Una imagen divina

 

La crueldad tiene corazón humano
y la envidia humano rostro;
el terror reviste divina forma humana
y el secreto lleva ropas humanas.

Las ropas humanas son de hierro forjado,
la forma humana es fragua llameante,
el rostro humano es caldera sellada
y el corazón humano, su gola hambrienta.

El pastor

 

¡Qué dulce es la dulce fortuna del Pastor!
Deambula desde el alba hasta el atardecer;
debe seguir a su rebaño el día entero,
y su lengua se embeberá con alabanzas.

Pues oye el inocente llamado del borrego,
y escucha la tierna respuesta de la oveja;
vigila mientras permanecen en calma
pues saben cuándo está próximo su Pastor.

El hada

 

Acudid, gorriones míos,
flechas mías.
Si una lágrima o una sonrisa
al hombre seducen;
si una amorosa dilatoria
cubre el día soleado;
si el golpe de un paso
conmueve de raíz al corazón,
he aquí el anillo de bodas,
transforma en rey a cualquier hada.

Así cantó un hada.
De las ramas salté
y ella me eludió,
intentando huir.
Pero, atrapada en mi sombrero,
no tardará en aprender
que puede reír, que puede llorar,
porque es mi mariposa:
he quitado el veneno
del anillo de bodas.

La esencia humana

 

No existiría la Piedad
si no hiciéramos pobre a alguien;
y no haría falta la Misericordia
si todos fuesen tan dichosos como nosotros.

Y el miedo recíproco trae paz,
hasta que el amor egoísta se incrementa:
entonces la Crueldad arma su trampa
y esparce sus cebos con cautela.

Se instala con santos temores,
y riega con lágrimas la tierra;
entonces debajo de sus pies
echa raíces la Humildad.

Rápido extiende sobre su cabeza
sombras lúgubres de Misterio;
y la Oruga y la Mosca
se nutren de tal Misterio.

Luego crece el fruto del Engaño,
rubicundo y dulce al paladar;
y el Cuervo su nido instala
en el ramaje más tupido.

Los Dioses de la tierra y el mar
escrutaron la Naturaleza para hallar tal Árbol;
pero la búsqueda fue toda en vano:
crece uno en cada Cerebro Humano.

La noche

 

Desciende el sol por el oeste,
brilla el lucero vespertino;
los pájaros están callados en sus nidos,
y yo debo buscar el mío.
La luna, como una flor
en el alto arco del cielo,
con deleite silencioso,
se instala y sonríe en la noche.
Adiós, campos verdes y arboledas dichosas
donde los rebaños hallaron su deleite.
Donde los corderos pastaron, andan en silencio
los pies de los ángeles luminosos;
sin ser vistos vierten bendiciones
y júbilos incesantes,
sobre cada pimpollo y cada capullo,
y sobre cada corazón dormido.
Miran hasta en nidos impensados
donde las aves se abrigan;
visitan las cuevas de todas las fieras,
para protegerlas de todo mal.
Si ven que alguien llora
en vez de estar durmiendo,
derraman sueño sobre su cabeza
y se sientan junto a su cama.

Cuando lobos y tigres aúllan por su presa,
se detienen y lloran apenados;
tratan de desviar su sed en otro sentido,
y los alejan de las ovejas.
Pero si embisten enfurecidos,
los ángeles con gran cautela
amparan a cada espíritu manso
para que hereden mundos nuevos.
Y allí, el león de ojos enrojecidos
vertirá lágrimas doradas,
y compadecido por los tiernos llantos,
andará en torno de la manada,
y dirá: «La ira, por su mansedumbre,
y la enfermedad, por su salud,
es expulsada
de nuestro día inmortal.
Y ahora junto a ti, cordero que balas,
puedo recostarme y dormir;
o pensar en quien llevaba tu nombre,
pastar después de ti y llorar.
Pues lavada en el río de la vida
mi reluciente melena
brillará para siempre como el oro,
mientras yo vigilo el redil.

Un sueño

 

Cierta vez un sueño tejió una sombra
sobre mi cama que un ángel protegía:
era una hormiga que se había perdido
por la hierba donde yo creía que estaba.

