¿Qué cosa es Dios?

 

¿Qué cosa es Dios?
-Decid, ¿qué cosa es Dios, oh luces Bellas?…
¡Orden! -me respondieron las estrellas.
-Decid, ¿qué cosa es Dios, flores hermosas?
¡Belleza! -respondiéronme las rosas.
-Decid, ¿que cosa es Dios, oh Madre mía?
Y Ella, mirando al Crucifijo:
-Amor es Dios – me dijo…
Amor más puro que la luz del día.

Dios

 

Días de tedio inerte y de derrota
y de la frente hundida y pies en fango
en que agobiada la conciencia apenas
puede sufrir a Dios más bien que amarlo.

Ay esperanza, que te fuiste lejos
y el hilo en que me tienes es delgado
suspendido -¿hasta cuándo?- tenazmente
sobre el abierto vórtice… ¿Hasta cuándo?

Saber lo que es morir y lo que sienten
el leproso, la coima y el forzado. ..
Quizá Dios quiera que mañana sirva
mi experiencia del potro y del ergástulo.

Pero entretanto sobre mí el inmenso
decaimiento del que pugna en vano
desolación de ser muy débil para
o matar el deseo o realizarlo.

Mas Dios es grande y mis caminos locos
quien los permite puede enderezarlos
y yo no sé por dónde; pero un día
en Él darán por un portillo arcano.

Mas Dios es Dios, y a mí me falta todo
porque me falta el solo necesario
y no me falta nada más que el único,
y lo imposible, inútil, sobrehumano.

Y la fe oscura dice: «Pero ¿cómo?»
y la esperanza Ansiosa: «Pero ¿cuándo?»

Escudo

 

Por asimilación con el de Ignacio
¡qué gran ideal labrarse escudo noble!,
dentro, chapado recio en fierro y roble;
fuera, plata y marfil: Vasconia y Lacio.

A los flechazos del mentir, reacio.
A los soplidos del parlar, inmoble.
Los cuarteles: de púrpura y sinoble.
Mote: «Hablar poco, obrar fuerte y despacio».

Alegóricos signos más bien bélicos
de imposibles amores arcangélicos
con militar cautela y osadía…

De lo hermitaño y de lo cortesano
con un toque plebeyo -no villano-
que ponga llama y quite simetría.

Jauja

 

Yo salí de mis puertos tres esquifes a vela
Y a remo a la procura de la Isla Afortunada
Que son trescientas islas, mas la flor de canela
De todas es la incógnita que denominan Jauja
Hirsuta, impervia al paso de toda carabela
La cedió el Rey de Rodas a su primo el de León
Solo se aborda al precio de naufragio y procela
Y no la hallaron Vasco de Gama ni Colón.
*
Rompí todas mis cosas implacable exterminio
Mi jardín con sus ramos de cedrón y de arauja
Mis libros de Estrabonio de Plutarco y de Plinio
Y dije que iba a América, no dije que iba a Jauja.
Pinté verdes los cascos y los remos de minio
Y las vela como alas de halcón y de ilusión
Quedé sin rey ni patria, refugio ni dominio
Mi madre y su pañuelo llorando en el balcón.
*
Muchas veces la he visto, diferentes facciones,
Diferentes lugares, siempre la misma Jauja
Sus árboles, sus frondas floridas, sus peñones
Sus casas, maderamen del más perito atauja.
Su señuelo hechicero de aromas y canciones
Enfervecía el cielo de mi tripulación,
Mas desaparecían sus mágicas visiones
Apenas la ardua proa tocaba el malecón.
*
La he visto entre las brumas, la he visto en lontananza
A la luz de la luna y al sol de mediodía
Con sus ropas de novia de ensueño y esperanza
Y su cuerpo de engaño decepción y folia.
Esfuerzo de mil años de huracán y bonanza
Empresa irrevocable pues no hay volver atrás
La isla prometida que hechiza y que descansa
Cederá a mis conatos cuando no pueda más.
*
Surqué rabiosas aguas de mares ignorados
Cabalgué sobre olas de violencia inaudita
Sobre mil brazas de agua con cascos escorados
Recorrí la traidora pampa que el sol limita.
Desde el cabo de Hatteras al golfo de Mogados
Dejando atrás la isla que habitó Robinson
Con buena cara al tiempo malo y trucos osados
Al hambre y los motines de la tripulación.
*
Me decían los hombres serios de mi aldehuela
“Si eso fuera seguro con su prueba segura
También me arriesgaría, yo me hiciera a la vela
Pero arriesgarlo todo sin saber es locura…”
Pero arriesgarlo todo justamente es el modo
Pues Jauja significa la decisión total
Y es el riesgo absoluto, y el arriesgarlo todo,
Es la fórmula única para hacerla real.
*
Si estuviera en el mapa y estuviera a la vista
Con correos y viajes de idea y vuelta y recreo
Eso sería negocio, ya no fuera conquista
Y no sería Jauja sino Montevideo.
Dar dos recibir cuatro, cosa es de petardista,
Jauja no es una playa-Hawaii o Miramar.
No la hizo un matemático sino el Gran Novelista
Ni es hecha sino para marineros de mar.
*
Las gentes de los puertos donde iba a bastimento
Risueñas me miraban pasar como a un tilingo
Yo entendía en sus ojos su irónico contento
Aunque nada dijeran o aunque hablaran en gringo.
Doncellas que querían sacarme a salvamento
Me hacían ojos dulces o charlas de pasión
La sangre se me alzaba de sed o sentimiento
Mas yo era como un Sísifo volcando su peñón.
*
Busco la isla de Jauja, sé lo que busco y quiero
Que buscaron los grandes y han encontrado pocos
El naufragio es seguro y es la ley del crucero
Pues los que quieren verla sin naufragar, son locos
Quieren llegar a ella sano y limpio el esquife
Seca la ropa y todos los bagajes en paz
Cuando sólo se arriba lanzando al arrecife
El bote y atacando desnudo a nado el caz.
*
Busco la isla de Jauja de mis puertos orzando
Y echando a un solo dado mi vida y mi fortuna;
La he visto muchas veces de mi puente de mando
Al sol de mediodía o a la luz de la luna.
Mis galeotes de balde me lloran ¿cuándo, cuándo?
Ni les perdono el remo, ni les cedo el timón.
Este es el viaje eterno que es siempre comenzando
Pero el término incierto canta en mi corazón.
*
Oración
*
Gracias te doy Dios mío que me diste un hermano
Que aunque sea invisible me acompaña y espera
Claro que no lo he visto, pretenderlo era vano
Pues murió varios siglos antes que yo naciera
Mas me dejó su libro que, diccionario en mano,
De la lengua danesa voy traduciendo yo
Y se ve por la pinta del fraseo baquiano
que él llegó, que él llegó.

