª Enmienda de la Constitución de EEUU, que otorgó el derecho de voto a la mujer)
“Vendrá un tiempo en que una madre soltera no será despreciada debido a su maternidad… y en que el derecho de los nonatos a nacer no será negado o interferido.” (Sarah F. Norton, escritora y luchadora por los derechos de la mujer en EEUU en el siglo XIX)
“Cuando un hombre roba para satisfacer su hambre, podemos concluir con seguridad que hay algo que anda mal en la sociedad; igualmente cuando una mujer destruye la vida de su hijo no nacido, es evidente que, o bien por la educación o por las circunstancias, se le ha hecho un grave mal.” (Mattie Brinkerhoff, en el periódico feminista “La Revolución”, 1869)
“El aborto, en el análisis final, obra en provecho del macho explotador, no para la mujer. Proporciona un final a toda y cualquier obligación financiera, legal o social que viene con el parto al eliminar la posibilidad del nacimiento. El aborto proporciona la razón última a la hora de apremiar favores sexuales. Esto hace de la hembra un objeto sexual perpetuo y reutilizable. Cuando ocurre un embarazo no deseado, la hembra potencialmente es abandonada sin ningún apoyo social.” (Susan Maronek, activista de Feminists For Life)
“Si las mujeres se rinden al aborto para conservar su modo de vivir o su carrera, su status económico o social, están cediendo ante un sistema ideado y dirigido por hombres para la conveniencia masculina. De todas las cosas que se les hace a las mujeres para encajarlas en una sociedad dominada por hombres, el aborto es la invasión más violenta de su integridad física y psíquica. Es un asalto más profundo y más destructivo que la violación…”
“Las primeras batallas feministas fueron luchar contra el estado legal de bienes muebles de las mujeres. Muchas feministas estaban entre los que volcaron la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU de 1857, de que un esclavo negro era “propiedad” y no titular de la protección de la Constitución. El feminismo rechazó totalmente el concepto de propiedad respecto de los seres humanos. Pero cuando el Tribunal dictó en 1973 que el feto era propiedad de su madre, y no titular de la protección de la Constitución, mujeres liberadas bailaron en las calles.” (Daphne de Jong, escritora feminista)
“¿Qué clase de mundo es éste cuando las mujeres aceptan que si ellas no tienen el derecho legal de matar a sus descendientes, de algún modo las forzarán a mutilarse a sí mismas? ¿Qué clase de mundo es éste cuando las mujeres se desesperan para no estar embarazadas que se hieren a sí mismas? Me suena como un mundo donde las mujeres todavía están siendo controladas por hombres -donde ellas tienen la maravillosa elección entre abortar o ser maltratadas en situaciones difíciles. Más bien que exigir mejores situaciones, nos conformamos con el derecho de abortar a nuestros niños. Vaya una maravillosa opción.” (Carolyn Gargaro, militante feminista)
“A base de animar a la sociedad a considerar al hijo de una mujer como una especie de propiedad desechable, el aborto refuerza la imagen de la propia mujer como una propiedad disponible y como un objeto sexual reutilizable -un recurso sexual renovable. No es ninguna coincidencia que el mayor contribuyente financiero a la causa de los “derechos de aborto” sea la Fundación Playboy. Cuando el aborto está disponible para todas las mujeres, toda la responsabilidad masculina para el control de la fecundidad ha sido eliminado. Un hombre sólo necesita ofrecer a la mujer un dinero para un aborto y eso es todo: ninguna responsabilidad, ninguna relación, ningún compromiso. Y en eso estamos… ¡recicladas y utilizadas de nuevo!” (Cecilia Voss Koch, militante feminista)
“¿Qué aborto es no selectivo? El feto discapacitado de la madre que sólo quiere a un bebé perfecto, el tercer niño de una madre que sólo quiere dos, el bebé imprevisto de una madre que quiere el control total de su vida, todos ellos pueden ser selectivamente abortados… Quizás de la verdad innegable de que está mal matar a un bebé simplemente porque es una niña, surgirá la verdad más grande de que está mal para matar a cualquier bebé.” (Jo McGowan, escritora feminista)
“Es una broma cruel llamar a esto una “elección” de una mujer. Podemos decidir sacrificar nuestra vida y proyectos profesionales, o elegir someternos a la humillante cirugía invasiva y al sacrificio de nuestros descendientes. ¡Qué afortunadas somos, tenemos una elección! Quizás sea hora de enmendar el lema “Aborto: el derecho de una mujer a claudicar.” (Frederica Mathewes-Green, escritora feminista)