Confundida, perpleja y desesperada,
oscura, cercada por tinieblas, exhausta,
tropezaba entre la extendida maraña,
toda desconsolada, y le escuché decir:
«¡Oh, hijos míos! ¿Acaso lloran?
¿Oirán cómo suspira su padre?
¿Acaso rondan por ahí para buscarme?
¿Acaso regresan y sollozan por mí?»

Compadecido, solté una lágrima;
pero cerca vi una luciérnaga,
que respondió: «¿Qué quejido humano
convoca al guardián de la noche?

Me corresponde iluminar la arboleda
mientras el escarabajo hace su ronda:
sigue ahora el zumbido del escarabajo;
pequeña vagabunda, vuelve pronto a casa.»

La mosca

 

Pequeña mosca,
tus juegos veraniegos
fueron truncados
por mi descuidada mano.

¿No soy yo
una mosca como tú?
¿O no eres tú
un hombre como yo?

Porque bailo
y bebo, y canto
hasta que alguna mano ciega
me arranque el ala.

Si el pensamiento es vida,
fortaleza y aliento;
y la ausencia
de pensamiento es muerte;

entonces yo soy
una mosca feliz,
ya vivo, ya muerto.

A Tirzah

 

Todo aquello que nace de mortal
debe consumirse con la tierra,
para alzarse libre de la generación.
¿Qué tengo que ver yo contigo?

Los sexos nacieron de la vergüenza y el orgullo:
surgieron con la mañana y en la tarde murieron;
pero la Misericordia transformó la muerte en sueño:
los sexos se levantaron para trabajar y llorar.

Tú, Madre de mi padre mortal,
con crueldad forjaste mi corazón
y con falsas lágrimas, engañándote,
encadenaste mi nariz, mis ojos y mis oídos.

Paralizaste mi lengua con la insensible arcilla
y me entregaste a la mortalidad.
La muerte de Jesús me hizo libre.
¿Qué tengo que ver yo contigo?

La esencia humana

 

No existiría la Piedad
si no hiciéramos pobre a alguien;
y no haría falta la Misericordia
si todos fuesen tan dichosos como nosotros.

Y el miedo recíproco trae paz,
hasta que el amor egoísta se incrementa:
entonces la Crueldad arma su trampa
y esparce sus cebos con cautela.

Se instala con santos temores,
y riega con lágrimas la tierra;
entonces debajo de sus pies
echa raíces la Humildad.

Rápido extiende sobre su cabeza
sombras lúgubres de Misterio;
y la Oruga y la Mosca
se nutren de tal Misterio.

Luego crece el fruto del Engaño,
rubicundo y dulce al paladar;
y el Cuervo su nido instala
en el ramaje más tupido.

Los Dioses de la tierra y el mar
escrutaron la Naturaleza para hallar tal Árbol;
pero la búsqueda fue toda en vano:
crece uno en cada Cerebro Humano.

El país de los sueños

 

¡Despierta, despierta, mi pequeño!
Tú eras la única alegría de tu madre;
¿Por qué lloras en tu sueño tranquilo?
¡Despierta! Tu padre te protege.

‘Oh, ¿que tierra es la Tierra de los Sueños?
¿Cuáles son sus montañas, y cuáles sus ríos?
¡Oh padre! Allí vi a mi madre,
Entre los lirios junto a las bellas aguas.

‘Entre los corderos, vestida de blanco,
Caminaba con su Thomas en dulce deleite.
Lloré de alegría, como una paloma me lamento;
¡Oh! ¿Cuándo volveré allí?

Querido hijo, también yo junto a ríos placenteros
He caminado la noche entera en la Tierra de los Sueños;
Pero por serenas y cálidas que fuesen las anchas aguas,
No pude llegar hasta la otra orilla.

‘¡Padre, oh padre! ¿Qué hacemos aquí
En esta tierra de incredulidad y temor?
La Tierra de los Sueños es mucho mejor, allá lejos,
Por sobre la luz del lucero del alba’.

El tigre

 

Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?

¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?

Nueva Jerusalén

 

¿Y caminaron de antiguo esos pies
Por las verdes montañas de Inglaterra?
¿Y fue el sagrado Cordero de Dios
Visto en las plácidas praderas de Inglaterra?

¿Y brilló el semblante divino
Sobre nuestras nubladas colinas?
¿Y se construyó Jerusalén aquí
Entre estos oscuros Molinos Satánicos?

