Fue antisemita, apoyaba la eugenesia y envió a Hitler poemas de amor. Trató a su hijo como un experimento social.
El 11 de mayo murió a los 90 años, el filósofo humanista Harry Stopes-Roe, el hijo de Marie Stopes, pionera del feminismo y el aborto que dio su nombre al mayor promotor de abortos en el Reino Unido, Marie Stopes International, organización amiga de ONU Mujeres.
En los últimos días, el Daily Mail ha destapado los vejámenes padecidos por el intelectual británico, durante su infancia y educación. El periódico expone que Marie Stopes, quien fuera «venerada como la gurú del progenitor responsable”, en la vida privada «trató a su hijo con una crueldad abominable».
Un hijo de laboratorio
La mujer que «abrió la primera clínica para el control de la natalidad», dice el artículo, escribió «un libro sobre el amor conyugal en el que argumentaba cómo el matrimonio debería ser una relación de igualdad entre marido y mujer», pero que también fue «anti-semita y creía fervientemente en la eugenesia, o en el ‘mejoramiento’ de la población humana a través de la procreación selectiva».
Otra contradicción, según el periódico británico, es de hecho «la extrema ironía” en la historia de Marie Stopes, pues esta brillante paleontólogo, «escribió un best seller llamado Wise Parenthood (Sabíduría en la Paternidad)», pero «era una atrocidad como madre»… «Trató a su único hijo como un experimento social, vistiéndolo como una niña, eligiéndole hermanos adoptivos que luego abandonó (cuatro en total)».
En su juventud, también se prohibió a Harry la lectura de libros, porque su madre estaba convencida que imponer a los niños modelos preestablecidos obstaculizaba el desarrollo independiente de su pensamiento. Sin embargo el futuro filósofo fue obligado «a usar una falda hasta la edad de 11 años”.
“Hablo en nombre de Dios”
Por si fuera poco, las cosas serían peores para él a medida que aumentaba el éxito de su madre. Cuando nació Harry, en 1924, Marie Stopes ya tenía 43 años y se había hecho famosa en todo el mundo como la primera mujer académica de la Universidad de Manchester.
Pasó del estudio de los fósiles al control de la natalidad, fundando el boletín Birth Control News y abriendo en 1921 la Mothers’ Clinic en Holloway, primera que en el Reino Unido asesoraba a las mujeres sobre cómo evitar los embarazos. Gracias a ella, el pensamiento abortista y pro eugenesia se extendió por todo el país. «Pero cuando su carrera profesional descollaba, su vida privada era destrozada por su megalomanía furibunda y la convicción de ser una suerte de mesías divino». Un día, incluso, «intervino en una conferencia de obispos anglicanos saludándolos así: «Señores, hablo en nombre de Dios. Ustedes son sus sacerdotes. Yo soy su profetiza. Voy a explicar el misterio del hombre y de la mujer».
Esposos y niños abandonados
Sin embargo, la predicadora de la igualdad en el amor matrimonial, humilló de la peor manera a su primer marido, Reginald Ruggles Gates, un genetista canadiense, al pedirle el divorcio dos años después de casarse alegando públicamente que el matrimonio nunca fue consumado, haciendo que la impotencia sexual de su consorte fuera noticia de dominio público.
Luego a su segundo marido, Humphrey Roe, rico filántropo, padre de su hijo, Marie Stopes, después de algunos años le obligó a firmar una carta (escrita bajo su dictado) donde la liberaba de los votos matrimoniales y se comprometía – escribe el Daily Mail – a no entrar «en el dormitorio sin antes haber hecho todas las labores domésticas».
La campeona de la igualdad de género no se divorció de Humphrey, pero lo alejó de ella y de su hijo. «Obsesionada con Harry», continúa el diario británico, la investigadora decidió darle hermanos. El primero, un huérfano de tres años, se lo entregaron a Marie sus tíos, que eran demasiado pobres como para mantenerlo; sin embargo dos años más tarde, ello se lo quitaron al descubrir que la mujer lo flagelaba. Luego fue el turno de Dick, quien luego de adoptado fue regresado a los servicios sociales, porque la decepcionó. Juan, el tercero, fue secuestrado y abandonado por Marie Stopes porque carecía de “habilidades académicas, sensibilidad literaria y artística». La misma suerte corrió finalmente también Barry, pues Marie concluyó que era «no apto para vivir en una casa decente».
“Una nuera demasiado débil”
Marie Stopes International