 

 

Poema con que finaliza el ensayo De Kirkegord a Tomás de Aquino de Leonardo Castellani.

Oración de Santo Tomás por la sabiduría

Omnia haec, oh Reginalde, mihi jam videntur quasi palea.

 

Luz de la luz y rosa de la rosa
foco y fuente de todo lo que es vida
que pretendo apresar con mi atrevida
torre de silogismos rigurosa,

Tripersonal natura misteriosa
inaccesible intelectual guarida
de quien el hombre sueña y el suicida
muere, y el cosmos vive, el ángel goza …

En piedra de razón, luz de sagrario
y cemento de humano pensamiento
de mi summa el andamio extraordinario
he levantado en inaudito intento…

Quiero que un soplo tuyo lo haga viento
lo haga música mística tu aliento
y un rayo lo haga polvo de incensario.

Acto de Fe

 

Creo obstinadamente en todo cuanto
Dios revelasteis hemos de creer…
Dios, esencial verdad, horra por tanto
de engañarse, engañar o no saber…

Todo cuanto de fide enseña el santo
viejo de Roma por la fiel mujer,
esposa tuya del manchado manto
mezcla de tierra y luz de rosicler…

creo, Señor. Guarda mis anteojos…
sin ellos… veo, sí, palacios rojos,
la Urbe con la Cúpula en la Loma;

pero con ellos, veo la Paloma
veo la Flor, el Trigo y los Abrojos…
Guarda mi fe, Señor, y —fuera broma—
si aquí no te han de ver pronto mis ojos,
dame la gracia de salir de Roma.

 

 

Roma, 10 de mayo de 1947

Cruz y fierro

 

Cruz y Fierro. La Tradición cristiana
desde su origen prístino reunía
el ascetismo y la caballería
en equilibrio de sapiencia humana.
Perdonar mis agravios yo podría
mas no los hechos a otros; a quien me hermana
el saber que de Dios su ser demana
Cruz y Fierro, paciencia e hidalguía.
“A fuerza de villano, fierro en medio”
y la cruz de la espada por remedio…
milicia la vida es de los mortales.
Si la huyes, das en males más acerbos
pues si se hacen manteca los leales
se salen de la vaina los protervos.
Hasta que Cristo fin ponga a los males.

