Carta de amor
…Pero tu voz, tus ojos, tu sonrisa.
¡todo ausente de mi, por tan cercano!
Tú estas desde mi sangre y mis palabras
despierta y manifiesta.
Te defino en la luz de la mañana
que abre mi sueño y noche;
en el aire que me dice que vivo
en la tierra y el cielo;
en la piel de mis manos
que se saben tu ausencia
y en la amargura de tus pasos
que caminan la huella usurpadora
de quien borró los míos
y me dejo en la sombra con los brazos unidos
Y te conozco lejos por solo los latidos
de la sangre en mis sienes.
Siento cuando tus ojos
afirman su presencia con agujas de lumbre
y aquietan los aromas.
Siento cuando equilibras el pájaro y la nube
con el signo de luz que construye tu cuerpo
cautivo de mi amor arrodillado,
y en donde naces tú desde la muerte
que comienza en mis labios
y se detiene ante tu nombre de inolvidado olvido
incapaz de decir sin recordarte.
En vanos mis palabras llamarían tu clemencia.
¡en vano fueran gritos!
Desesperada hiel me quemaría
hasta el fin del suspiro y el inmutable polvo.
¡Dame la angustia armada con espadas!
¡Dame lenta agonía!
Que de mi cuello broten los racimos de venas
disciplinados por tu desamparo
y que mis voces se destruyan
como vidrios que caen desde los cielos.
Hiere mi carne toda. Inúndame de aceite
y que mis ojos rueden pendientes de sombras.
¡Que me importan las manos sin tenerte!
¡Que valgo yo sin ti, toda en mí mismo!
…Pero yo no mire tu sonrisa en sus labios,
su frente en tus pupilas.
Que no entienda el secreto que se inclina
desde tu voz hasta su oido
donde amanecen las alondras
de tus palabras frescas, como higos.
Que no advierta tu brazo, ni el roce de tus dedos,
sobre los suyos negros que rasgaron mi carne
[de heridas, como estrellas…]…
Esperanza desperanzada
La vida me da vueltas y yo solo me quedo mirándola.
El espejo yace en mil pedazos sobre aquél manto de lágrimas,
y el reflejo de cada uno de ellos me apunta sobre la frente
queriéndome decir algo… algo que no quiero descifrar,
algo que es mentirosamente una verdad…
algo lo cual no quiero aceptar.
La nieve cae. Y se derrite al contacto con mis dedos.
La lluvia resbala. Y se evapora cuando mis ojos apuntan a ella.
El aire es tibio, pero sé que eso es lo que quiero creer.
En la muralla golpea el viento, pero ni las hojas más tristes se mueven.
Hoy te vi pasar frente a los relámpagos luminosos que emanan las ampolletas.
Hoy te vi pasar solitario frente a los rieles. Hacías caso omiso del tren que se acercaba.
Hoy te vi pasar, pero el momento se esfumó, se disolvió en el olvido.
Hoy te vi pasar descalzo sobre el jardín de flores… Yo después las arrancaba.
Y lloraba. Y ellas lloraban conmigo. Y las nubes se ennegrecían.
Quiero creer en la mentira. Quiero creer en las pesadillas. Quiero creer en el frío.
Quiero creer en algo que no se rompa. Quiero creer en alguien que sí exista.
Quiero creer que sí puedo ver la luz ultravioleta. Quiero creer que la verdad no existe en esta situación.
Quiero creer que el contexto y que el maldito destino hayan muerto.
Solo quiero creer en algo. Solo quiero que alguien crea en mí.
Yo
Soy tan cómplice de mí mismo que
me miro al espejo y le sonrío a mis ojos.
Soy tan cómplice de mi carácter que
llego a pensar solamente en mí.
Soy tan cómplice del asesinato que cometí que
sé dónde están todas las evidencias y las
puedo usar en mi contra… cuántas veces quiera.
Miro al espejo y veo al mismo niño de
hace casi 20 años. Aquel jovenzuelo que
creía todos los cuentos, todas las novelas,
todas las historias de terror.