¡Traedme mi arco de oro ardiente!
¡Traedme mis flechas de deseo!
¡Traedme mi lanza! ¡Oh nubes, abríos!
¡Traedme mi carroza de fuego!

No cesaré en mi lucha mental,
Ni dormirá mi espada en mi mano
Mientras una nueva Jerusalén no hayamos construido
En la verde y placentera Inglaterra.

La primavera

 

¡Que resuene el flautín
que ahora está callado!
Delicia de las aves
de día y de noche;
el ruiseñor
en la quebrada,
la alondra en el cielo,
festivamente,
festivamente, festivamente,
para darle la bienvenida al año.

El muchachito,
repleto de gozo;
la muchachita,
dulce y diminuta;
el gallo canta
como tú lo haces;
voz alborozada,
barullo infantil,
jubilosamente,
jubilosamente,
para darle la bienvenida al año.

Corderito,
aquí estoy;
acércate y lame
mi blanco cuello;
deja que tironee
tu lanilla suave;
déjame besar
tu suave rostro:
jubilosamente,
jubilosamente,
para darle la bienvenida al año.

El viajero mental

 

He viajado a través de un país de hombres,
un país de hombres y también de mujeres,
y he oído y visto tan horrendas cosas
como nunca los caminantes de la fría Tierra han conocido.

Porque allí nace en la alegría el niño
que en el atroz dolor fue concebido,
tal como en la alegría cosechamos el fruto
que fue sembrado en lágrimas amargas.

Y si el recién nacido es un varón,
es entregado a una mujer anciana
que lo clava tendido en una roca
y en copas de oro coge sus lamentos.

Con espinas de hierro cierne su cabeza,
y agujerea sus pies y sus manos,
corta su corazón y lo desprende
para hacerle sentir calor y frío.

Sus dedos enumeran cada nervio
como un avaro contando su oro,
y de lamentos y gritos se nutre,
y él envejece, y ella se hace joven.

Hasta que convertido en un joven sangriento,
y ella mudada en espléndida virgen,
destroza sus cadenas, y la amarra
a ella a la Tierra para su placer.

Se planta él mismo en lo nervios de ella
como un labriego planta en su terreno,
y ella se convierte en su morada
y en jardín que le rinde setenta veces frutos.

Pronto se torna envejecida sombra
vagando alrededor de una cabaña terrestre,
llena de pedrerías y de oro
que ganó su trabajo.

Y éstas son las pedrerías del alma humana,
los rubíes y las perlas de un ojo enfermo de amor,
el oro innumerable del corazón que sufre,
el gemido del mártir y el suspiro del enamorado.

Son su alimento y su bebida,
mantiene a los mendigos y a lo pobres,
y para el caminante en viaje siempre
su puerta permanece abierta.

Su pena es alegría eterna en ellos;
hacen resonar los techos y los muros
hasta que de la lumbre del hogar
una pequeñuela emerge de pronto.

De fuego sólido ella es,
y pedrerías y oro, en tal manera
que nadie osa tocar su infantil forma
o envolverla en pañales.

Pero ella llega donde el que ama,
joven o viejo o rico o pobre;
muy pronto expulsan al anciano huésped
que se va mendigando por puertas ajenas.

Va llorando errante, muy lejos,
hasta que alguien admita hospedarle,
a menudo ciego por la edad, desesperado,
hasta que puede ganar una doncella.

Y para consolar su edad helada
en sus brazos la toma el pobre hombre.
La cabaña desaparece de su vista
y también el jardín con sus dulces encantos.

Los huéspedes están esparcidos por toda la región,
porque el ojo alterado altera todo.
Los sentidos se enrollan en sí mismos, con miedo,
y la Tierra plana se convierte en una pelota.

Las estrellas, el Sol, la Luna, todo huye.
Un vasto desierto sin límites,
y no queda nada de comer o beber,
y alrededor sólo el desierto oscuro.

La miel de sus labios de niña,
el pan y el vino de su dulce sonrisa,
el juego desordenado de su ojo vagabundo
a una ilusoria infancia le conducen.

Porque a medida que come y bebe se transforma
haciéndose más joven cada día,
y ambos, en el salvaje desierto
van errantes llenos de terror y congoja.

Ella huye como cierva salvaje,
su temor planta muchos matorrales salvajes,
mientras él la persigue de noche y de día,
por artificios de amor conducido.

