Darwinismo, Ciencia y Poder. La base científica de las ideas dominantes.

Conferencia del Dr. Máximo Sandín en Barcelona el 26-03-2010.

Cuestionando los pilares de la biología.

Entrevista con el biólogo Máximo Sandín, quien ofrece una visión distinta de la biología. Tal y como entendemos hoy en día a los virus y las bácterias, estos son patógenos de los que hay que defenderse, la cultura farmacéutica y de la medicina oficial está basada en esta premisa. Máximo Sandín nos expone directamente una visión diferente de esta manera de entender la realidad de los microorganismos.

Venimos del Universo por Máximo Sandin

Conferencia del Doctor en Ciencias Biológicas Máximo Sandín en relación a la creación y mantenimiento de la vida a través de Virus y Bacterias. Conferencia especialmente dedicada a aquellos que creen que los microorganismos son nuestros enemigos.

La Biología en situación esquizofrénica.

Entrevista realizada a Máximo Sandín en el 2010.

Sobre hombres y simios por Máximo Sandín

Conferencia en el II Congreso de Ciencia «La evolución del ser humano» en el Centro Imaginalia de Alicante.

Extracto de «Darwinismo, Ciencia y Poder. La base científica de las ideas dominantes».

Conferencia de Máximo Sandín en Barcelona el 26-03-2010.

Desmontando el darwinismo por Máximo Sandín

Conferencia titulada «Desmontando a Darwin» del proyecto Universidad Popular de Zamora, vencedor de los premios IMPULSA2, en la categoría «Impulsa tu entorno» por la comunidad de Castilla y León, otorgados por el Instituto25M y desarrollado por la Asociación Aprender es Fácil. Esta conferencia se llevó a cabo en el Paraninfo del Colegio Universitario de Zamora el sábado 28 de mayo de 2016.

Venimos del Universo por Màximo Sandín

Conferencia del Doctor en Ciencias Biológicas Máximo Sandín en relación a la creación y mantenimiento de la vida a través de Virus y Bacterias.

Lo que mantiene la vida no es la competencia, sino el equilibrio

La nueva biología nos cuenta que los virus y las bacterias no son nuestros enemigos. De hecho, somos un pequeño planeta poblado por billones de diminutos seres organizados en ecosistemas

Máximo Sandín es doctor en bioatropología y licenciado en ciencias biológicas. Autor, entre otros, de Madre tierra, hermano hombre: Introducción a la ecología humana (ed. de la Torre) y Pensando la evolución, pensando la vida (Crimentales).

“Un rayo de esperanza”, así califica Máximo Sandín las nuevas investigaciones en el campo de la biología, que permiten cuestionar el darwinismo y ofrecer nueva luz sobre nuestra condición de seres vivos. Nuestra especie, según Sandín, es producto de continuas transformaciones en cuya base están los virus y las bacterias.

¿Qué es la ‘nueva biología’?

Aunque no existe como corriente establecida, hay científicos que buscan un cambio en la interpretación de los fenómenos evolutivos. La biología convencional sigue siendo la concepción darwinista de la vida, basada en prejuicios culturales e ideológicos, como la “lucha por la vida” de Thomas Malthus y la “supervivencia del más apto” de Herbert Spencer, con la supuesta aportación de Charles Darwin, la “selección natural”.

Y continua…

Posteriormente, la llamada “síntesis moderna” se basa en una concepción simplista y reduccionista de la genética que los nuevos descubrimientos y métodos de estudio están demostrando falsa. Lo que mantiene e impulsa la vida no es la competencia entre los seres vivos, sino el equilibrio, en el que todos los componentes son necesarios para su funcionamiento, por lo que la naturaleza y la vida no son producto del azar y la competencia, sino de procesos complejos que se pueden entender científicamente.

Entre el creacionismo de unos y el darwinismo de otros, ¿qué propone usted?

He procurado primero examinar los datos, y después deducir qué significan. Los rasgos generales resultantes son, en primer lugar, que la vida apareció en la Tierra en forma de bacterias y virus, y en segundo lugar, que los seres vivos están formados por una agregación de estos virus y bacterias o de sus descendientes.

Y en un tanto por cierto sorprendente

Hace poco se ha comprobado que el 98,5% del genoma que se consideraba “adn basura” en realidad controla y regula al otro 1,5%, donde se pensaba que estaban solo los genes. Uno y otro están formados por genomas completos o fragmentos de genomas de virus, retrovirus o elementos provenientes de ellos.

¿Cómo explica entonces la evolución?

Los grandes cataclismos producidos en la historia de la Tierra han movilizado a los virus y a los elementos móviles de los genomas produciendo así los cambios en la flora y la fauna que llamamos evolución, que yo prefiero llamar “transformación”.

