Las flores cubren el manto de la primavera.
Me paseo recitando con emoción.
Multitud de flores se abren haciendo purificando cielo y tierra.
Su fragancia llega hasta mi lecho ¿Es eso un sueño efímero?

Durante diez años mi mente ha anhelado
la razón de la cólera y la ira, ¡incluso ahora!
El cuervo grazna, y un arhat emerge del polvo.
Un brillante y gran sol emerge de la oscuridad en un rostro iluminado.

Las cuatro alternativas de Linjí

 

Suprimir al sujeto sin suprimir al objeto
Hyakujo, Isán, nombres que ya no son:
Son un zorro y un búfalo.
Ya no moran monjes en los templos de la vieja tradición.
Las hojas amarillas y el viento otoñal se disputan sus pabellones.

Suprimir al objeto sin suprimir al sujeto.
¿Quien entre los herederos de Linjí recibió la transmisión verdadera?
Mi enseñanza se perderá entre las manos de asnos ciegos.
Sandalias de paja, bordón de bambú, seré amigo del viento y de la corriente.
Sillas de monje, camas de madera, puedes obtener tu Zen de un nombre y de una ambición.

Suprimir al sujeto y al objeto.
El faisán salta de la maleza, la tortuga se abrasa, algo se ha obstruido.
Las revueltas en Pin y en Fen se cree que han sido cortadas, pero la gente murmura.
Llega la noche y la inspiración del poeta se muere a lo lejos.
Antes de las blancas heladas, el canelo yace partido, viento otoñal.

No suprimir ni al sujeto ni al objeto.
¡No decir nada aporta a algunos más riqueza!
Las casa de placer y las tabernas de sake tienen su mérito.
Es por eso que la gente habla de la sed de Sojo:
contenidamente, música desde la estancia del koto, nubes al atardecer.

El hombre es minúsculo
comparado con el universo donde vive.
¿Y si ese universo fuera uno mismo?

Si tu meditación no puede realizarse en el Pabellón de la Vida y de la Muerte,
fama y fortuna te cautivarán enteramente.
La gente tiene un remedio infalible:
¡a veces un sabroso guisado, a veces una corteza de limón!

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Alabando al monje Kido

El maestro de Ayuwang se rebeló absolutamente contra todo,
Abandonando su hábito como si se tratara de una sandalia rota.
La transmisión correcta de Linjí no es una cosa simple.
En el cielo, el viento silba bajo la luna saciando a un corazón que palpita.

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Anotación para la historia sobre lo hecho por Daíto Kokushi

Levanta en lo alto la gran lámpara e ilumina por completo el firmamento.
Los carros del Fénix compiten por quien reza antes en el Pabellón del Dharma,
Pero de los que comen viento y de los que moran bajo la lluvia, nadie se acuerda,
Ni de los veinte años que viviera bajo el puente Gojo.

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¿Qué se dice en la escuela Rinzai? El quinto Patriarca dijo en una enseñanza «cinco pecados, y se oye el trueno»

Estando en el umbral, un grito y la jaula de hierro se desarma.
Los cinco pecados habitan en los monjes desde el principio.
Melocotón y ciruela, viento de primavera, y al atardecer una fiesta amena:
Medio sobrio, medio ebrio, el sake es como una soga.

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¿Qué se dice en la escuela Ummón? Se dijo en una enseñanza, «la bandera roja flambea y centellea»

La fina bandera se mueve sobre los doseles de primavera con el viento cálido,
Y ante unas ochenta personas el maestro inicia su enseñanza.
La barrera de una palabra. Tres frases del cuerpo del conocimiento.
¿Cuántos siguen teniendo manchas rojas en los ojos?

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¿Qué se dice en la escuela Igyo? Se dijo en una enseñanza, «un corte bajo en una piedra es una señal en el lateral de un viejo camino”

Ejaku se convirtió en monje, Reiyu se convirtió en buey.
Un Buda cubierto de cabello también es adorable.
Un viejo mojón, el camino acaba, el hombre del valle largo.
Diez mil generaciones de nombres. El amarillo del otoño nos abandona.

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¿Qué se dice en la escuela Hogén? Se dijo en una enseñanza, «El vigía olfatea en la noche»

Una gota de Sogén, una gota profunda.
El vigía otea el horizonte, pero la noche es silenciosa y cerrada.
Las verdes montañas llenan nuestros ojos, ¿pero qué ley lo establece?
Es como si todavía las mujeres feas quisieran aprender a hacer muecas.