Por artificios de amor y de odio
hasta que el salvaje desierto entero está plantado
con laberintos de díscolo amor
donde vagan el león, el lobo y el oso,

hasta que él se convierte en un díscolo niño
y ella en una llorosa mujer envejecida.
Van a vagar allí, entonces, muchos enamorados.
El Sol y las estrellas aproximan su curso.

Dulce éxtasis los árboles producen
para todos los que vagan en el desierto,
hasta que más de una ciudad allí es alzada
y más de una agradable cabaña de pastor.

Pero cuando hallan al colérico niño
el terror cunde en la extensa región:
gritan ¡El niño, el niño ha nacido!
y huyen en todas direcciones.

Porque hasta la raíz se seca el brazo
de aquel que osó tocar la colérica forma:
osos, leones, lobos, todos huyen aullando,
y todo árbol arroja sus frutos.

Y nadie puede tocar esa forma colérica
a menos que lo haga una mujer anciana.
Ella al niño tendido clava sobre la Tierra
y todo pasa como ya lo he dicho.

Una imagen divina

 

La crueldad tiene corazón humano
y la envidia humano rostro;
el terror reviste divina forma humana
y el secreto lleva ropas humanas.

Las ropas humanas son de hierro forjado,
la forma humana es fragua llameante,
el rostro humano es caldera sellada
y el corazón humano, su gola hambrienta.

 

Versión de Antonio Restrepo

El Jardín del Amor

 

Fui al Jardín del Amor
y vi cosa que jamás antes vi:
una capilla erigida allí
donde solía jugar en el verdor.

Y las puertas de la capilla, cerradas:
No harás nada, escrito en el dintel.
Así que me volví al Jardín del Amor
que tan dulces flores dotaba.

Mas vi que de tumbas estaba lleno,
y de lápidas en lugar de flores;
daban rondas clérigos de negras túnicas,
copando con brezos mis dichas y deseos.

¡Ah, Girasol!

 

¡Ah, Girasol! del tiempo fatigado
y contando las marchas del sol,
en pos de aquel clima dorado
donde culmina el viaje del viajante;

donde, deseoso, el joven suspiró
y la blanca virgen, envuelta en nieve,
se irguió de entre las tumbas para aspirar
hacia donde quiere ir mi girasol.

William Blake, Inglaterra, 1757-1827

A la estrella nocturna

 

¡Tú, ángel rubio de la noche,
ahora, mientras el sol descansa en las montañas, enciende
tu brillante tea de amor! ¡Ponte la radiante corona
y sonríe a nuestro lecho nocturno!
Sonríe a nuestros amores y, mientras corres los
azules cortinajes del cielo, siembra tu rocío plateado
sobre todas las flores que cierran sus dulces ojos
al oportuno sueño. Que tu viento occidental duerma en
el lago. Di el silencio con el fulgor de tus ojos
y lava el polvo con plata. Presto, prestísimo,
te retiras; y entonces ladra, rabioso, por doquier el lobo
y el león echa fuego por los ojos en la oscura selva.
La lana de nuestras majadas se cubre con
tu sacro rocío; protégelas con tu favor.

 

Versión de E. Caracciolo

Alegría

 

«No poseo nombre:
pero nací hace dos días.»
¿Cómo te llamaré?
«Soy feliz.
Me llamo alegría.»
¡Que el dulce júbilo sea contigo!

¡Bonita alegría!
Dulce alegría, de apenas dos días,
te llamo dulce alegría:
así tú sonríes,
mientras yo canto.
¡Que el dulce júbilo sea contigo!

 

Versión de Antonio Restrepo

Canto del reír

 

Cuando los verdes bosques ríen con la voz del júbilo,
y el arroyo encrespado se desplaza riendo;
cuando ríe el aire con nuestras divertidas ocurrencias,
y la verde colina ríe del estrépito que hacemos;
cuando los prados ríen con vívidos verdes,
y ríe la langosta ante la escena gozosa;
cuando Mary y Susan y Emily
cantan «¡ja, ja, ji!» con sus dulces bocas redondas.
Cuando los pájaros pintados ríen en la sombra
donde nuestra mesa desborda de cerezas y nueces,
acercaos y alegraos, y uníos a mí,
para cantar en dulce coro el «¡ja, ja, ji!»