Que no es un fenómeno individual sino colectivo, porque los cambios no se producen al azar, ya que estos elementos y virus tienen tendencia a moverse a sitios concretos. Es una visión global que se ajusta a la concepción de Lamarck, anterior a Darwin, según la cual en la naturaleza reina el equilibrio y lo que impulsa la evolución es la capacidad de respuesta de los organismos a los estímulos ambientales.

¿Podría explicar brevemente las diferencias que lo separan del darwinismo?

Contrariamente a la idea darwinista de que la vida se ha producido solo en la Tierra, al azar y por competencia, yo creo que la vida es inherente al universo, aunque por ahora no podamos saber cuándo y cómo se produjo. Los darwinistas creen que la evolución se produce porque un individuo sufre una mutación al azar que le da una ventaja sobre el resto de su especie, y sus descendientes sustituyen a los otros por competencia.

En cambio, la transformación…

Yo lo considero un cambio que tiene que ser colectivo, que se produce en muchos individuos a la vez o incluso en un ecosistema, como refleja el registro fósil. Esto ocurre porque los virus endógenos y algunos elementos móviles de los que forman los genomas, además de responder del mismo modo dentro de una especie, tienen la capacidad de “transferencia horizontal” de genes entre distintas especies.

¿Cómo se discute a una figura como la de Darwin?

Mi “lucha” es contra el darwinismo, que es una creación interesada y ajena a Darwin. Una serie de figuras influyentes en el mundo científico de la época, encabezadas por Thomas Henry Huxley, lo “asesoraron” cambiando muchos contenidos de El origen de las especies y añadieron justificaciones retóricas para sostener sus prejuicios y su ideología retrógrada: todos eran eugenistas, convencidos de que había que “mejorar” la herencia humana impidiendo que los no aptos se reprodujeran. Estas ideas sirvieron a los grandes magnates mundiales para justificar “científicamente” sus ansias de poder.

¿Somos bacterias y virus, como dice el nombre de su web?

Esta conclusión es el resultado de la suma de datos científicos acumulados en los últimos años. Las células de nuestro cuerpo son bacterias más o menos modificadas. Hace tiempo se calculó que teníamos 10 veces más bacterias que células en el cuerpo, pero probablemente sean aún más. Se ha comprobado que estas colonias bacterianas están controladas por “fagos”, virus bacterianos que regulan las poblaciones y ejercen funciones de comunicación entre sus componentes. Es decir, son los que “controlan” nuestro organismo.

¿Y nuestro genoma?

¿No hemos de combatir contra los virus?

Lo que puede resultar más preocupante es la lucha contra los virus desde el mismo momento de su descubrimiento. El aspecto patógeno de bacterias y virus puede producirse cuando alguna “agresión” ambiental (en muchos casos producida por el hombre) altera sus actividades.

¿Y más allá del ser humano?

Podemos decir otro tanto: se están comenzando a comprender las impresionantes funciones biogeoquímicas de las bacterias y los virus en la naturaleza. Existen más de cien millones de bacterias por gramo de tierra sin las cuales no podrían existir las plantas. Las bacterias del suelo “reciclan” los productos de desecho y los organismos muertos, “limpian” las sustancias tóxicas y hacen disponible el nitrógeno de la atmósfera para las plantas.

Por todas partes…

En el aire y en las aguas marinas y fluviales existen cifras similares y realizan funciones parecidas, incluyendo la formación de nubes y de los copos de nieve. Entre ellas siempre están los virus, que son los que intercambian información entre las bacterias y controlan sus ecosistemas. No solo se puede decir que somos bacterias y virus, sino que las bacterias y los virus son la vida. ¿se puede concebir algo más diferente a la historia que nos han contado?

¿Hay que cambiar entonces los libros de texto de biología?

El verdadero problema no son los libros; habría que cambiar el modelo social. La educación pública, gratuita y obligatoria no surgió con el objeto de fomentar la igualdad de oportunidades, sino con el de hacer más eficaces a los trabajadores y formar al pueblo de una forma controlada, a la medida de los intereses del poder establecido. Las escuelas son centros de “instrucción”, de “uniformización” mental y los contenidos son controlados por “la autoridad”. Desde luego, lo que no se fomenta es la creatividad y, mucho menos, el espíritu crítico.

¿La ciencia se está escapando de las manos del ser humano?

