Jesse Owens (1913-1980) ¿El atleta negro que humilló a Adolf Hitler? ¿Seguro?

En el desfile de cierre de las Olimpiadas de Berlín de 1938, “Él (Adolf Hitler) levantó la mano cuando yo pasé y yo le correspondí levantando la mía”, escribió Jesse Owens en sus memorias. En la Alemania nazi lo trataron como a un igual, comentó William J. Baker, el biógrafo de Owens. Mientras en Alemania el atleta podía viajar libremente y hospedarse en cualquier hotel, en los Estados Unidos debía quedarse en los hoteles segregados como los demás afroamericanos. En el estadio olímpico, 110.000 personas le dedicaron una extensa ovación por su triunfo (Owens reconoció que aquella había sido la ovación más grande que había recibido en su carrera deportiva) y le pedían autógrafos por las calles de Berlín

Cuando regresó a Estados Unidos no hubo recibimiento alguno en el aeropuerto; sólo estaba su entrenador, el viejo profesor Charles Riley. Debió utilizar el montacargas del Waldorf-Astoria para asistir a una recepción en su honor y el Presidente Roosevelt, en plena campaña electoral, se negó a recibirlo, darle la mano o hacerse una fotografía.

Regresó a la parte trasera de los buses, a competir contra caballos…

Jesse Owens