Leonardo Castellani, Argentina, 1899-1981

Aquí me pongo a cantar

 

Aquí me pongo a cantar
con cualquiera que se ponga
La mejor, la gran milonga
que se habrá de perpetuar
entre La Pampa y el mar
y el que es mayor de los dos,
cielo estrellado de Dios
donde sus plantas están
canto a la flor de Luján
canto a la Madre de Dios.
Dios hizo el cielo y el rayo
hizo el sol, hizo la estreya,
hizo la Pampa sin güeya
hizo al toro y al caballo
hizo al hombre y aquí callo
porque fue su obra mejor,
pero mandinga traidor
conoció que era de barro
pecó el hombre, rompió un carro
y se le enojó el Creador.
Y lo echaron de la estancia
pa’ la tierra del infiel
a tragar miseria y hiel
él que nació en la abundancia
pero su misma ignorancia
le dio compasión al juez
pensó un momento y después
exclamó lleno de cencia:
se ha de cumplir mi sentencia
pero vuelta al revés.
La muerte que al hombre aterra
yo a mi mesmo me la aplico,
yo soy grande y me hago chico,
y siendo Dios me hago tierra,
yo he de vencer esta guerra
con las armas que me dan,
porque vencer de rufián
a Dios no es cosa que cuadre
y eligió para madre
a la Virgen de Luján.
Aquí hay misterios muy fieros
aquí hay un pozo muy hondo
yo m’ inorancia no escondo
ni me meto en agujeros
aquí hasta los más matreros
boleados se quedarán
y jamás entenderán
porque es de cencia infinita
Él eligió pa’ mamita
a la Virgen de Luján.

Miren qué humildá, que empeño
el del Hijo de Dios Padre
ir a elegir para madre
en un pago tan pequeño.
Él que es de este mundo el dueño
no se guía por las ropas,
podía ir a las Uropas
a elegir las potentadas
pudo sacar as de espadas
y robó cuatro de copas.
Y de que Dios la encontró
buena madre y cariñosa,
guapa, limpia, habilidosa
y su corazón probó
al tiempo que la dejó
quiso hacer algo que asombre
y le dijo: Por mi nombre
y estando en esta cruz triste
Madre de Dios buena fuiste
yo te hago madre del hombre.
Gaucho pampa donde irías
cuando no tuvieras madre
vos que sos duro de encuadre
y de pocas teologías
vos que te hallás estos días
guacho en la tierra que hiciste
te han quitao hasta el alpiste
para darte la istrución
te han quitao el corazón
y te dan un libro triste.
Reina del Plata, Señora
del pobre criollo olvidado,
techo que nos ha quedado
contra esta lluvia invasora,
estrellita pa’ la hora de la tormenta feroz
mira que se vuelve a vos
mi alma que no desconfía
porque si sos madre mía
sos también Madre de Dios.

Madre de Dios, madre mía
y no quiero saber más
haceme morir en paz
con Dios y con vos María,
al filo de mi agonía no recordés mis reveses
recordá, en vez, cuantas veces
y ya desde muy gauchito
yo te he rezado el bendito
la Salve y los cinco dieses.

No hago nada

 

No hago nada:

Corazón, tente en pie sin doblegarte
de la injusta opresión a la insolencia
aunque estoy loco, tengo yo mi arte.

“Nam furor saepe fit laesa patientia.”
Luchando sin más armas que mi triste
corazón contra el peor mal que existe
¿no hago yo nada? Lucho, sangro y no
caigo al suelo. No hago mucho pero
hago más de lo que puedo…

Centinela aterido
no dejo sospechar que estoy herido
ni dejo conocer que tengo miedo…

Herido helado aguanto la bandera
no deserto la inhóspita trinchera
y aunque sé que la muerte me ha podido
estoy de pie y estoy ante ella erguido
marcando el SOS de la brega
a un auxilio que no me llegará
sino un momento tarde si es que llega
y que muerto de pie me encontrará…

La otra mitad la hará sobre mi tumba
otro infeliz después que yo sucumba…
Corazón, tu mitad se ha hecho ya.

