«Si por los sufragios u ordenanzas de la multitud fueran constituidos los derechos, habría un derecho al latrocinio o al adulterio. Pues, si tan grande potestad tiene la voluntad o la opinión de los necios, como para que por sus sufragios sea subvertida la naturaleza de las cosas ¿por qué no habrían de decidir que lo malo y pernicioso es bueno y saludable? Sólo por la naturaleza de las cosas podemos distinguir la ley buena de la mala. Y pensar q todo se funda en la voluntad o la opinión y no en la naturaleza es propio de un demente».

«El coraje es la virtud que pugna en favor de la equidad».

«La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio».

«¿Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?».

«Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros».

«Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos».

«Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos».

«Una cosa es saber y otra saber enseñar».

«Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros».

«La confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la conserva».

«Recuerdo incluso lo que no quiero. Olvidar no puedo lo que quiero».

«En cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tu mismo».

«La amistad es un acuerdo perfecto de los sentimientos de cosas humanas y divinas, unidas a la bondad y a una mutua ternura».

«El amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su belleza».

«El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes».

«Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo».

«La honradez es siempre digna de elogio, aún cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni provecho».

«A pesar de que ya soy mayor, sigo aprendiendo de mis discípulos».

«Si quieres aprender, enseña».

«Este es el primer precepto de la amistad: Pedir a los amigos sólo lo honesto, y sólo lo honesto hacer por ellos».

«Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal».

«La justicia no espera ningún premio. Se la acepta por ella misma. Y de igual manera son todas las virtudes».

«La falsedad está tan cercana a la verdad que el hombre prudente no debe situarse en terreno resbaladizo».

«La naturaleza quiere que la amistad sea auxiliadora de virtudes, mas no compañera de vicios».

«El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el que le corrompe con dinero».

«Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo».

«Preferiría la paz más injusta a la más justa de las guerras».

«No hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volverlo aceptable».

«Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Lo falso no dura mucho».

«Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín ya no os faltará de nada».

«No basta con alcanzar la sabiduría, es necesario saber utilizarla».

«No entiendo por qué el que es dichoso busca mayor felicidad».

«La amistad comienza donde termina o cuando concluye el interés».

«Es bueno acostumbrarse a la fatiga y a la carrera, pero no hay que forzar la marcha».

«No todo error debe calificarse de necedad».

«Nada resulta más atractivo en un hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia».

«Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez».

«Nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro».

«Son siempre más sinceras las cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo».

Frases de Cicerón