 

Versión de Antonio Restrepo

Canto para acunar

 

Dulces sueños, formad una pantalla
Sobre la linda cabeza de mi niño;
dulces sueños de agradables corrientes
bajo rayos de luna felices y silenciosos.

Dulce sueño, que tus cejas tejan
con suave felpa una corona infantil;
dulce sueño, Ángel terso,
fluctúa sobre mi niño dichoso.
Dulces sonrisas, durante la noche
meceos sobre mi encanto;
dulces sonrisas, sonrisas de Madre,
cautivad la noche interminable.
Dulces lamentos, suspiros de paloma,
no alejéis el letargo de tus ojos,
dulces lamentos, sonrisas aún más dulces,
cautivad todos los lamentos de paloma.
Duerme, duerme, niño afortunado,
que toda la creación duerme y sonríe;
duerme, duerme felices sueños,
mientras tu madre llora sobre ti.

Dulce bebé, en tu rostro
puedo discernir la santa imagen;
dulce bebé, otrora como tú
yacía tu hacedor y lloraba por mí.

Lloró por mí, por ti, por todos
cuando era apenas un pequeñito.
Su imagen siempre verás,
rostro celestial que sobre ti sonríe,
A ti, a mí, a todos les sonríe;
quien se volvió un pequeñito.
Las sonrisas infantiles son sus mismas
sonrisas;
y cautivan con paz el cielo y la tierra.

El pastor

 

¡Qué dulce es la dulce fortuna del Pastor!
Deambula desde el alba hasta el atardecer;
debe seguir a su rebaño el día entero,
y su lengua se embeberá con alabanzas.

Pues oye el inocente llamado del borrego,
y escucha la tierna respuesta de l a oveja;
vigila mientras permanecen en calma
pues saben cuándo está próximo su Pastor.

 

Versión de Antonio Restrepo

Eternidad

 

Quien a sí encadenare una alegría
malogrará la vida alada.
Pero quien la alegría besare en su aleteo
vive en el alba de la eternidad.

 

Versión de Màrie Montand

La rosa enferma

 

estás enferma, ¡oh rosa!
El gusano invisible,
que vuela, por la noche,
en el aullar del viento,

tu lecho descubrió
de alegría escarlata,
y su amor sombrío y secreto
consume tu vida.

 

Versión de Màrie Montand

Proverbios del infierno

 

En tiempos de siembra aprende, en tiempos de cosecha enseña
y en el invierno goza.

Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.

La senda del exceso lleva al palacio de la sabiduría.

La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad.

Quien desea y no actúa engendra la plaga.

El gusano perdona al arado que lo corta.

Sumergid en el río a quien ama el agua.

El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.

Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca será estrella.

La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo.

A la atareada abeja no le queda tiempo para la pena.

Las horas de la locura las mide el reloj,
pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.

Ningún alimento sano se atrapa con red ni trampa.

En años de escasez, usa número, peso y medida.

No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas.

Un cuerpo muerto no venga injurias.

El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti.

Si el necio persistiera en sus necedades llegaría a sabio.

La necedad es el atuendo de la bellaquería, la vergüenza es
el atuendo del orgullo.

Las prisiones se construyen con piedras de Ley; los burdeles
con ladrillos de religión.

La altivez del pavo real es la gloria de Dios.

La lujuria del chivo es la liberalidad de Dios.

La ira del león es la sabiduría de Dios.

La desnudez de la mujer es obra de Dios.

El exceso de pena ríe; el exceso de dicha llora.

El rugir de los leones, el aullido de los lobos, el oleaje furioso del mar huracanado
y la espada destructora, son porciones de la eternidad demasiado grandes
para que las aprecie el ojo humano.

El zorro condena a la trampa, no a sí mismo.

El júbilo impregna; las penas engendran.

Dejad que el hombre vista la melena del león y la mujer el vellón de la oveja.

El ave un nido, la araña una tela, el hombre la amistad.

El egoísta y sonriente necio y el necio que frunce malhumorado el ceño han de considerarse sabios, y podrían ser medidos con la misma vara.

Lo que hoy está probado, en su momento era sólo algo imaginado.

La rata, el ratón, el zorro y el conejo vigilan las raíces; el león, el tigre, el caballo
y el elefante vigilan los frutos.

La cisterna contiene; el manantial rebosa.

Un pensamiento llena la inmensidad.