Murió don Franklin Delano

Murió don Franklin Delano
todo acaba todo muere.
Murió don Franklin Delano.
Miserere.
Murió uno de los Tres Grandes.
Nadie es grande sino Dios.
Murió uno de los tres grandes.
Quedan dos.
Murió sin ver la Victoria
sin ver el fin de la guerra.
Su conquista más notoria
son siete palmos de tierra.
Murió cuando no pensaba.
Se acabó en un brusco hipo,
con todo lo que esperaba.
Pobre tipo.
Se acabó la Casa Blanca
el caviar, la vita bona;
lo hundió de un golpe de tranca
la Pelona.
Murió temprano Delano
nadie muere cuando quiere.
Murió el Panamericano.
Miserere.
Ya no ganará elecciones,
ya no será reelegido.
Su alma llena de pasiones
¿dónde ha ido?
Feneció como en la tierra
fenece la frágil flor,
sin ver el fin de la Guerra
ni el Mundo Nuevo y Mejor.
Quería salvar el mundo
la Cultura Occidental
y la Argentina. Recemos
por los que nos hacen mal.
¿Qué se han hecho los extremos
adónde quiso subir?
Todo se acabó. Recemos.
Todos hemos de morir.
Pasó su nombre a la gloria
su alma al «Ente Universal»,
dice Crítica. La Historia
le dedicará un fanal.
Le dedicará un fanal
la Historia ni que decir.
Si el pobre ha acabado mal
de mucho le va a servir.
Su estampa a cuatro columnas
que ha publicado La prensa
lo consolará en su tumba
si está allá donde uno piensa.
Murió don Franklin Delano
nadie por eso se altere.
Acaba todo lo humano.
Miserere.
Morirán todos los otros.
Aprendan que todo es vano,
si hay alguno entre nosotros
medio aprendiz de tirano.
Ninguno exulte o se mofe,
ninguno se desespere.
Todos echarán el bofe.
Miserere.
Piensen todos en la Pálida
que a todos apunta y tira.
Vayan limpiando las ánimas
de mentira.
Querer pararla es en vano.
No esperen que los espere.
Morirán como Delano.
Miserere.
Miserere ei, Dómine, secundum magnam misericordiam tuam.
Et secundum multitúdinem miserationum tuarum déle iniquitatem ejus…

Dios los cría, de camperas

Tres que siempre andan juntos, la Víbora, el Zorrino y el Perezoso, se juntaron un día para murmurar del mundo.

-Aquí ni hay iniciativa ni hay progreso -dijo el Perezoso-, ni nada. Ustedes conocen muy bien mis aspiraciones y mis sublimes y patrióticos ideales -el Perezoso es bicho de grandes proyectos-; y sin embargo a mí se me tiene por un fracasado. Y así, ¿quién va a emprender ninguna cosa? Busque usted peones: ¿dónde los encuentra? Y si los encuentra, ¿cómo los hace trabajar? Busque usted socios: todos son una punta de ladrones. Por eso no los busco… Ponga usted una industria, ¿y qué? A mí, que me gusta hacer las cosas en grande y no andar con miserias, me vienen ofreciendo capitalitos de mala muerte… La culpa la tiene el Gobierno, no más… En fin, que a usted si es un ruin y un mediocre, todo el mundo le irá detrás; pero si es hombre de grandes aspiraciones, lo arrinconan, lo persiguen, lo postergan, y lo obligan a pasarse la vida tumbado sobre una rama, comiendo lo que esté a mano y durmiendo como se pueda… todo el día.

-Y lo peor de todo -dijo la Víbora-, es que le huyen a uno y le cobran horror. Los que hemos nacido con un corazón hecho para ser amados sufrimos mucho con eso. Yo no tengo ningún amigo y todos me aborrecen. Y así, perseguida de todos y sin el calorcito de la amistad, aunque sea más buena que el mío-mío y más tierna que una avispa, concluye por agriarse y hacerse fría y maligna y solapada y cobarde y hasta negra y fea, con la bilis, el veneno y la mala sangre que le hacen a una criar por dentro con tanta ingratitud. Mis antepasados se cuenta que eran brillantes y coloridos como la culebra, y no barrosos y repulsivos como yo. Hasta con mi marido andamos distanciados; y de todos mis hijos, ni uno solo ha sido capaz nunca de venir a cobijarse con su madre y agradecerle el ser que le dio. Cierto que yo no sé si habrán nacido. Yo dejé los huevos confiados al sol que los empollara, y me marché, porque ¡vaya también usted a criar víboras en el seno, como dice el refrán, para recoger veneno! -A mí -terció el Zorrino-, lo que me repudre es el desprecio de los otros. Siete años llevo en este pajonal, y nadie me trata, nadie me visita, nadie me convida… Vengo yo por una picada y todos se apartan sin hablarme; y no hay bicho de pelo o pluma que venga a anidar en la vecindad del lugar donde yo vivo. A mí la soledad me mata; pero la prefiero a la compañía de esos sucios que parece que de puro asquerosos andan huyendo de la gente para no mostrar el tufo.

Y así por el estilo, quejándose de todos, se pasaban las horas muertas. Pero la murmuración no alimenta y los chismosos siempre acaban aborreciéndose. Un buen día se pelearon los tres y se separaron, no sin haberse antes cantado las verdades bien clarito a grito limpio e insulto seco, como comadres de conventillo. Al Perezoso le dijeron que él era el haragán; a la Víbora, que la mala y perversa era ella; y al Zorrino, que si se oliese a sí mismo no sentiría la hedentina de los otros. Y a cada uno, que cada cual es hijo de sus obras.

Pero ninguno de los tres se dio por entendido y han seguido hasta el día de hoy quejándose del mundo entero.