Poemas
El hombre segaba la gran extensión del césped de su jardín
El hombre segaba la gran extensión del césped de su jardín
y la mujer hurgaba en el castaño fumigando un hormiguero
mientras la pálida niña de la cinta roja y el vestido azul celeste
parecía, allí en medio, un gnomo de piedra recién pintado
durante tanto tiempo inmóvil que dudé que tuviera vida
cuando sonrió ¿sonrió? y alzó una mano
para acariciar su cabello negro, lacio, brillante,
escapé aterrorizado
de El libro de las tentativas
(otros poemas de El libro de las tentativas)

escucha el aullido del hombre
escucha el aullido del hombre
escúchalo
es nítido
progresa
los desaires le conmueven
y lo arropa una dalmática muy antigua
escúchalo y acógelo
de El libro de las tentativas
(otros poemas de El libro de las tentativas)



Ángel caído
Soy el centinela de los sueños que calla lo que sabe
calla por ejemplo en qué fuente abreva el infierno que te subyuga.
Los ángeles caídos esgrimimos insatisfecha la mirada
no es curiosidad ni desapego es la impotencia de no abarcar.
Y miramos con dolor al cielo donde estelas de fulgores
que ya no podemos y tocamos el agua y nos quemamos si quema.
Maldigo la sangre del cordero que sin justicia cierra la puerta del retorno
y a Mijaíl con su espada y su balanza sopesando nuestras humillaciones.
Ahora soy pequeño y todas las calles tienen esquinas
ahora los ojos el laberinto de un manicomio.
Ahora vivo desgranando el milímetro que diferencia
fallecer y desfallecer y ya no puedo ingerir veneno y regurgitar manzanas.
Sombra de luz, soy isla en mi isla, en mi muro soledad, en mi escasez lascivia,
en mi destino oráculo, en mi dolor lugarteniente, en mi destierro mazmorra.
Expuesto a morir con ropas y recuerdos ajenos
habiendo olvidado el arte de resolver las adivinanzas.
Solamente los que han sobrevivido a la malignidad de todas las pasiones
pueden acariciarme esta espalda de alas tullidas
sin que les devore la intransigencia de mis vidas arrebatadas.
¡Qué no se acerquen a mí los ilusionados, las mujeres frágiles, los hombres engreídos,
los animales hambrientos, los descreídos crédulos, los instintos morales!
porque desparejados pongo a tender los calcetines
y trato al mundo como el ciego las cortinas.



E.L. Master mi abogado de oficio y W.C. Williams
E.L.Master mi abogado de oficio y W.C.Williams
mi médico de cabecera. Puede que muera
tísico en los húmedos fondos
del Penal de la Isla de San Simón
pero sus visitas concertadas
me reconfortan.



lo bueno y lo peor de quedar hipnotizado
lo bueno y lo peor de quedar hipnotizado
frente al espejo
es que allí no hay nadie
para chascar los dedos
el reflejo del reflejo de la atonía
es entonces
un cariñoso enemigo que nos disuelve
indoloramente



Morirá asfixiada la paloma
Si tuviera que volver
Giacomo Leopardi
Soy el hombre sin rostro
Eres la mujer siempre insatisfecha
El viento trae
La ignorancia
Insiste mi furia
Te dejo me partas
No, no sueño
Un pájaro a contraluz
Es pasión porque no conozco
Hay desasosiego
Cuando olvidamos que habíamos
aúlla la sirena
Quiero ser la omisión
Cómo mirar
han caído los pétalos
Salas de espera
Alegraos
Cómo sufren los cartílagos
Alguien en la sala de espera
Al intentar reformarlo
Renazco tantas veces
Todos somos magistrados
Que se extienda la noche
La tormenta es cruel
Por sentirse demasiado a gusto
La luz aduladora
El sonido del remo contra el agua
No hay paz
Qué impertinente el tiempo
Necesitaría urdir mil cuerpos
Cuando sueño, sueño un poema
Hay unas figuritas de arcilla
Están malvendiendo la maquinaria
Echaremos de su tierra a los colonos
Crecen los tomates
La Naturaleza no es insensible
Se sienta sola
La joven de la camiseta blanca
Una petición pido
Hay días interpuestos
Horus me habla en sueños
Después de tantos años de vagabundear