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El sexo de una mujer
Es la primera boca, y no dice palabra.
La rodea un espléndido montículo de pelo.
Allí puede perderse cualquier hombre sensible.
Es la cuna de todos los Budas de mil mundos

No hay pilares
en la casa en que vivo;
tampoco techo.
No la moja la lluvia.
No la golpea el viento.

No les hablamos
de la Ley a las flores
de primavera,
pero caen y se esparcen
y regresan al polvo.

Si nuestro espíritu
no podría ser Buda,
tampoco el cuerpo.
Sólo puede ser Buda
lo que no puede serlo.

Vine a nacer
en un mundo de sueños,
igual que un sueño.
Qué descanso, extinguirse
lo mismo que el rocío.

¿Qué es el Buda?
Como el tapiz de musgo
entre las rocas,
pura benevolencia,
se extienden sus palabras.

Sombrero de paja

 

Los leñadores y los pescadores saben usar las cosas adecuadamente.
¿Para qué hubieran querido elegantes sillas y plataformas de meditación?
En alpargatas y con un bastón de bambú, yo vago por los tres mil mundos,
viviendo bajo la lluvia, alimentado por el viento, año tras año.

Un pescador

 

Estudiar los sutras y un zazén estricto pueden perder tu mente original.
Sin embargo, la solitaria melodía de un pescador puede ser un tesoro inestimable.
Lluvia al atardecer en el río, la luna entra y sale por entre las nubes.
Yendo más allá de las palabras, interpreta sus canciones noche tras noche.

Mi monasterio montaraz

 

Mi cabaña de paja de tres estancias supera a un monasterio de siete grandes pabellones.
Nube Loca se halla recluido aquí, lejos del mundo ordinario.
Entra la noche, sigo dentro, absolutamente solo.
Una única luz ilumina la larga noche del otoño.

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Los monjes estudian duro para construir una delicada frase
y así obtener fama de talentosos poetas.
En la choza de Nube Loca no hay ningún talento, pero se sirve el sabor de la verdad,
como un arroz hirviendo en un viejo y tambaleante caldero.

****

En mi entorno se medita largo tiempo sobre los koans, y se presume de comprenderlos bien.
Pero al examinar más profundamente su comprensión
observo que aquellos no son más que unos mediocres ignorantes:
su resentimiento y su odio lo conservan hasta la muerte.
Mi consejo, como seguidor de la Vía, suena desagradable en sus oídos.

****

Estamos solos. Las puertas están cerradas.
Ignoramos las direcciones en este lugar. ¿Quién rige la Ley?
Si me pedís una frase sobre la llegada del invierno
yo contestaría: «desde esta mañana, el día va una línea más allá”.

****

Transmisión auténtica o línea colateral, es erróneo discutir eso.
Una inconsciencia perpetua, un fanatismo egocéntrico.
Cansados de la carga del egocentrismo y del sectarismo,
anhelamos la mariposa que vuela libremente.

****

Aquí, lejos del mundo, pinos y sugis se mezclan con las nubes.
Los templos de las ciudades movilizan las masas y reúnen a multitudes.
No entiendo el pensamiento de Linjí sobre sujeto y objeto.
Estoy borracho y de buen humor, gracias a unas tazas de sake.

****

Al carajo la gloria, los triunfos, el dinero.
Tirado cara al cielo, saborear mi pulgar.

Monte oscuro de mujer

 

Tiene una boca original, pero muda,
rodeada por un hermoso montículo de vello.
Los seres sensibles pueden perderse completamente en ella,
pero también es donde nacen los Budas de los Diez Mil mundos.

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Los discípulos de Rinzai nunca recibieron el mensaje del Zen,
pero yo, el asno ciego, conozco la verdad:
el juego del amor te puede hacer inmortal.
Una brisa otoñal de una noche de amor es mejor que cien mil años de estéril zazén.

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Rebuscados koans y enrevesadas respuestas es lo único que persiguen los monjes,
exprimiendo sin cesar a altos funcionarios y a mecenas ricos.
Buenos, y soberbios, amigos en el Dharma, dejadme deciros:
una prostituta de brocado dorado vale más que cualquiera de vosotros.