Si estás siempre listo a expresar tu opinión, el vil te evitará.

Todo lo que es creíble, es una imagen de la verdad.

Nunca el águila malgastó tanto su tiempo como cuando se propuso aprender del cuervo.

El zorro se provee a si mismo; pero Dios provee al león.

Piensa por la mañana, actúa a mediodía, come al anochecer y duerme por la noche.

Quien ha sufrido tus imposiciones, te conoce.

Así como el arado sigue a las palabras, Dios recompensa las plegarias.

Los tigres de la ira son más razonables que los caballos de la instrucción.

Del agua estancada espera veneno.

Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que sepas lo que es más que suficiente.

¡Escucha los reproches de los tontos! ¡Forman un título real!

Los ojos del fuego, las narices del aire, la boca del agua las barbas de la tierra.

El débil en coraje es fuerte en astucia.

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer, tal como el león no
interroga al caballo sobre cómo atrapar la presa.

Quien recibe agradecido da copiosas cosechas.

Si otros no hubiesen sido tontos, lo seríamos nosotros.

El alma rebosante de dulce deleite jamás será profanada.

Cuando ves un águila, ves una porción de Genio: ¡Alza la cabeza!

Tal como la oruga elige las hojas mejores para depositar en ellas sus huevos,
el sacerdote lanza sus imprecaciones para los más dulces goces.

Crear una florecilla es labor de siglos.

La condena estimula, la bendición relaja.

El mejor vino es el más añejo; la mejor agua, la más nueva.

¡Las plegarias no aran! ¡Los elogios no cosechan!

Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.

La cabeza lo Sublime; el corazón, lo patético; los genitales, la Belleza;
manos y pies la Proporción.

Como el aire al pájaro o el agua al pez, así es el desprecio para el despreciable.

El cuervo quisiera que todo fuese negro; el búho, que todo fuese blanco.

La exuberancia es belleza.

Si el león recibiese consejos del zorro, sería astuto.

El perfeccionamiento traza caminos rectos; pero los torcidos y sin perfeccionar son los caminos del Genio.

Mejor matar a un niño en su cuna que alimentar deseos que no se llevan a la práctica.

Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.

La verdad nunca puede decirse de modo que sea comprendida sin ser creída.

¡Suficiente! o demasiado.

Mi bella rosa

 

Me ofrecieron tan bella flor
como mayo nunca antes dio;
mas pensé en mi hermoso rosal
y rechacé la dulce flor.

Y fui por mi bella rosa
para cuidarla día y noche:
mas me rechazó, celosa,
y no tuve más gozo que sus espinas.

La azucena

 

La modesta rosa proyecta su espina;
y el cordero manso un cuerno amenazante.
Mas la azucena blanca goza del amor
sin que espina o ceño manchen su belleza brillante.

Augurios de Inocencia

 

Ver un Mundo en un Grano de Arena
y un Cielo en una Flor Silvestre;
tener el Infinito en la palma de tu mano
y la Eternidad en una hora.

Un Petirrojo en una Jaula
pone furioso a todo el Cielo
Un palomar repleto de Palomas
estremece las regiones del Infierno.

Un perro hambriento a la Puerta de su Amo
predice la ruina de la Hacienda.
Un Caballo maltratado en el Camino
calma al Cielo pidiendo sangre Humana.

Cada grito de la Liebre cazada
rasga una fibra del Cerebro.
Una calandria herida en el ala
y un Querubín depone su canto.

El Gallo entrenado para la Lucha
al Sol Naciente atemoriza.
El aullido de cada Lobo y cada León
Recluta en el infierno un Alma Humana.

Los ciervos que vagan de un lado a otro
mantienen libre de inquietud el Alma Humana.
La oveja maltrata engendra Lucha pública
y perdona no obstante al Cuchillo del Carnicero.

El Murciélago que revuela al Atardecer
ha dejado el Cerebro que no quiere Creer.
El Búho que ulula en la Noche
pronuncia el temor del no Creyente.

Quien haga daño al Reyezuelo
jamás tendrá el afecto de los Hombres.
Quien despierte la cólera del Buey
jamás tendrá el amor de una Mujer.

El Muchacho travieso que a la Mosca derriba
sentirá que la Araña le es hostil.
Quien atormente al duende del Abejorro
un Emparrado teje en la infinita Noche.