“Las feministas pro-aborto se quejan de la discriminación contra una clase entera de seres humanos porque resultan ser hembras, pero ellas mismas discriminan a una clase entera de seres humanos porque resultan ser muy jóvenes.” (Rosemary Bottcher, activista de Feminists for Life)
“El aborto no corrige las desigualdades básicas, como la pobreza y la desigual salarial, sino que hace creer a una mujer que ella no puede tener un bebé. Es una trampa que abandona a la mujer tan pobre y oprimida como ya era, mientras los políticos proclaman haber abatido un obstáculo para los derechos de la mujer y los doctores se van a casa 250 dólares más ricos.” (Jane Thomas Bailey, militante feminista provida)
“La pobreza llora por la justicia y la igualdad, y respondemos con el aborto legalizado. Creo que en una sociedad que permite que la vida de un individuo (nacido o nonato) dependa de si esa vida es querida o no, todo sus ciudadanos están en peligro… No tenemos igualdad de oportunidades. El aborto es una salida cruel.” (Graciela Olivárez, 1928-1987, activista pro-derechos humanos y en favor de los pobres, fue la mujer hispana con un más alto cargo en el gobierno del demócrata Jimmy Carter, que la nombró directora de la Community Services Administration)
“El feminismo verdadero consiste en respetar a las mujeres por su unicidad, y esto incluye su capacidad única de dar la vida. Cuando las mujeres sienten que deben sufrir un “procedimiento” invasivo y traumático para ser “iguales” política, social y laboralmente, ¿realmente podemos llamar a esto feminismo?” (Sarah Hudson, directora del National Campus Life Network en Canadá occidental)
“El aborto ignora la causa y trata el síntoma: en vez de sugerir una salida del aislamiento al que se enfrentan las madres, ofrece una salida de la maternidad.” (Nancy Randolph Pearcy, miembro del Instituto de Periodismo Mundial)
Fuente | Contando Estrelas (13/10/2009)
El País tacha el aborto de ‘barbarie’ y ‘asesinato’, pero sólo si se mata a niñas
El avance de la tecnología en la detección del sexo de los fetos extiende la barbarie del feticidio de niñas por el Cáucaso y los Balcanes occidentales”. Lo dijo anteayer el diario El País, uno de los medios más abortistas de España, en una noticia titulada “Más de dos millones de mujeres ‘desaparecen’ cada año”: “La odiosa práctica del aborto selectivo de niñas se utiliza sobre todo en China, India y Corea del Sur”, señala El País, y añade: “en los últimos 20 años han aumentado los feticidios de niñas en China hasta más de un millón en 2008″ (…) “estos asesinatos selectivos se realizaban antes solo en el norte de India”.
Esta vez El País no usa ni una vez el eufemismo del ‘IVE’
Obsérvese un detalle: en esta noticia el eufemismo abortista “interrupción voluntaria del embarazo” no aparece ni una vez, y eso que si se busca en Google en la edición digital de El País, ese término arroja 36.000 resultados. Por el contrario, en este caso El País califica el aborto de “feticidio” y reconoce a sus víctimas como “mujeres”. Es más: la práctica del aborto, en esta ocasión, no va acompañada de la palabra “derecho” en esa crónica de El País. Debe ser que para el diario socialista el aborto sólo es un “derecho” si no lo haces para evitar que nazca una niña… Curiosa idea del derecho a la vida la que tiene ese diario.
En 2009 El País cuestionaba la humanidad de los no nacidos
Santiago González advierte hoy en su blog la doble vara de medir socialista que demuestra esa crónica de El País. A modo de ejemplo, el año pasado ese periódico daba por cerrado el debate del aborto y en 2009 tachaba de “ultras” a quienes defienden el derecho a vivir de los no nacidos, ya sean niños o niñas. Es más: después de presentarse la “Declaración de Madrid” -firmada por más de 2.500 científicos, médicos, juristas y académicos en defensa de la vida-, en marzo de 2009 El País contraatacó apelando a un manifiesto abortista firmado por sólo 17 científicos y en el que se afirmaba lo siguiente:
“El momento en que puede considerarse humano un ser no puede establecerse mediante criterios científicos; el conocimiento científico no puede afirmar o negar si esas características confieren al embrión la condición de ser humano. Esto entra en el ámbito de las creencias personales, ideológicas o religiosas.”