Miro al espejo e intento escarbar en el fondo…
intento observar hace 2, hace 5, hace 10 años atrás,
buscando la respuesta a mi gran pregunta:
¿Por qué soy como soy?
Miro mi almohada manchada con sangre
de esas batallas, de esos sueños, de
esas pesadillas… en las que me despertaba llorando.
Quiero recordar todas esas fantasías, todas esas vivencias de mi subconsciente,
quiero tenerlas cerca de mí nuevamente,
quiero vivirlas como si no hubiese mañana.
Quiero grabarlas para aprender de
los malditos errores.
Aquí me encuentro ahora, parado frente a
mi propia sombra… esa que me señala…
esa que me acusa, la misma sombra
que me vio nacer… la misma
sombra que calla mis secretos.
Estoy frente a ella y nada puedo decir.
Nada puedo decir porque sé la verdad. Esa verdad que tanto
me cuesta decir, esa verdad que de tanto ser verdad
parece mentira al relacionarla con mi edad.
Esa verdad que lleva dentro de mí casi 20 años…
esa verdad que siempre me cuesta quitar del camino.
Esa maldita verdad que sé que siempre será verdad.
Una cruz cargaré por siempre si no logro quitar dicha verdad
de mi existencia. Cargaré con el peso de mis acciones, con el peso de mi pasado,
con el peso de todos… y con mi propio peso. No sé cuándo podré quitar
esa piedra de mi camino. Rodará y crecerá como lo hace
una pelota de nieve bajando la montaña.
Si no logro salir de este laberinto… esa piedra caerá sobre mí.
Magia
Eres la Magia hecha
persona,
Eres la Magia de la
que está hecha la
Magia.
Es Mágico todo
en ti.
Tu sonrisa Mágica es
la que me ilusiona,
me llama con
un Mágico sonido
que me
hipnotiza.
Descansar en esos
Mágicos ojos quiero.
Tus misteriosos y
Mágicos ventanales me incitan
a descubrirte mejor.
Eres la Magia
que quiero tener.
Eres el Mágico Ángel
que me hace
ascender hasta
el Infinitum .
Quiero dejarme llevar
por tu Mágica Energía.
Quiero que caminemos
ese Mágico Destino Multicolor.
Déjame tocar tus
Mágicas manos.
Déjame mirar de nuevo
tus Mágicos cristales para
poder hallar mi verdad y
saber qué es lo que podremos
llegar a ser…
Y nada más…
Estoy solo contemplando mis sueños.
Estoy solo observando el abismo.
Estoy solo aquí queriendo lanzarme a este infierno.
Nadie más me acompaña en este camino de piedras resbalosas.
No quise recorrer este mundo en soledad, pero quien
me acompañaba ya no vive, ya no vive en mis sueños
como lo hacía antes,
dejó ese mundo… y nada más.
Estoy solo contemplando mis sueños.
Estoy solo viendo como este mundo quiere crecer.
Estoy solo mirando estas llamas, las lenguas
de fuego que suben como espuma.
Nadie más me acompaña en este dormir, en esta ilusión.
Nadie más me acompaña… y nada más.
Quería correr.
Quería volar.
Quería vivir esa transformación.
Quería ver nacer ese ser alado proveniente del artrópodo.
Quería seguir corriendo por la arena.
Quería seguir sintiendo las frías aguas del océano sobre mis tobillos.
Quería escalar esas rocas, mirarlas desde lo alto de mis ojos
y ver junto a esa gran laguna… el reflejo, solo el reflejo
y algo más… pero no.
Nadie me acompaña… y nada más.
Muerto
Estaba de noche en esa cueva.
La lluvia golpeaba las paredes con una fuerza extraña…
tratando se predecir lo que vendría.
Nadie se imaginó que el fuerte viento soplaría como un huracán.
Todos pensaban que ese viento se quedaría ahí, tranquilo…
jugando con otros vientos de su misma especie.