La Oruga en la Hoja
repite para ti la pena de tu Madre.
No mates Mariposas ni Polillas,
pues el Juicio Final ya se aproxima.

Quien entrene al Caballo para la Guerra
jamás ha de cruzar la Puerta del Norte.
El Perro del Mendigo y el Gato de la Viuda:
aliméntalos y engordarás.

El Mosquito que canta su canción Estival
consigue su Veneno en la lengua de la Calumnia.
El veneno del Tritón y la Serpiente
es el sudor en el Pie de la Envidia.

El Veneno de la Abeja melífera
son los Celos del Artista.
Los Ropajes del Príncipe y los Andrajos del Mendigo
son Hongos en la Bolsa del Avaro.

Una verdad contada con mala intención
puede con todas las Mentiras que puedas inventar.
Es justo que así sea:
El Hombre fue hecho para la Alegría y la Tristeza,

y cuando esto bien aprendemos
por el Mundo seguro caminamos.
Alegría y Tristeza enlazadas están,
un Ropaje para el Alma divina;

debajo de cada pena y cada anhelo
discurre una alegría con hilo de seda.
El niño es más que mantas y Pañales;
a través de las Tierras de los Hombres.

Las herramientas se hicieron, y las manos nacieron,
es algo que todo granjero comprende.
Cada Lágrima de Cada Ojo
se convierte en un Niño en la Eternidad;

y radiantes Mujeres o recogen
y su propio deleite lo devuelven.
El Balido, el Ladrido, el Grito y el Rugido,
son Olas que Golpean en la Orilla del Cielo.

El Niño que solloza bajo la firme Vara
Venganza escribe en los dominios de la muerte.
Los andrajos del Mendigo, ondeando en el Aire,
a Andrajos reducen el Cielo.

El Soldado, de Espada y Rifle armado,
golpea impotente el Sol de Verano.
El Penique del Pobre vale más
que todo el oro en las costas de África.

Una moneda arrancada de las manos del Labrador
comprará y venderá las Tierras del Avaro,
o si lo protegen desde lo alto
compra y vende la Nación entera.

Quien se burle de la Fe de un Niño
de burlas será objeto en su Vejez y Muerte.
Quien enseñe a un Niño a Dudar
jamás saldrá de su tumba corrupta.

Quien respeta la fe de un Niño
triunfa sobre el Infierno y la Muerte.
Los Juguetes del Niño y las Razones del Viejo
son los frutos de las Dos estaciones.

El interrogador que con astucia siéntase
jamás sabrá cómo responder;
quien responde a palabras de Duda
apaga la Luz del Conocimiento.

El Veneno más Fuerte conocido
vino de la Corona del Laurel del César.
Nada puede deformar la Raza Humana
como la abrazadera de hierro de la Armadura.

Cuando el oro y las Gemas adornen el Arado
la envidia se inclinará ante las Artes pacíficas.
Un Enigma o el Canto del Grillo
es buena Respuesta a la Duda.

La pulgada de la hormiga y la milla del Águila
hacen sonreír a la coja filosofía.
Quien duda de lo que ve
jamás ha de creer, no importa lo que hagas.

Si el Sol y la Luna dudaran,
de inmediato se extinguirían.
Para sentir Pasión el Bien puedes hacer,
mas el bien no harás si la Pasión te habita.

La Puta y el Jugador, por el Estado
autorizados, construyen el Destino de la Nación.
El grito de la Ramera, de Calle a Calle,
ha de tejer el Sudario de la Vieja Inglaterra.

El Grito del Vencedor, la Maldición del Perdedor,
bailan ante la Carroza Fúnebre de la muerta Inglaterra.
Cada Noche y cada Mañana
algunos Nacen a la Miseria.

Cada Mañana y cada Noche
algunos Nacen al dulce deleite.
Algunos Nacen al dulce deleite
algunos Nacen a la Noche sin Fin.

Se nos conduce a Creer una Mentira
cuando no vemos a Través del Ojo,
que Nació en una Noche para morir en una Noche,
cuando el Alma Dormía entre Rayos de Luz.

Dios Aparece y Dios es Luz
a aquellas pobres Almas que habitan en la Noche,
pero Despliega Forma Humana
a aquellos que Habitan los Dominios del día.

 

De: «Manuscrito de Pickering», 1803
Traducción de: Jordi Doce

Frases

 

1. “Para ver un mundo en un grano de arena y el cielo en una flor salvaje, abarca el infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora.”