Este párrafo era un insulto a la ciencia y al sentido común, y muestra de ello es que ahora El País, contradiciendo sus disparatadas tesis abortistas, sí reconoce a las niñas que mueren víctimas del aborto como “mujeres”. Ahora sólo falta preguntarle a El País si las mujeres son más humanas que los hombres y por eso su derecho a vivir le merece más consideración al periódico socialista.
Fuente | Contando Estrelas (23/09/2011)
El feminismo quiere legalizar el feminicidio
Ayer fue el Día Internacional de la Mujer, que el “feministo” de La Moncloa ha celebrado brindando por una ley que liquidará a decenas de miles de mujeres. Con la sangrienta ley que cocina Bibiana Aído por primera vez será legal en España matar a un ser humano por el mero hecho de ser mujer. Bastará que una madre sepa el sexo de su hija para pedir que la liquiden porque prefiere tener un varón. No es una hipótesis irreal: en China, India, Nepal, Vietnam, Pakistán y Bangladesh el abortismo indiscriminado que suscribe Zapatero ya ha provocado un gran desequilibrio demográfico al cerbarse el aborto con las niñas (en el caso de China ya hay 119 varones por cada 100 mujeres).
En España ya mueren por aborto más niñas que niños
No dispongo de estadísticas, pues los datos oficiales no distinguen los sexos de las víctimas de esta masacre y -por tanto- tampoco ofrecen ese dato sobre los concebidos, pero partiendo de una hipótesis de total equilibrio de sexos en los bebés concebidos, en nuestro país durante 2006 habrían sido eliminadas más de 50.000 mujeres antes de nacer con la actual ley del aborto.
Además, y con los actuales supuestos para abortar -que han dado pie a un sistemático fraude de ley que el Gobierno consiente sin más-, en España ya nacen 108 varones por cada 100 mujeres, cuando la media mundial es de 102 chicos por cada 100 chicas, de lo cual podemos deducir que en España ya mueren víctimas del aborto más niñas que niños. Imaginaos qué es lo que pasará si el Gobierno consigue sacar adelante esa reforma que amenaza con autorizar y multiplicar los feminicidios en el seno materno.
Seis semanas para liquidar a las “niñas no deseadas”
En este sentido, ya hemos sabido que el Gobierno se propone autorizar los abortos sin que medie justificación alguna durante las primeras 14 semanas de embarazo, es decir, hasta una etapa de desarrollo en la que el feto ya está formado con cabeza, brazos, piernas… El sexo del bebé ya se puede conocer desde la octava semana, por lo cual la nueva ley de Zapatero concede seis semanas para liquidar a las “niñas no deseadas”, además del ya existente fraude de ley que amplía ese plazo durante meses.
Obvia decir que es igual de macabro y de injustificable que se mate a un ser humano inocente indefenso por motivos como ser niña o niño, alto o bajo, rubio o moreno, sano o enfermo… Sin embargo, esta aberración totalitaria es lo que Zapatero planea aprobar sin haberse molestado siquiera en advertirlo en su programa electoral para las últimas Elecciones Generales: un engaño en toda regla planeado para instaurar una ley que servirá para eliminar y descuartizar a cualquier niña en edad prenatal sólo por ser mujer. ¿Y aún tiene la cara de presumir de feminista?
Fuente | Contando Estrelas (09/03/2009)
Una feminista llama “sexista” a la ciencia por demostrar que hombre y mujer son diferentes
La ciencia es machista y tiene que renunciar al método científico para someterse a los prejuicios ideológicos del feminismo izquierdista. Ésta es, en resumidas cuentas, la idea de Angela Saini.