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Escapando de la podredumbre del mundo, un santo puritano ni se acercaría a un Buda.
Entrad un día en un burdel, y la Gran Sabiduría se os aparecerá ante vosotros.
Mañjushri debería haber permitido a Ananda el placer del prostíbulo:
ahora nunca conocerá la alegría del elegante juego del amor.

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¡Monje lujurioso! Me echas en cara.
Seductor, apasionado, absolutamente abandonado.
Sin embargo, recuerda que el placer puede consumarse en pasión
y transmutar los metales vulgares en oro puro.

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Venir solo,
partir solo,
ambos son ilusión:
permíteme que te muestre
cómo no llegar ¡No te vayas!

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De todas las cosas
no hay mayor felicitación
¡que la de una vieja calavera
curtida a sol y serena!

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Los tifones y las inundaciones hacen sufrir a todo el mundo.
Esta noche no habrá nadie que cante ni baile.
El Dharma florece y decae, las eras van y vienen:
inexorable y tristemente, la refulgente luna se sitúa en el pabellón de poniente.

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La flor de loto
está limpia de barro.
Y esa solitaria gota de rocío,
tal cual es,
manifiesta el cuerpo real de la verdad.

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Sigues ciegamente la regla de la castidad y no eres más que un asno.
Rómpela y sé solamente un humano.
El espíritu del Zen se manifiesta de tan incontables maneras como las arenas del Ganges.
El recién nacido es el fruto del hilo conyugal.
¿Por cuántos kalpas habrá flores que broten y se marchiten secretamente?

****

La riqueza de un hombre

 

El tesoro de un poeta consiste en palabras y oraciones.
Los días y las noches de un erudito se perfuman con los libros.
Las flores del ciruelo que enmarca mi ventana es un placer insuperable para mí.
Mi estómago se contrae por el frío, pero me encanta la nieve, la luna y la helada de la madrugada.

****

Al atardecer nevaba en el río, pero ha terminado.
Una nieve espesa cubre sus orillas y un desierto blanco se extiende por todo.
No recibo ningún correo. Soy como un pato salvaje que vive solo.
Lamento haber vagado por otras tierras antes que la mía, largos años.

****

Una joven hermosa, nube y lluvia. El río de la pasión es profundo.
Cantamos en lo alto de una torre una prostituta y este viejo monje Zen.
Cautivado por sus abrazos y sus besos,
no siento que me vaya a quemar en el infierno, precisamente.

****

Una breve pausa

 

Breve pausa,
entre un camino de lodos
y una Vía que jamás se encharca:
si llueve ¡que llueva!
Si truena ¡que truene!

****
El dulce sonido del shakuhachi de Bokushitsu me ha despertado
de un profundo sueño en una clara noche de luna.

****

Una maravillosa noche de otoño, fresca y brillante.
Sobre el eco de la música y los tambores de un pueblo distante,
el sencillo y limpio tono de un shakuhachi hace que me inunden las lágrimas.
Sale al paso de un profundo y melancólico sueño.

****

Harto del placer con hombres, abrazo una mujer.
El estrecho camino del celibato no es para mí;
mi mente se realiza en la dirección opuesta.
Es fácil ser locuaz sobre el Zen, pero mi boca seguirá cerrada,
ocupado en juegos amorosos, el día entero.

****

Altas, muy altas,
las nubes, qué calladas,
hasta allá arriba
llegaron sin decir
una sola palabra

Versos escritos en un dibujo de Daruma

 

No se acostó, no se atavió, no pensó en nada. No quiso saber.
Si le preguntabas, decía ¡Mu!. Y si no le preguntas decía también ¡Mu!
Con pregunta o no, no tenía nada que decir.
Honorable Bodhidharma: ¿Qué debe haber en nuestros corazones?

Como el rocío
se extinguen los fantasmas.
¿Y si pensáramos
en la luz de un relámpago?
Eso es uno mismo

Bajando a la ciudad desde la montaña

 

La Nube Loca es empujada por el salvaje viento de siempre.
En el monte durante el día, en la ciudad por la noche.
Grito ¡katsu! y agito el bastón cuando me viene en gana.
Ni Linjí ni Tokusán podrían competir conmigo.