La ciencia, la verdadera ciencia, pone ante nuestros ojos cosas maravillosas. ¿No resulta maravilloso conocer que cada uno de nosotros somos un pequeño planeta poblado por billones de diminutos seres organizados en ecosistemas que están “trabajando” para mantenerlo con vida? Cuando la ciencia y la tecnología se ponen al servicio del poder es cuando se pueden convertir en un instrumento de opresión. La manipulación de procesos biológicos, sin conocer realmente su funcionamiento ni las consecuencias, por parte de las empresas de la mal llamada “ingeniería genética” o “biotecnología” ha dado muestras de que puede constituir un serio peligro para la humanidad. Esta es la ciencia que se está escapando de las manos del ser humano. Incluso de los que creen que la controlan.

Fuente | Cuerpo Mente (16/07/2017)

Máximo Sandín: una alternativa a la fábula darwinista

El darwinismo se tambalea como “doctrina indiscutible” a los ojos de este doctor en Bioantropología, que niega el concepto de selección natural como motor de la evolución de la vida.

Tenemos el honor de entrevistar a Máximo Sandín, doctor en Ciencias Biológicas y en Bioantropología. Ha ejercido como profesor de Evolución Humana y Ecología en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid. Él mismo explica que prefiere retirarse de la docencia antes de la llegada del “Plan Bolonia”.

¿Cuál es la importancia del darwinismo?

Aclaremos que Darwin no es, como parece que nos quieren hacer creer, “el descubridor de la evolución”. En el siglo XVIII, especialmente en Francia y en Alemania, existían científicos evolucionistas que explicaban y, sobre todo, estudiaban la evolución mediante el método científico. Por ejemplo, Lamarck, que fue el primer científico que escribió una obra dedicada a la evolución, era un experto, entre otras cosas, en anatomía comparada y en paleontología, Geoffroy Sanit Hillaire estudiaba la evolución mediante experimentos con embriones de pollo, Frederic Gerard y el alemán Heinrich-Georg Bronn eran afamados paleontólogos, y las aportaciones de todos ellos se están mostrando en el buen camino a la luz de los recientes descubrimientos. Sin embargo, parecen haber desaparecido de la historia de la biología “oficial” en aras de la mitificación de Darwin.
En cuanto al darwinismo, habría que distinguir la “aportación” de Darwin de lo que se ha creado en torno a él. Su libro Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia está basado en la observación de animales domésticos y plantas y, como él mismo explica, “en la lectura de textos, especialmente en relación con productos domesticados, a través de estudios publicados, de conversaciones con expertos ganaderos y jardineros y de abundantes lecturas”. De ahí su extrapolación de la selección de los ganaderos y agricultores, que es una distorsión de los fenómenos naturales, a una supuesta selección “natural”.
En lo que se refiere a la concepción de la Naturaleza que justifique la selección por medio de la competencia (la lucha por la existencia), le fue aportada por la lectura del Ensayo sobre el principio de la población, del reverendo Robert Thomas Malthus. De hecho, en Sobre el origen de las especies…, Darwin escribe que su “teoría” es “la doctrina de Malthus aplicada con multiplicada fuerza a los reinos animal y vegetal”. Es decir, la concepción darwinista de la vida tiene su origen en ideas (más bien, prejuicios) sociales, y su “explicación” de la evolución, en prácticas artificiales de los ganaderos y agricultores. En definitiva, totalmente de espaldas a la Naturaleza.
Según el profesor Sandín, hay una clara relación difícilmente discutible entre el darwinismo y la teoría del libre mercado de Adam Smith; nos señala que Malthus era un economista discípulo de Adam Smith y que la conexión con la economía “de libre mercado” resulta evidente en los términos que se utilizan para calificar los fenómenos biológicos (coste-beneficio, explotación de recursos, competencia, ventajas, éxito y fracaso y otros más). También afirma que cuando los darwinistas defienden sus ideas sobre la Naturaleza y sobre las relaciones entre los seres vivos, lo hacen influenciados por el pensamiento calvinista de su momento, en el que el individualismo y la predestinación tienen un papel importante.

La teoría evolucionista de Darwin, ¿qué dice realmente?

