
«El gran secreto de todos los genios creadores se encuentra en el hecho de que poseen la fuerza de apropiarse de la belleza, la riqueza, grandeza y excelsitud que hay dentro de su alma, como elementos que forman parte del Todopoderoso, y, al mismo tiempo, de comunicar tal riqueza a los demás. La adecuada y consciente asimilación de las propias fuerzas anímicas es el mayor secreto».
«En primer lugar, acumulo toda la fuerza del Yo en mí. A continuación siento la ardiente necesidad y una fuerte decisión de crear algo digno. Esta necesidad, este anhelo, incluye el convencimiento de que puedo conseguir mi objetivo. Después pido, con fervor, al Poder que me creó, que me dé la fuerza suficiente. Esta plegaria, esta oración, se debe combinar con la esperanza de que esta ayuda superior me será concedida. Así, esta fe total deja el campo libre a las vibraciones que, desde la dinamo, desde el centro de mi alma, fluyen en mi conciencia; han nacido las ideas inspiradas».