Ahora resulta que el método científico también es machista
Hoy el diario progresista El País asume la tesis de la feminista Saini con este titular: “Las mentiras sexistas de la ciencia”. Es decir, que el periódico de PRISA hace suya la opinión de Saini y acusa de mentir a la ciencia. Aunque sólo fuese por pudor, en la redacción de ese diario deberían haber revisado el significado de la palabra “ciencia” según la RAE: “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.” De esto deduzco que ahora observar y razonar es machista: lo correcto es hacer afirmaciones a priori y negar sin más cualquier hecho que las contradiga, incluso cargando contra la ciencia misma.
Quieren sustituir la ciencia por una pseudociencia que ignora los hechos
La noticia dice lo siguiente en su entradilla: “los prejuicios influyeron en la supuesta condición biológica de la mujer”. Esto lo dice el periódico sin usar comillas, afirmando que es algo que Saini ha demostrado. Para desarrollar esa afirmación, El País destaca esta afirmación de Saini: “Resulta que todo lo que se tenía por biológico era social”. Supongo que no se referirá a las diferencias biológicas externas entre hombres y mujeres, porque negarlas ya sería cómico. Lo que afirma Saini es una de las tesis de la ideología de género, que niega todo origen biológico de las diferencias de conducta entre hombres y mujeres. No es extraño que esa periodista y ese periódico tengan que arremeter contra la ciencia para hacer esa afirmación, porque la ideología de género es una pseudociencia que no basa sus afirmaciones en hechos, y que además niega los hechos cuando contradicen sus tesis. La propia noticia de El País es una buena demostración de ello.
Acusa a la ciencia de “hacernos creer” que hay diferencias entre hombres y mujeres
El texto de la noticia empieza asumiendo una de las afirmaciones de Saini: “No es cierto que las mujeres y los hombres tengan cerebros distintos”. El periódico añade esta cita de la feminista para reafirmar esa idea: “Sólo es algo que la ciencia ha intentado hacernos creer”. La persona que dice esto se autotitula como “periodística científica” en su cuenta de Twitter. Por lo visto, ha olvidado que la ciencia no tiene como fin infundir creencias, sino extraer conclusiones racionales de la observación de la realidad. Obviamente, un científico puede estar equivocado. Incluso muchos pueden estarlo. Pero lo que Saini y El País vienen a decir no es que uno o muchos científicos estén equivocados: lo que dicen es que es la ciencia -en general- la equivocada. Este ataque a la ciencia es tan absurdo como decir que la Tierra es plana y llamar “machista” a quien lo niegue. Si Saini cree que determinados científicos se equivocan, lo que debe hacer es demostrar que sus conclusiones son erróneas, pero recurriendo al método científico y no una censura ideológica.
Las noticias de El País que contradicen esos disparates pseudocientíficos
La escandalosa redacción de la noticia de El País demuestra hasta qué punto cierta izquierda está dispuesta a renunciar a la ciencia para complacer a un feminismo izquierdista cada vez más fanático e intolerante. De hecho, ese periódico tendrá que explicarnos qué debemos hacer con ciertas noticias sobre estudios científicos que ha publicado durante décadas. El 19 de abril de 1989 El País titulaba: “El cerebro de los hombres es diferente anatómicamente al de las mujeres”. La noticia decía lo siguiente: “Investigadores que estudian el cerebro han descubierto que existen diferencias anatómicas entre los hombres y las mujeres, las cuales pueden determinar diferencias en las habilidades mentales“. Según el diario de PRISA, eso “ayudaría a explicar por qué las mujeres tienden a recuperarse más rápidamente y más a menudo de ciertos tipos de daños cerebrales que los hombres. También podría ayudar a saber por qué hay más niños que niñas que sufren de dislexia y la razón de que en general las mujeres dominen más las habilidades verbales“. La noticia ya recogía entonces el enfado de algunas feministas.
El 3 de diciembre de 2013 El País titulaba: “Por qué ellos se orientan mejor y ellas tienen más memoria”. La noticia señalaba lo siguiente: “Los estudios psicológicos muestran de forma consistente ciertas diferencias en el comportamiento de los dos sexos: los hombres muestran en promedio más habilidades motoras y de percepción espacial, y las mujeres puntúan mejor en el conocimiento social y la memoria. Los neurocientíficos de la Universidad de Pensilvania creen haber hallado la clave neurológica de esas diferencias. Según su investigación con casi un millar de jóvenes, la conectividad entre distintas partes del cerebro se desarrolla de manera diferente en los dos sexos. En las mujeres predominan las conexiones entre los dos hemisferios cerebrales, y en los hombres prevalecen las interiores de cada hemisferio. Curiosamente, ese patrón se invierte en el cerebelo, una estructura implicada en la coordinación de movimientos y el aprendizaje de procedimientos”.