Disculpadme, pero la denominación “teoría evolucionista de Darwin” es inexacta (entre otras cosas, porque nunca fue una teoría científica claramente formulada). Él hablaba del origen de las especies, pero el término “evolución” no aparece hasta la sexta edición de su libro, que es la que circula hoy. Porque Darwin, acosado por las críticas de los científicos evolucionistas, publicó sucesivas ediciones “asesorado” por Huxley, Hooker y Lyell, que tenían un gran poder científico y político y una ideología favorable a la selección “natural”. Tenemos que ser conscientes de que el libro El origen de las especies no es exactamente “de Darwin”, pero, aun así, adolece de una inconsistencia científica y conceptual notorias. Por ejemplo, mezcla las nociones de uso y desuso y la influencia de las condiciones de vida con la selección natural, lo cual es una contradicción, porque si todos los animales pueden cambiar por el “uso y el desuso” y “las condiciones de vida”, no hay nada que “seleccionar”.
Su “teoría”, que consideró “definitiva”, es la que elaboró cuando comprendió que de lo que pretendía hablar era de la evolución: la “pangénesis”, según la cual, cada órgano del cuerpo emitía unas “gémulas” por las que transmitían a sus descendientes las características adquiridas por los padres a lo largo de su vida. Pero sus “protectores” le reconvinieron, porque lo que les gustaba era la selección, porque implicaba que la vida es una competencia permanente, y que la Naturaleza premia a los “más aptos”, naturalmente fundamentalmente al hombre.
Aquellos hombres poderosos (algunos de ellos, componentes del X-Club, sobre el que es interesante investigar) fueron los que impusieron su darwinismo, en contra de la opinión de científicos evolucionistas de la época.

Si Adam Smith plantea un libre mercado salvaje, ¿adónde nos conduce “el gen egoísta”?

He llegado a calificar el libro de Richard Dawkins, El gen egoísta, que su autor planteaba como “la versión actualizada del darwinismo”, como “la segunda gran catástrofe de la historia de la biología” (supongo que se puede presumir cuál considero la primera). Para Adam Smith, es el egoísmo del cervecero, del panadero… el que hace funcionar la sociedad. Para Dawkins, es del egoísmo del gen del que surge la Naturaleza.
Los argumentos no tienen una base científica real (los genes actúan como “los prósperos gánsters de Chicago”, los genes de los hijos “compiten para ser más astutos que los de los padres”, etc.). Es decir, nos lleva a una distorsión de los fenómenos de la vida. Últimamente, él se ha dedicado por entero al debate creacionismo-darwinismo (evolucionismo, en su astuta denominación) y a “demostrar científicamente” la inexistencia de Dios, lo cual es tan absurdo para un científico como que un creacionista intente rebatir a la ciencia con argumentos religiosos.

Se ha hablado del ADN basura. ¿Hace la naturaleza cosas inútiles?

El concepto de “ADN basura” es un derivado de la patológica concepción de que los genes son egoístas y compiten con otros genes por expandirse en los genomas, o que dejan restos de genes “inútiles” (chatarra) en los cromosomas. Así, cuando se anunció “la secuenciación del genoma humano”, lo que se obtuvo fueron las secuencias de los genes codificantes de proteínas (el 1,5% de la totalidad del genoma) porque se consideraba que el resto era “chatarra” sin interés. De ahí la sorpresa de que tuviéramos solo unos 23.000 genes, mientras que algunos gusanos, como el C. elegans, tienen unos 19.000, o que compartiéramos el 90% del genoma con el ratón o el cerdo. La cuestión es que, después de mucho tiempo, se ha comenzado a estudiar el ADN “basura” y se ha comprobado que es la parte esencial de los genomas, y que los llamados “genes” (entre comillas) no tienen identidad o significado real, porque son secuencias fragmentarias dispersas por el genoma, como “sílabas sin sentido”, y que es la fracción formada por virus endógenos y sus derivados, elementos móviles y secuencias repetidas, la que regula, empalma y da sentido a esas sílabas en función de las necesidades del organismo, de las condiciones ambientales y del organismo en que estén.

Usted ha afirmado en alguna ocasión que la biología está en una situación esquizofrénica. ¿Por qué?

Efectivamente, dije esto en una entrevista, pero me gustaría aclararlo, porque creo que puede resultar hiriente para algunas personas, a las que pido disculpas, pero me refiero a esta situación: hay científicos que están trabajando seriamente en lo que se conoce como “investigación básica”, que cada día resulta más difícil de financiar porque no tiene aplicaciones prácticas inmediatas. Son los que están descubriendo, por ejemplo, que los supuestos “genes” no tienen una entidad real y que la información genética es producto de una red extraordinariamente compleja en la que están implicados el ADN, el ARN y miles de proteínas que interactúan en función del organismo en que estén y de las condiciones ambientales, lo cual desbarata, no solo la base conceptual de las manipulaciones genéticas, sino la base darwinista que las sustenta, y mientras tanto, el darwinismo se sigue impartiendo en las universidades como “doctrina” indiscutible, y existen “científicos” que son los únicos aplaudidos por los medios de comunicación y financiados por la industria farmacéutica y “biotecnológica”, que, contra las evidencias, siguen buscando los genes (de la fracción codificante de proteínas) asociados estadísticamente (!) con enfermedades, se supone que para “arreglarlos” gratuitamente. Supongo que sabréis que hay ya más de 200 de nuestros supuestos “genes” patentados…

Fuente | Esfinge (Agosto, 2013)