El espíritu de Ma wei

 

El bien y el mal nunca han estado confundidos. En este mundo, los que hacen el bien son todos amigos de Shun, y los que lo son del mal son todos amigos de Chieh. El faisán siempre es atacado por el halcón, la rata siempre es acosada por el gato, esto es innato en ellos y está predestinado. La forma en que todos los seres vivos se refugian en la virtud del Buda y huyen de la sucesión indefinida de nacimiento y muerte también es algo similar. Por esa razón he escrito unos poemas y he enseñado con ellos.

Águila y faisán, rata y gato, son en sí mismos tal cual.
Desde tiempo inmemorial, así es la antigua ley del karma.
En Hua-ch’ing, para ver la luna en el amanecer,
hay que recordar lo ocurrido a Genso en Ma wei.

Pasado, presente y futuro, ¿quién lo comprende?
Las malas personas te hunden, las buenas te liberan.
El placer es amable y el koan se completa:
bastonazo de Tokusán, grito de Rinzai.

Elegante en sus polvos y su carmín.
Hasta un supremo e iluminado Buda podría quedar impresionado.
Verla a ella es el espíritu de la primavera de Ma-wei:
su bello espíritu difunto quizá fue desterrado al Japón.

Cuerpo y mente no pueden ser separados en ilusorio o real.
En el mundo del deseo, todos se hunden en el sufrimiento.
Sueño agridulce, pasado, presente y futuro, sesenta kalpas.
Los kalpas son vacíos y sin forma, el espíritu de Ma wei.

Un plato de pulpo fresco

 

Multitud de brazos, casi como Kannon, la diosa.
Pescado por mí, aromatizado con limón, ¡lo venero tanto!
¡Su aroma de mar, simplemente divino!
Lo siento, Buda, este es otro precepto que no puedo seguir.

****

Hace mucho tiempo, hubo una anciana que durante veinte años mantuvo a un monje ermitaño.
Tenía una muchacha de 16 años que le llevaba la comida, y un día le mandó abrazar el monje
y que le preguntara, «¿cómo te sientes ahora?». La joven hizo lo que le fue mandado,
y la respuesta del monje fue, «soy un viejo árbol marchito en un frío acantilado en el día más gélido del invierno».

Cuando la chica volvió, repitió las palabras del monje a la vieja mujer,
que exclamó: «¡durante veinte años he mantenido a un hombre vulgar!”
La anciana expulsó al monje y convirtió la ermita en una pira.

La anciana fue lo suficientemente magnánima
como para engrandecer a un monje puro con una joven casadera.
Esta noche, si una hermosura así me abrazara,
mi marchita rama de viejo sauce ¡llegaría a obtener un nuevo brote!

****

Los árboles están verdes.
Las flores están rojas.
Los árboles ya no están verdes.
Las flores ya no están rojas.
Cuidado… cuidado.

****

Son silenciosas
las flores y el silencio,
es silencioso
el espíritu: flor
del mundo que se abre.

Mi chamizo

 

El mundo ante mis ojos es tan lánguido y débil como yo.
La tierra es decrépita, el cielo tormentoso, y toda la hierba seca.
No hay brisa de primavera incluso en esta fecha tan tardía,
y las frías nubes atrapan plenamente mi choza de cañas.

****

Felicidad, tristeza. Amor, odio. Luz, tinieblas. Cálido, frío. Alegría, ira. Yo, los demás.
El placer por la belleza de la poesía puede llevar al infierno.
Pero mira lo que encontramos esparcido en nuestro camino:
¡Flores de ciruelo y pétalos del melocotón!

****

¡Diez días en este templo y mi mente ya se tambalea!
Entre mis piernas, el hilo rojo se extiende y se extiende.
Si algún día vienes y preguntas por mí,
tendré mejor aspecto en una tienda de pescado y de sake, o en una casa de placer.

****

Odio el incienso

 

No se puede medir la obra de un maestro,
pero hay quien intenta explicar la Vía balbuceando sobre el Zen.
Este viejo monje nunca se ha preocupado por la falsa piedad,
y su nariz se arruga ante un espeso olor de incienso ante el Buda.

****

La luz de Daíto, casi extinguida.
Hoy, ¿quién del Monte Ryuho le reconocería?
Dentro de mil años, sólo los descendientes de Tokai
se esforzarán por mantener vivo su corazón.