Un neurocientífico: “Las diferencias que existen entre hombres y mujeres no son exclusivamente culturales”
El 17 de febrero de 2017, El País titulaba con una frase del neurocientífico Óscar Marín: “Los cerebros de hombres y mujeres son diferentes, igual que las mamas”. Marín dirige el Centro de Trastornos del Neurodesarrollo en el King’s College de Londres, “con 150 personas a su cargo”, señalaba el periódico. En la entrevista, el propio diario señalaba en una de sus preguntas un hecho obvio que indica las diferencias entre sexos: “¿Que los cerebros de mujeres y hombres sean diferentes puede explicar, por ejemplo, por qué los presidiarios son casi todos hombres?” La respuesta de Marín fue muy clara: “Las diferencias que existen entre hombres y mujeres no son exclusivamente culturales. Hay una base biológica que subyace a algunas de nuestras diferencias. Todavía no entendemos en profundidad cómo se manifiestan, pero las diferencias que existen entre géneros no son única y exclusivamente culturales”. ¿Cuánto tardarán las feministas en pedir represalias contra los científicos por afirmar estas cosas que, no lo olvidemos, son fruto de la observación?
Fuente | Contando Estrelas (24/09/2018)
Erin Pizzey explica en el «Domestic Violence Symposium» en la University of Toronto, el 6 de Junio de 2014, como las feministas exageraron para crear una industria multimillonaria.
Entrevista a Erin Pizzey: violencia doméstica y feminismo radical
“Nos insultaban diciéndonos que éramos unas zorras, unas hijas de puta, que nos teníamos que pudrir…” Esto, aunque lo parezca, no es el relato de una escena de maltrato doméstico.
Una violenta perversión del feminismo original
Esos insultos atrozmente machistas los sufrieron ayer mujeres de Vox en una marcha feminista en Madrid. Las insultadas, además, fueron agredidas y precisaron protección policial, y todo por el mero hecho de atreverse a cuestionar los dogmas ideológicos del feminismo de género. Entre otros lemas violentos, se corearon barbaridades como “vamos a quemar la Conferencia Episcopal“, “machotes a machete” y “varón, pardillo, tu boca en el bordillo”, en referencia al método con el que un nazi le destrozaba la cabeza a un joven negro en la película “American History X”. Pero ¿en qué consiste esta ideología de género o feminismo de género? Su denominación la acuñó una feminista, Christina Hoff Sommers, abiertamente opuesta a él. En su libro “Who Stole Feminism?” (¿Quién robó el feminismo?), publicado en 1994, escribió lo siguiente:
“El feminismo de equidad es sencillamente la creencia en la igualdad legal y moral de los sexos. Una feminista de equidad quiere para la mujer lo que quiere para todos: tratamiento justo, ausencia de discriminación. Por el contrario, el feminismo del ‘género’ es una ideología que pretende abarcarlo todo, según la cual la mujer norteamericana está presa en un sistema patriarcal opresivo. La feminista de equidad opina que las cosas han mejorado mucho para la mujer; la feminista del ‘género’ a menudo piensa que han empeorado. Ven señales de patriarcado por dondequiera y piensan que la situación se pondrá peor. Pero esto carece de base en la realidad norteamericana. Las cosas nunca han estado mejores para la mujer que hoy conforma 55% del estudiantado universitario, mientras que la brecha salarial continúa cerrándose.”
