
«Evidentemente, la Iglesia no sabe lo que dice, y por eso es infalible».
«El talento, que encuentra el beneplácito de todo el mundo, pertenece al Padre y al Hijo. El Genio, odiado por todo el mundo, pertenece exclusivamente al Espíritu Santo».
«Tengo derecho a enorgullecerme de mi pobreza, por haberla preferido al emputecimiento fructífero de mis enemigos literarios».
«Hasta los niños del pueblo escribirán, sobre los muros derruidos de Sodoma, estas sencillas palabras: ¡EL CATOLICISMO O LA DINAMITA! Elegid, pues, de una vez por todas, si no estáis muertos».
«Maldigo toda música que no tenga como objeto inmediato el de alabar a Dios. La música más bella, incluso de iglesia, sólo parece bella porque da ocasión de presentir la verdadera música, la armonía divina que está en el fondo del Silencio Perfecto».
«No hay azar, porque el azar es la Providencia de los imbéciles, y la Justicia quiere que los imbéciles estén sin Providencia».
«Toda mujer que no da entrada a lo Sobrenatural, en su vida y en todas las prácticas de su vida, es una prostituida, virtualmente o efectivamente».
«Dios está solo contra todos. Evidentemente, hay allí un misterio. Es seguro que un hombre, aunque sea malvado, si tiene en contra a todo el mundo y está contra todos, tiene algo de divino que lo hace grato».
«Queremos que nuestros hijos se acostumbren a tener muy presente el pensamiento de la muerte y a que la proximidad de los muertos les sea familiar. Conviene a gentes como nosotros ir contra el prejuicio impío que pretende que la muerte y sus imágenes son desoladoras».
«–Sepa, señor Léon Bloy, que yo soy ateo y materialista.
–¡Qué bien, hombre, estoy encantado de saber que estoy en presencia de un imbécil!».
«El hedor redobla y la miseria no disminuye».
«Cuando a los mundanos les falta el dinero, les falta todo y su miseria es espantosa».
«No llego a sentir el gozo de la Resurrección, porque la Resurrección, para mí, nunca llega. Veo siempre a Jesús en agonía, a Jesús crucificado y no sé verlo de otro modo».
«Asombrosa la bobería de los ocultistas (!) que sienten necesidad de ritos y logogrifos para notar la presencia del Demonio, y que no sospechan el Satanismo –que salta a la vista– del tendero de ultramarinos, para poner un ejemplo».
«Rezumo odio. He acabado por aborrecer las cosas, las instituciones, las leyes del mundo. He odiado infinitamente el mundo y las experiencias de mi vida no sirvieron más que para exacerbar esa pasión. ¿Quién, pues, incluso entre los cristianos, podría comprender esto?».
«Jeanne me dice en el cementerio:
–Hay que cavar y bajar en el seno de la tierra hasta el lecho de los muertos. Entonces se encontrará la Alegría.
Cuidando las flores de las tumbas cuidamos, en cierto modo, a los muertos, tan identificados están con el polvo».
«Yo estoy a favor, sobre todo, de la barbarie cristiana».
«En otros tiempos, los sacerdotes eran de oro y usaban cálices de madera; hoy los sacerdotes son madera y usan cálices de oro».
«Me declaro a favor de una Teocracia absoluta, de que la Iglesia tenga en sus manos las dos Espadas, la Espiritual y la Temporal. Pienso que todo le pertenece, almas y cuerpos, y que fuera de ella no cabe salvación alguna, ni para los individuos ni para las sociedades».
«Siento horror por la mediocridad y amo a aquellos que se atreven a ir hasta el fin».
«Jesús muere por segunda vez, pero no en la Cruz, sino en el umbral de su Iglesia, asfixiado por el asco».
«Estoy inanimado, estúpido, absolutamente privado de entusiasmo. Excelente estado para escribir».
«Es harto cierto que, hasta la venida que renovará la faz de la Tierra, los hombres en general deben ser gobernados con palo, sea éste un garrote de jefe de bandoleros o una cruz episcopal».
«Es un error moderno creer que los individuos destinados a servir pueden ser elevados sobre su nivel por las consideraciones, la bondad y la paciencia».
«Los brazos en cruz, gesto para apartar a los burgueses y a los demonios».
«El cura Storp se esfuerza por ser buena persona sin dejar de ser decididamente imbécil: me habla de la belleza del sufragio universal, reprochándome con vigor mi sistema de abstención. Las ideas de León XIII. Imposible hacer entrar una idea superior en tales cerebros».
«¿Existe un estado más amable, más envidiable, más exquisito, más espiritual, más divino, más espantoso que el estado de un muerto, de un verdadero muerto a quien se mete bajo tierra y que se ha presentado ante Dios para ser juzgado?»