2. “Una verdad que se dice con mala intención supera todas las mentiras que puedas inventar.”

3. “Si una cosa ama, esa cosa es infinita.”

4. “Si las puertas de la percepción estuvieran limpias, todo se mostraría ante el hombre como realmente es, infinito.”

5. “Aquellos que restringen un deseo lo hacen porque es lo suficientemente débil para ser restringido.”

6. “El progreso traza los caminos derechos; pero los caminos tortuosos, sin progreso, son los caminos del genio.”

7. “Lo que hoy está demostrado, una vez fue imaginado.”

8. “La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma.”

9. “Debo crear un sistema o ser esclavizado por el de otro hombre.”

10.“Aquel que desea pero no obra, engendra la peste.”

11. “El hombre cuya opinión nunca varía es semejante al agua estancada y engendra reptiles en su mente.”

12. “El alma llena de dulce placer no puede ser manchada.”

13. “El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría.”

14. “El débil en valor es fuerte en astucia.”

15. “Generalizar es ser un idiota.”

16. “Es mucho más fácil perdonar a un enemigo que perdonar a un amigo.”

17. “El verdadero método para el conocimiento es el experimento.”

18. “En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña: en invierno, goza.”

19. “Estad siempre dispuestos a hablar con franqueza y evitaréis la compañía de los hombres ruines.”

20. “La gloria del cristianismo es conquistar por medio del perdón.”

21. “El que agradece lo que recibe, da a luz una abundante cosecha.”

22. “La eternidad está enamorada de las obras del tiempo.”

23. “Nunca se sabe lo que es suficiente, a menos que se sepa lo que es más que suficiente.”

24. “La verdad nunca puede ser dicha de una forma que pueda ser comprendida sin ser creída.”

25. “La prudencia es una vieja solterona rica y fea cortejada por la incapacidad.”

26. “Y por toda la eternidad, yo te perdono a ti, y tú me perdonas a mí.”

27. “Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca será estrella.”

28. “Cualquier cosa posible que pueda ser creída es una imagen de la verdad.”

29. “El león sería astuto si tomara consejo de la zorra.”

30. “Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias alas.”

31. “Un dolor excesivo se ríe. La alegría excesiva llora.”

32. “Quienes cumplen sus deberes nada tienen que temer.”

33. “Grandes cosas son hechas cuando el hombre y las montañas se encuentran.”

34. “Estaba enfadado con mi amigo: Se lo dije y mi ira terminó. Estaba enfadado con mi enemigo: No se lo dije, y mi ira creció.”

35. “El que se alimenta de deseos reprimidos finalmente se pudre.”

36. “Si el loco persistiera en su locura, se volvería sabio.”

37. “La Diosa Fortuna es el sirviente del demonio, lista para besarle el trasero a cualquiera.”

38. “Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción.”

39. “Un necio no ve el mismo árbol que un sabio.”

40. “Para la abeja laboriosa no hay tiempo de estar triste.”

41. “Una misma ley para el león y para el buey es opresión.”

42. “Una buena taberna local tiene mucho en común con una iglesia, excepto que la taberna es mucho más cálida, y tiene más conversación.”

43. “El que se encadena a una alegría, destruye una vida libre; pero el que besa la alegría en su vuelo, vive el amanecer de la eternidad.”

44. “Amo la diversión, pero la diversión en exceso es la cosa más repugnante. La alegría es mejor que la diversión, y la felicidad es mejor que la alegría.”

45. “Piensa en la mañana, actúa en el día, come en la tarde y duerme en la noche.”

46. “Donde habita la misericordia, el amor y la lástima, también está habitando Dios.”

47. “Dentro del universo hay cosas que son conocidas y hay cosas que son desconocidas. En el medio de esas cosas hay puertas.”

48. “El reloj cuenta las horas de la necesidad, pero ningún reloj puede contar las horas de la sabiduría.”

49. “Sin contrarios no hay progresión. Atracción y repulsión, razón y energía, amor y odio, son necesarios para la existencia humana.”

50. “La diferencia entre un mal artista y un buen artista es la siguiente. Un mal artista parece copiar una gran cosa, mientras el buen artista realmente lo hace.”

William Blake, Inglaterra, 1757-1827