Pero no.
Llegó el invierno… y ese viento se separó de
los demás, ese viento se separó de los demás, ese viento
se separó de los demás.
Fue ese maldito día en que el viento decidió perderse,
decidió perderse, decidió escapar.
Viento: Tú nunca volvisteis a ser el mismo.
En huracán te convertisteis. Cenizas y polvo llevasteis.
Ya no eres esa brisa antes de la lluvia,
eres un vendaval después de la tormenta.
Maldecir está permitido dentro de mis normas.
Y lo hago con gusto, con gracia y elegancia.
Lo hago riéndome, pero lo siento… llorando.
Pero por cada lágrima derramada, una estaca clavaré en tu pecho,
cual vampiro que voló maltrecho
hacia la esperanza de un nuevo Sol.
Entonces mi corazón
empezará a arder en llamas…
Y mi alma tras esas rejas quedará cautiva.
Y mis pies bajo esas espinas se quebrarán en pedazos.
Y sobre esos vidrios de diamantes gritarán mi manos.
Mis rodillas golpearán aquellas piedras y
mi boca sentirá el sabor de la sangre, de mi sangre…
De la sangre de ese corazón que ya no late.
De la sangre de esas manos que ya no viven.
De la sangre de esos pies… que ya no son dos, ni uno… ni nada.
Atrapado
Y esto es lo que
Me atrapa
A tu pensamiento…
Inolvidable.
Ayúdame a sacar
Esta espina,
A desechar los
Pétalos de esa rosa roja,
Multicolor, casi obscura,
Que yace en esta tierra…
Olvidada.
Este nudo quitar
Quiero, para poder
Sentirme
Libre, libre, libre, libre,
Libre…
Libre para mirarme al espejo
Y no ver tu reflejo
Maldito,
Esa imagen que me
Atormenta.
Desierto
Y pensar que en el desierto en el que me encuentro es un desierto muy grande.
Sin árboles, sin pastos… sin agua. Tal como es un desierto.
El viento corre fuerte, y hace desaparecer el polvo, hace desaparecer la tierra,
hace desaparecer mi alma. Nada más ese montículo de ideas vagas son las que quedan…
totalmente aisladas… totalmente desnutridas… muriendo, agonizantes.
Sin nada más en qué suspenderme me encuentro… Ya no hay tornados. Ya no hay nubes.
Solo montañas quedan, montañas que dificultan mi pasar. Murallas de piedra caliza,
murallas de negras tinieblas… murallas de miedo, murallas de penas, infinitas penas.
Sentimientos me atraviesan, espinas disparadas desde los cactus bajo el sol andante.
Miradas que envuelven mi pupila como la luz ultravioleta. Pensamientos perdidos entre
las conexiones de mis neuronas, que van dejando huellas que luego el pasado las revive.
Camino descalzo entre la pequeña atmósfera y la nada bajo mis pies, pero el calor choca
contra el frío, el cual termina absorviéndome como un pequeño y dulce caramelo.
Perdido, sombrío, helado, solitario… simplemente un Desierto.
Esperar
Y aquí me tienes
esperando el
Alba del primer día.
Esperando el primer goce
de la mañana
junto a tu beso.
Esperando la caricia
subliminal de
tu mirada.
Esperando el angelical
halo de tu alma
No más esperarte
quiero.
Por tenerte a mi
lado muero.
Es tan eterno
el abismo que
nos separa ahora,
que no hallo
cuando pase la hora
de poder tenerte
y besarte hasta
que el mundo
sea un cuento aparte.
El mismo libro
Siempre es lo mismo.
Siempre es la misma historia.
El huracán vuelve con todo. Es un ciclo que se cumple cada vez.
Este es el mismo apocalipsis emocional que se vivió en el ayer.
El monstruo nunca murió… siempre estuvo ahí esperando.
Era una vida confusa. Era un extraño martirio.
Es un eterno sufrir… por que la lluvia vuelve a caer.