«Léon Bloy es una gárgola de catedral que vomita el agua del cielo sobre los buenos y sobre los malos».
«¿Qué es el azar? Es el nombre que modernamente se le da al Espíritu Santo.
¿Qué es el sufragio universal? Es la elección del padre de familia por los hijos».
«Todo cristiano sin heroísmo es un cerdo».
«Si ocurriera una verdadera persecución, ¿queréis decirme cuántos de nuestros católicos elegirían la miseria negra, la ignominia y las torturas? Uno de cada cien mil, quizá».
«Los condenados no tienen otro alivio, en el abismo de sus tormentos, que la visión de los horripilantes rostros de los demonios. Los amigos de Jesús ven a su alrededor a los cristianos modernos, y así pueden concebir el infierno».
«La muerte de un cristiano no es más que un inmenso acto de humildad».
«Un rasgo característico del burgués es el miedo a toda decisión heroica en casa ajena, así como en casa propia».
«Cuando los burgueses se regodean, es lo mismo que cuando tienen miedo. Se asemejan a los demonios».
«Cuando quiero leer las últimas noticias, leo a San Pablo».
«En cuanto a mí, ya sólo espero a los cosacos y al Espíritu Santo. Todo los demás es basura».
«Estamos en el umbral del Apocalipsis y no son tiempos para juegos del pensamiento».
«Esperar echados en tierra, como el polvo que espera a la tempestad, orar con todo el corazón y prepararse para el martirio; he ahí lo que Dios pide a sus amigos. El resto no es nada».
«Cuando no se come a Dios, debe esperarse uno a ser comido por los perros. Ese es el futuro de la Francia apóstata…».
«Los automóviles son obra de los hombres, y los caballos son obra de Dios».
«La época moderna alarga en sentido horizontal sus talleres, sus fábricas, sus túneles, sus ferrocarriles. El esfuerzo del hombre repta por la superficie del planeta. Ninguna de sus obras alcanza valor. El orden, la proporción, lo que daba calidad a la obra, no existe».
«Si hubo una época en la que los hombres descuidaron la Cantidad para dirigirse exclusivamente a la Calidad, ésa es indiscutiblemente la Edad Media».
«No hay peor desgracia que necesitar a los hombres. En seguida eres crucificado a la izquierda de Jesús».
«Afirmo rotundamente que el mundo católico moderno es un mundo réprobo, condenado, rechazado absolutamente, un mundo infame del que el Señor Jesús está completamente harto, un espejo de ignominia en el que uno no puede mirarse sin tener miedo, como en Getsemaní».
«No soy precisamente amigo de los pobres, sino del pobre, que es Nuestro Señor Jesucristo. Yo no he sufrido la miseria, la he desposado por amor, aunque pude elegir otra compañera. Hoy, viejo y gastado, me preparo para la muerte».
«Ser profeta es fácil hoy, si se cree que el Demonio está realmente suelto, y que, en consecuencia, todo lo que se hace es contra Dios».
«Siempre he creído que lo que se llama éxito otorga un diploma de mediocridad o es un certificado de ignominia, y he escrito mis libros ilegibles para la multitud, sin otra esperanza que llegar hasta algunas almas ignoradas por mí, pero emparentadas misteriosamente con la mía».
«Piense usted en la incapacidad infinita de todo el mundo y, sobre todo, en la prodigiosa ausencia de un hombre superior, cosa nunca vista en el transcurso de la historia».
«Cuanto más nos acercamos a Dios, más solos estamos. Es lo infinito de la soledad».
«Arrancarle la lengua al burgués no es fácil. Sus raíces le llegan hasta la planta de los pies y siempre renacen. Habría que exterminar a la Bestia. El Espíritu Santo se encargará de eso».
«La ‘puerta de los humildes’, que es la puerta misma del Apocalipsis, es tan estrecha y con tan tremendos candados, que no sé cómo podré franquearla».
«Yo pido la victoria para mí mismo, es decir, para mi propia liberación y para el cumplimiento, por fin, de mi misión, sea la que sea».
«En el automóvil hay vileza y sobreabundancia de fealdad, como en todas las cosas modernas. No se ignora el abuso atroz de esta máquina odiosa y homicida, que lo mismo destruye inteligencias que cuerpos y que convierte nuestras carreteras en avenidas del infierno».
«Se espera la Salvación mediante el sufragio universal porque, habiendo perdido la fe, se cree que un mal árbol puede dar frutos buenos. Ahora bien, el sufragio universal es un árbol de muerte y desesperación. El mal apóstol se colgó de él».
«¿Qué es un burgués? Es un cerdo que quisiera morir de viejo».
«Cuanto más envejezco, más porvenir tengo».