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Nube Loca habla de la brillantez insuperable de Daíto,
pero el traqueteo de los carros imperiales ante las puertas del templo lo ahoga.
Nadie escucha las historias de los largos años pasados por el Patriarca,
de hambre y falta de techo, bajo el puente Gojo.

****

Nube loca es un demonio del linaje de Daíto,
pero detesta las peleas infernales.
¡Qué magníficos son los viejos koans y las olvidadas tradiciones!
No me quejaré más, confiaré en mi tesoro interior.

****

El monje Ganto practicó el Zen mientras remaba en una barca.
El monje Chen se dedicó a hacer alpargatas.
Siempre he deseado comentar cuán valioso es mi sombrero de paja,
¿Pero quién hay aquí para apreciar su real importancia?

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Promesa de nacer en tiempos de Miroku

 

Cada noche, la ciega Shin me acompaña con sus canciones.
Bajo techo, dos patos mandarines, con nuevas palabras íntimas:
prometemos reunirnos nuevamente cuando aparezca Maitreya.
Aquí, en la casa del viejo Buda, todas las cosas están en su primavera.

****

En el primer día del noveno mes, mi asistenta Shin pidió prestado un kimono de papel a un monje de pueblo para protegerse del frío, tan ligera, bonita y adorable como es. Hice un poema con este motivo.

Al atardecer, viento y luna, confusión en mi corazón,
¿Cómo le irá a nuestro amor cuando nos llegue el otoño?
Niebla de otoño, mañana nubosa, solitario, delicado y bello.
Hasta en mangas de papel de un monje rural, arrebatadora.

****

En el segundo año de la era de Bumei, en el undécimo mes, en el día catorceavo, viajé a Yakushido y escuché una canción de amor de la chica ciega. Hice un poema para recordarlo.

Viajé tranquilamente a Yakushido, y me alegró.
No obstante, un emponzoñado espíritu corroe mis entrañas.
Avergonzado estoy, aunque no en lo referente a mis blancos cabellos.
Aun cantando hasta el agotamiento, en un frío severo, la melancolía da un largo rodeo.

****

Hace algunos años, me presenté en una pequeña casa de Takigi. La dama Shin, atenta en maneras y aspecto, ya tenía sentimientos de añoranza hacia mí. Yo también lo sabía, pero ha permanecido indecisa hasta ahora, en la primavera de Shinbo, que la he conocido por casualidad en Sumiyoshi y la he interrogado por sus sentimientos. Ella ha aceptado y me ha cumplimentado. Así que he escrito un pequeño poema de recuerdo.

Quiero recordar los viejos tiempos que estuve en Takigi.
Tu conociste la fama del descendiente de mi emperador amado.
Después la vieja promesa fue olvidada por muchos años.
Aún más, me encanta la forma de la luna nueva y sus escalones de jade.

****

Ikkyū Sōjun, Japón, 1394–1481

La luna llena,
la hoja de una espada
y luego nada.
Pero al alba es la luna
la hoja de una espada.

Canto de un jardín en sueños

 

Reclinado en tus piernas y soñando
que estaba en un jardín de estambres perfumados,
cantaba y saboreaba tu manantial.
Nuestros cantos aun perviven en atardeceres y noches de luna.

****

Algunos abren desmesuradamente los ojos,
otros agachan la cabeza.
Todos no son más que comparsas de los demonios.
Durante años han vivido bajo el viento y la luna y ahora están bajo el sable.
La tierra, las montañas y los ríos tienen tanta tristeza.

****
El árbol tuvo hojas, cayeron, pero una vez más le llegó la primavera.
Crecen los brotes, las flores, se renuevan las viejas promesas.
Shin, si alguna vez olvido mi profundo lazo contigo,
en cientos de miles de kalpas nazca yo como una bestia.

****

Es otoño, momento de conseguir ropa de invierno. Por este motivo obtuve algo de ropa nueva cortada y la di a mi asistenta ciega Shin. Por lo tanto, me asistí de lazos inconclusos para la otra vida y dije:

Me queda el cabello blanco de un viejo monje de ochenta años.
Cantando, levantándome cada noche hacia un cielo azul con nubes.
Pobre pato mandarín, canjeando sus antiguas deudas.
Chasquea los dedos del presente y del futuro, y la promesa de amar de nuevo.