Esa lluvia que duele con el alma; esa agua que cae
como lágrima. Una lágrima, un sufrimiento,
cada lágrima… del corazón.
Tuve que saltar. Reírme en cada ocasión anterior
no era suficiente. Sentí que tenía que batallar…
Conocía el cara y sello de la situación.
Sabía que era difícil, entré temblando.
Comencé yo… caí. No pude defenderme ante las mismas cosas de siempre.
Era un libro que leía desde hace años, el mismo libro
que me aburrió al combatir.
Puede que haya perdido, pero lo importante no era eso,
lo importante era saber defender lo que creo justo.
Lo hice bien a un comienzo… pero comenzaron a leer el mismo libro
otra vez. Hoja por hoja… el mismo libro otra vez.
No supe caminar sobre esos vidrios rotos, esos vidrios
que intentaron arreglar una y otra vez.
No pude alcanzar ese final y por culpa de eso, ahora escucho su sollozar.
Y eso es lo que más duele.
Nuevo mundo
¿Cómo será este nuevo Mundo?
Las puestas de lo inexplorado
se abren lentamente ante
mis ojos.
Siento el palpitar de mi alma
como siento el lápiz en mi mano.
¿Tendré que salir corriendo?.
¿Tendré que divagar entre la espesura
de la niebla?.
¿Saldré victorioso de este gran viaje?.
Muchos aparecen.
Todos somos exploradores de este
Mundo recién descubierto.
Todos tenemos planes, mapas, herramientas,
mochilas llenas de esperanzas duraderas…
Bueno… no sé si todos.
Pero exploradores somos.
Di el primer paso…
Nada pasó.
¿Tendré que dar el segundo?.
¡Sorpresa!.
Sorprendido estoy…
solo que a paso lento voy.
Algunos van un poco
más adelantados,
espero seguir ese mismo Camino.
Ya voy un poco más
adentro de ésta Selva.
fieras van apareciendo bajo
los árboles.
No todas desaparecen. Las
más difíciles dan pelea…
Todavía lucho.
Aciertos voy dando en este
lugar. Grandes pasos acompañan
mi andar. Voy acompañado,
pero el círculo se va cerrando, va
desapareciendo.
Llegar bien espero…
No estar solo quiero…
Qué este Mundo… Mi Mundo, avance.
Espero existir algún día.
No puedo
No puedo mirarte, ya que mis
ojos sangran al verte, mis labios lloran al tocarte…
Mi piel se lastima al oírte.
Sesgado por esa aparición, esa visión, ese sueño…
ese recuerdo.
Maldigo el cielo que deja caer las nubes
como gotas de ácido sobre ese perro muerto.
¿Qué fue de ese platillo servido en la mesa?
¿Dónde están esas sinceras, mentirosas… (tristemente malditas) Moscas?
¿Qué fue de ese pedacito de pan cubierto por aquella servilleta?
…¿El cuchillo ya se enterró en la carne?
Ya no puedo mirarte, porque tu luz
salpicó la obscuridad, llenándola de una melancólica
armonía… que terminó destruyendo aquel siniestro incendio…
donde la nieve ardía, lo pájaros bailaban… y el tiempo se moría.
Mal
Hoy no pude despertar.
Mis ojos se quedaron
cerrados entre el
abismo y el Infierno.
De este bosque quiero
salir, pero
las ramas negras son
las que me atrapan.
Las hojas se convierten en
espinas al contacto con
mis ojos…
No quiero llenar ese
lago de lágrimas.
Por el hielo voy caminando.
Frío me siento,
sin nada en mi interior.
Vacío como el espacio que se
encuentra mi corazón.
En la espesura de la
niebla es donde
me pierdo nuevamente.
No encuentro la salida
de este laberinto
infinito.
¿Podré
salir?
Alcanzar la luz
quiero.
Pero esa luz se va apagando
poco a poco.
Al mismo tiempo en que
la luz de mis ojos
se esfuma.