Una manipulación del feminismo promovida desde la ultraizquierda
Ese feminismo de género, profundamente materialista y promovido inicialmente desde la extrema izquierda, quiso aplicar la tesis marxista de la lucha de clases a las relaciones sexuales, tal como explicaba una de las creadoras del feminismo radical, Shulamith Firestone (1944-2012). En su libro “La dialéctica del sexo” (1970) bebía directamente del pensamiento de Karl Marx:
“Asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase subyugada (las mujeres) se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; que se restaure a la mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos, como también el control femenino de la fertilidad humana, incluyendo tanto las nuevas tecnologías como todas las instituciones sociales de nacimiento y cuidado de niños. Y así como la meta final de la revolución socialista era no sólo acabar con el privilegio de la clase económica, sino con la distinción misma entre clases económicas, la meta definitiva de la revolución feminista debe ser, a diferencia del primer movimiento feminista, no simplemente acabar con el privilegio masculino, sino con la distinción de sexos misma: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarían culturalmente.”
El objetivo: acabar con la maternidad; el medio: el aborto
Pero ¿cómo acabar con esas diferencias sexuales, si sólo las mujeres pueden ser madres? Firestone lo tenía claro: “el núcleo de la opresión femenina hay que buscarlo en sus funciones procreadoras y de crianza.”. ¿Y cuál era la solución que proponía frente a esa opresión? “La liberación de las mujeres de la tiranía de su biología reproductiva por todos los medios disponibles”, y esto último incluye el aborto, por supuesto. Este feminismo de género decía defender a la mujer desligándola de una facultad exclusivamente femenina -la maternidad- y enfrentándola a sus hijos, convertidos en simples obstáculos para alcanzar esa “liberación”, de forma que si hace falta, se les liquida con la aprobación de la ley y la financiación del Estado. Así se crearon las perversas y totalitarias bases ideológicas de la legalización del aborto en países democráticos.
Un proyecto de ingeniería social que se empezó a aplicar en la URSS
Esa visión nefasta y materialista de la maternidad y de las relaciones con los hijos fue promovida inicialmente por el marxismo, al que le interesaba destruir las relaciones familiares en su concepción totalitaria de la sociedad. No es casualidad que las dictaduras comunistas fuesen las más activas promotoras del aborto: el primer país que lo legalizó fue la URSS en 1920. En Cuba se legalizó en 1965, seis años después de la instauración de la dictadura castrista. A día de hoy, entre los países que más desprotegen a los niños por nacer en el mundo están dictaduras comunistas como China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba. La promoción del aborto en esos países y también en muchos países democráticos ha generado la más absoluta irresponsabilidad de hombres y mujeres sobre los frutos de su sexualidad, pero con ciertas diferencias. Y es que las leyes creadas para permitir matar a los hijos por nacer han sido especialmente beneficiosas para los hombres que querían desentenderse de su descendencia, al convertir ésta en la consecuencia de una mera elección de la mujer y, por tanto, exclusiva responsabilidad suya. Una feminista actual, Cecilia Voss Koch, ha denunciado las consecuencias del aborto para las mujeres:
“A base de animar a la sociedad a considerar al hijo de una mujer como una especie de propiedad desechable, el aborto refuerza la imagen de la propia mujer como una propiedad disponible y como un objeto sexual reutilizable -un recurso sexual renovable. No es ninguna coincidencia que el mayor contribuyente financiero a la causa de los “derechos de aborto” sea la Fundación Playboy. Cuando el aborto está disponible para todas las mujeres, toda la responsabilidad masculina para el control de la fecundidad ha sido eliminada. Un hombre sólo necesita ofrecer a la mujer un dinero para un aborto y eso es todo: ninguna responsabilidad, ninguna relación, ningún compromiso. Y en eso estamos… ¡recicladas y utilizadas de nuevo!”
Contra las niñas por nacer y las madres en nombre del feminismo
Esa legislación perversa ha dado lugar a la matanza de más de dos millones de niños por nacer en España. Teniendo en cuenta que algo más del 48% de los recién nacidos en España son niñas, podríamos concluir que de esos dos millones, más de 960.000 eran niñas por nacer, asesinadas con el beneplácito e incluso con el aplauso del feminismo de género. Pero esta matanza de niñas no es el único efecto directo de las leyes abortistas en las propias mujeres. Hace dos años la Fundación Madrina denunciaba que nueve de cada diez mujeres españolas sufren ‘mobbing maternal’ en sus empresas, de modo que ser madre se ha convertido en un factor de exclusión social y laboral para la mujer. Y es que la desprotección de los niños por nacer va ligada a la desprotección de la maternidad. En 2009, durante un debate en el Parlamento de Galicia, una diputada socialista favorable al aborto tachó de “ultraderechista” la propuesta de ofrecer apoyo a las madres embarazadas sin recursos. En febrero de 2011, cuando el gobierno gallego aprobó definitivamente un plan de ayuda a la mujer embarazada, el PSOE descalificó la medida diciendo que pretendía “exportar a Galicia el modelo familiar de la ultraderecha”. En un tono parecido, pero en este caso en el Parlamento de Asturias, la izquierda descalificaba una iniciativa similar entre insultos a las madres, llegando el PSOE a tachar de “casi ilegal” una iniciativa para apoyar a madres embarazadas sin recursos, considerando que ofrecerles alternativas al aborto va “contra el derecho de la mujer a decidir”. Un derecho que, por lo visto, sólo deja una opción a las madres: abortar.