****

Cincuenta años un indomable vagabundo.
Ahora, mortificado por túnica púrpura.

****

Premio del Buda:
musgo
y caca de paloma.
Quisiera darle algo.
(¿Y de qué serviría?)

Semblanza de Ganto cuando iba en barca

 

Durante la era Huichang los monjes fueron suprimidos.
Aunque, a pesar de todo, con algo de fortuna.
Bogando con el remo, no te crees que su mano fuera humana.
Un cuco se lamenta bajo la luna, medianoche.

Mi espíritu no puede responder cuando llamas.
Si lo hiciera estaría robándote la vida

La poesía
es ridícula: escríbela,
enorgullécete,
ufánate al espejo
y créete que sabes

Sigue escribiendo
las profundas cuestiones
en que te duermes.
Cuando al fin te despiertes
tú también te habrás ido

Anda pues, anda:
arrodíllate y reza.
—Y dime: ¿para qué?
Si mañana es ayer.

Tres enseñanzas del Monte Kido sobre la iluminación

 

Los ojos no están del todo claros, ¿cómo se puede vestir algo vacío con calzones de algodón?

Pasteles de arroz pintados. Barriga hambrienta y fría, nunca saciada.
Aunque nacido de mujer con ojos, lo ve todo como un ciego.
En los pabellones fríos, una noche, piensa en la ropa:
Una figura de gasa, de mil pliegues, se aparece en la oscuridad.

Dividir la tierra, hacer una jaula, ¿cómo es que puedas entrar en ella pero no atravesarla?

¿Cómo es que durante las veladas primaverales, mis ganas no se agoten nunca?
La mente de la gente es igual a la orilla de la taza del invitado.
Alcanzado el cielo, el infierno es destruido.
Jornada de caída de flores, pelusa de sauce.

Ir al mar y contar los granos de arena, ¿cómo se puede estar de pie sobre la cabeza de una aguja?

Apartar la tierra y contar los granos de arena tiene un gran mérito.
Mantenerse de pie sobre la cabeza de una aguja parece algo sobrenatural.
Entre los monjes de la montaña, no hay nadie con esas habilidades.
El hijo del mar de Oriente es del estilo de Kido.

Tanto koan
te enseñará el camino,
pero no al rico
coñito de muchacha
al que yo me dirijo.

Loa al segundo patriarca

 

En China, ahora y desde antiguo, no ha habido maestros Zen.
Nadie conoce la leyenda de Danpi;
sólo está permitida la historia de Nanzán Dosén:
como si una aguja se hubiera aplicado en un punto de dolor.

****

Una Nube Loca, sale a la luz,
¡impulsada desabridamente, de tan salvaje como corre!
¿Quién sabe dónde irá y la llevará todavía el viento?
El sol se iza en el mar de Oriente y resplandece sobre la tierra.

****

Bosques y campos, rocas y matojos, mis verdaderos compañeros.
La maneras salvajes de la Nube Loca nunca cambiarán.
La gente cree que estoy loco, pero no me importa:
si ya soy un demonio aquí en la tierra, no hay porque temer en la próxima vida.

****

¿Qué es un corazón?
Es como el ruido del viento
Transportado por el olor de los pinos
Dibujados con tinta china.

****

Cada día, los monjes examinan minuciosamente la Ley
y cantan sin cesar complicados sutras.
Antes que eso, sin embargo, deberían aprender
a leer las cartas de amor que mandan el viento y la lluvia, la nieve y la luna.

****

Poema de despedida del mundo

 

Hace diez años, bajo las flores, hice una fragante alianza,
un paso muy delicioso, un afecto sin fin.
Lamento alejar mi cabeza del regazo de la muchacha.
En la oscuridad de la noche, nube y lluvia, y una promesa de pasado, presente y futuro.

****

He pasado treinta años en un estado de espíritu inconsistente. Los treinta siguientes los pasé en un estado de espíritu liberado. Así es como he pasado los últimos sesenta años. Hago ofrenda de mis excrementos a Bontén. En el pasado, pedí prestados cinco elementos, y hoy devuelvo cuatro de ellos, ya que el pensamiento tiene su fundamento en el vacío.

****

He abandonado la escritura,
no son más que signos en un sueño.
Cuando despiertas,
nadie pregunta nada.

****

Ikkyū Sōjun, Japón, 1394–1481