El siguiente objetivo a destruir: la familia
Pero al feminismo de género no le bastaba con cargarse la maternidad para alcanzar sus objetivos. Esa ideología totalitaria chocaba con la existencia de una institución social ligada a la maternidad: la familia. En la citada obra, Shulamith Firestone apelaba nuevamente a Karl Marx para justificar este proyecto feminista de ingeniería social:
“Marx intuyó la existencia de algo cuya profundidad escapaba a sus conocimientos, cuando observó que la familia contenía en sí misma -en embrión- todos los antagonismos que luego se desarrollarían a mayor escala dentro de la sociedad y el estado. A menos que la revolución arranque de cuajo la organización social básica -la familia biológica, el vínculo a través del cual la psicología del poder puede siempre subsistir clandestinamente-, el germen parasitario de la explotación jamás será aniquilado. Necesitamos una revolución sexual mucho más amplia que la socialista y, por supuesto, que la incluya- para erradicar verdaderamente todos los sistemas clasistas”.
¿Y cómo proponía destruir la familia? Pues recurriendo directamente a la ciencia-ficción para diseñar una sociedad sin familias:
“La reproducción de la especie a través de uno de los sexos en beneficio de ambos sería sustituida por la reproducción artificial… La división del trabajo desaparecería mediante la eliminación total del mismo (cybernation). Se destruiría así la tiranía de la familia biológica.“
Nos encontramos ya con un diseño social puramente orwelliano, que se parece peligrosamente al de la novela “1984” y que, como el comunismo, pretende subvertir las instituciones naturales de la sociedad a golpe de ingeniería social, recurriendo a todo tipo de atropellos para lograr sus objetivos, incluso agredir a las mujeres que no están de acuerdo con ese proyecto totalitario.
Una ingeniería social que genera opresión, violencia e injusticia
Resulta alarmante comprobar hasta qué punto estas aberrantes tesis están siendo asumidas por sociedades como la nuestra, desatando la violencia contra el discrepante, la violencia contra los niños por nacer y la violencia en el seno de la familia. En este sentido, tampoco es casualidad que las leyes basadas en la ideología de género invisibilicen la violencia doméstica que sufren hombres y niños varones, y que la mera palabra de una mujer baste para detener a su pareja masculina, dando pie a la presentación de denuncias falsas y a la utilización de esta ley perversa como un método de chantaje. Recordemos que en los siete primeros años de su aplicación, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer recibieron 1.034.613 denuncias, resultando exculpados 826.616 denunciados, el 79,89%. se trata de la única ley, además, en la que el sexo es un factor a tener en cuenta en el caso de valorar si una denuncia merece ser considerada o si el culpable es reo de un delito (en el caso del varón) o de una falta (si es mujer), en una directa violación de la igualdad ante la ley y del derecho a la presunción de inocencia que proclama la Constitución. Y a estas agresiones contra derechos fundamentales, igual que pasa con la más brutal de todas -el aborto, que implica violar el derecho a vivir-, ya ni siquiera se opone la actual derecha parlamentaria, ya sea por complejo, por tibieza o por miedo a ser blanco de las iras de personas violentas como las que ayer agredieron a unas mujeres por discrepar. Con esta ingeniería social promovida por el feminismo de género no estamos consiguiendo una sociedad más libre e igualitaria, sino más opresiva, violenta e injusta. Y ya va siendo hora de decirlo alto y claro.